EL PROBLEMA DEL COMERCIO DE TORTUGAS EN ANDALUCÍA   

EL PROBLEMA DEL COMERCIO DE TORTUGAS EN ANDALUCÍA

Luis Gilpérez Fraile

Las tortugas se clasifican en tres grandes grupos según el medio en el que naturalmente viven: tortugas marinas, tortugas de tierra y galápagos o tortugas de agua dulce. En Andalucía tenemos dos especies de galápagos autóctonos (Europeo y Leproso) y una de tortuga de tierra autóctona (Mora). Respecto a las marinas, cuatro especies (Boba, Verde, Carey y Laúd) de forma más o menos temporal u ocasional se avistan en aguas o costas andaluzas, pero no trataremos de dicho grupo.

En Andalucía, la Tortuga Mora está considerada "en peligro de extinción" y el Galápago Europeo "especie vulnerable".

Como norma general, la Ley 8/2003 prohíbe la captura, posesión, venta, transporte e incluso exhibición pública de los animales silvestres autóctonos (art. 7.2). La tenencia de ejemplares de cualquiera de las tres especies autóctonas de tortugas debe acreditarse mediante la pertinente documentación (art. 11.1).

En cuanto a las tortugas exóticas, la introducción en Andalucía (y en España y en Europa) de cientos de miles de tortugas para su venta como mascotas, con independencia de los terribles problemas de maltrato animal provocados, provoca, también, que un porcentaje importante de las mismas sean soltadas en el medio natural, llegando algunas especies a asentarse y reproducirse en detrimento de las autóctonas. Los daños causados especialmente por el denominado Galápago de Florida propició que la Comisión Europea  (Reglamento (CE) No 252/2005 de 14 de febrero de 2005) prohibiera su importación y venta en todo el territorio UE. La misma prohibición existe respecto al Galápago Pintado. Pero los traficantes (tanto en su sentido literal como peyorativo) de mascotas exóticas tardaron poco en sustituir las importaciones de dicha subespecie por el muy similar Galápago de orejas amarillas, que es el actualmente señalado como principal objeto de abandonos en el medio natural andaluz. Junto a él, otra docena de especies de tortugas exóticas se comercializan, en calidad de mascotas, con absoluta impunidad, y sus ejemplares aparecen posteriormente abandonados por distintos lugares de la geografía andaluza, provocando los consabidos daños a la fauna autóctona, lo que ha llevado a la Consejería de Medio Ambiente a invertir importantes medios para su eliminación. La pregunta de la razón por la que no se decreta la prohibición total de importar y comercializar, como mascotas, tortugas exóticas, queda fuera de nuestro entendimiento. La razón por la que el Director del Medio Natural de la Consejería de Medio Ambiente recomienda a los ciudadanos que, en vez de tener tortugas exóticas como mascotas, tenga ejemplares autóctonos, también.

La suelta de ejemplares de tortugas exóticas en el medio natural andaluz está prohibido por el art. 7.2.e de la Ley 8/2003.

Por todo lo anterior, los consejos que desde Asanda damos a los ciudadanos andaluces respecto a este problema son:

-Que rechacen la idea de que las tortugas (y en general, todos los animales exóticos) puedan ser consideradas mascotas. Que no las compren, ni las regalen, e informen de los problemas que ocasiona este comercio a sus conocidos.

-Que denuncien la tenencia como mascotas de tortugas de especies autóctonas si presumen que sus poseedores carecen de permiso para ello.

-Que denuncien la comercialización y venta de Galápagos de Florida.

-Que pongan en conocimiento de la Consejería de Medio Ambiente la existencia de cualquier ejemplar de tortuga exótica que localicen en el medio natural. Este manual puede ayudar en la tarea de identificación de galápagos.

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