AUTO-EXPERIMENTACIÓN
Editorial
del Boletín nº 24 de ASANDA (1996)
Todos aquellos que estén interesados, a favor o en contra, por el tema de la experimentación científica con animales, deberían leer "¿Quién va primero?” del doctor Lawrence K Altman [1] . El autor no es un animalista (o si lo es, no se le nota) ni el libro un tratado de antiexperimentación con animales En ello quizás reside su interés El doctor Altman se limita a exponer su punto de vista, basado en la experiencia de muchos experimentadores, sobre la experimentación médica. Pero sus conclusiones coinciden, en gran medida, con los argumentos esgrimidos en este tema por los animalistas no radicales: que la experimentación con animales, en la mayoría de los casos, es no sólo inútil, sino perjudicial para el avance de la ciencia Como muestra, he aquí algunos párrafos del libro:
"Siempre que un médico descubre un nuevo fármaco, propone una nueva prueba. introduce una nueva terapia o trata de desenmarañar un misterio acerca de la fisiología o la enfermedad, la experimentación humana es obligada. Aún después de miles de ensayos en animales, nuestra singularidad biológica demanda experimentos humanos" (Pág 17)
"He experimentado en mi propia persona y en la de tres amigos (porque los experimentos en animales no dan resultados cabales [2] )" (Pág. 87).
"La autoexperimentación no sólo ha llevado al descubrimiento de fármacos; esa misma metodología ha ayudado a mantener algunos potencialmente peligrosos fuera del mercado, al identificar efectos adversos que no se apreciaban en los estudios con animales" (Pág 99)
"Pero lo mismo que Pasteur, él era consciente (se refiere al doctor Haffkine, descubridor de la vacuna anticolérica) de que el éxito de los experimentos en animales no suponía necesariamente que la vacuna fuera segura para el ser humano" (pág.112).
'"Sabido es que las aves adultas son muy resistentes a los estafilococos humanos, pero sensibles a las cepas patógenas aviares No cabe deducir ninguna información fiable acerca de la virulencia de los estafilococos en el ser humano, a partir de experimentos realizados únicamente en animales [3] " (Pág 173)
''Cometí un error de bulto al calcular la dosis -reconoció después- pero no me equivoqué al elegir el único animal, el ser humano, en el que se podía realizar el experimento [4] " (Pág.177).
"La práctica totalidad de los experimentos de Haldane (fisiólogo escocés) tuvieron por protagonista no un animal, sino el ser humano, y en la mayoría él personalmente, porque como aseguraba su hijo, había preferido trabajar en sí mismo o en otros seres humanos cuyo interés por la labor era suficiente como para hacer caso omiso del dolor o del miedo" (Pág 193)
'"Para experimentos burdos, uno emplea a un animal. y sólo cuando se precisan observaciones exactas es preferible un ser humano. Resulta difícil saber como se siente un conejo en un momento determinado. A decir verdad, la mayoría de los conejos no ponen ningún empeño en cooperar con uno [5] " (Pág.202).
"Si los investigadores hubieran elegido cobayas en lugar de ratones para los primeros ensayos de la penicilina durante la segunda guerra mundial, quizá nunca nos hubiéramos beneficiado de ese maravilloso fármaco ni de la subsiguiente revolución de los antibióticos. Bastan dosis ínfimas de penicilina para matar a un cobaya... Ese dato subraya no sólo las limitaciones de extrapolar resultados de una especie a otra, sino también la importancia de la elección del animal adecuado para cada experimento médico concreto" (Pág. 262)
"EI experimentador tiene una regla de oro que le dice si el experimento es justificable ¿Está dispuesto a someterse al procedimiento? Si lo está y si, en efecto, lo lleva a cabo en carne propia, entonces probablemente es justificable. En caso contrario, el experimento no se debería hacer [6] " (Pág. 274)
"El argumento aducido por los detractores de la auto experimentación que la vida del investigador es demasiado valiosa para arriesgarla en experimentos, debido al conocimiento especializado que posee abre la investigación a un elitismo de la peor estofa. .. La auto experimentación, y los problemas e interrogantes que el tema plantea, cobran una importancia creciente a medida que madure la participación de la sociedad en la ética de la investigación y la asistencia médicas. Serán más las personas conscientes de que, en el fondo, el animal idóneo para experimentos diseñados al objeto de hacer progresar nuestro conocimiento de las enfermedades humanas tiene que ser el ser humano. Y se percatarán del hecho obvio de que alguien ha de ser el primer voluntario" " (Pág. 276-277)
[1] Lawrence K. Altman es médico licenciado “cum laude” por la Universidad de Harvard. Ha trabajado en la sanidad Pública de los Estados Unidos, para la OMS y para el Departamento de ciencia del New York Times. Actualmente es corresponsal médico del The Doctor´s World. Autor de ¿Quién va primero? Editorial Labor 1ª edición 1990.
[2] Friedich W.A. Serturner, farmacéutico alemán, descubridor de la morfina.
[3] Doctor Stephen D. Elek, profesor de bacteriología en la universidad de Londres, descubridor de una prueba de laboratorio para detectar la bacteria responsable de la difteria.
[4] Richard V. Mc Closkey, especialista en enfermedades infeccionsas del hospital de san Antonio, Tejas.
[5] Jack Aldane, fisiólogo, maestro de Juan Negrín, fisiólogo y presidente del gobierno español durante la república.
[6] Sir George Pickering, profesor de designación real en Oxford, Inglaterra.
Todos aquellos que estén interesados, a favor o en contra, por el tema de la experimentación científica con animales, deberían leer "¿Quién va primero?” del doctor Lawrence K Altman [1] . El autor no es un animalista (o si lo es, no se le nota) ni el libro un tratado de antiexperimentación con animales En ello quizás reside su interés El doctor Altman se limita a exponer su punto de vista, basado en la experiencia de muchos experimentadores, sobre la experimentación médica. Pero sus conclusiones coinciden, en gran medida, con los argumentos esgrimidos en este tema por los animalistas no radicales: que la experimentación con animales, en la mayoría de los casos, es no sólo inútil, sino perjudicial para el avance de la ciencia Como muestra, he aquí algunos párrafos del libro:
"Siempre que un médico descubre un nuevo fármaco, propone una nueva prueba. introduce una nueva terapia o trata de desenmarañar un misterio acerca de la fisiología o la enfermedad, la experimentación humana es obligada. Aún después de miles de ensayos en animales, nuestra singularidad biológica demanda experimentos humanos" (Pág 17)
"He experimentado en mi propia persona y en la de tres amigos (porque los experimentos en animales no dan resultados cabales [2] )" (Pág. 87).
"La autoexperimentación no sólo ha llevado al descubrimiento de fármacos; esa misma metodología ha ayudado a mantener algunos potencialmente peligrosos fuera del mercado, al identificar efectos adversos que no se apreciaban en los estudios con animales" (Pág 99)
"Pero lo mismo que Pasteur, él era consciente (se refiere al doctor Haffkine, descubridor de la vacuna anticolérica) de que el éxito de los experimentos en animales no suponía necesariamente que la vacuna fuera segura para el ser humano" (pág.112).
'"Sabido es que las aves adultas son muy resistentes a los estafilococos humanos, pero sensibles a las cepas patógenas aviares No cabe deducir ninguna información fiable acerca de la virulencia de los estafilococos en el ser humano, a partir de experimentos realizados únicamente en animales [3] " (Pág 173)
''Cometí un error de bulto al calcular la dosis -reconoció después- pero no me equivoqué al elegir el único animal, el ser humano, en el que se podía realizar el experimento [4] " (Pág.177).
"La práctica totalidad de los experimentos de Haldane (fisiólogo escocés) tuvieron por protagonista no un animal, sino el ser humano, y en la mayoría él personalmente, porque como aseguraba su hijo, había preferido trabajar en sí mismo o en otros seres humanos cuyo interés por la labor era suficiente como para hacer caso omiso del dolor o del miedo" (Pág 193)
'"Para experimentos burdos, uno emplea a un animal. y sólo cuando se precisan observaciones exactas es preferible un ser humano. Resulta difícil saber como se siente un conejo en un momento determinado. A decir verdad, la mayoría de los conejos no ponen ningún empeño en cooperar con uno [5] " (Pág.202).
"Si los investigadores hubieran elegido cobayas en lugar de ratones para los primeros ensayos de la penicilina durante la segunda guerra mundial, quizá nunca nos hubiéramos beneficiado de ese maravilloso fármaco ni de la subsiguiente revolución de los antibióticos. Bastan dosis ínfimas de penicilina para matar a un cobaya... Ese dato subraya no sólo las limitaciones de extrapolar resultados de una especie a otra, sino también la importancia de la elección del animal adecuado para cada experimento médico concreto" (Pág. 262)
"EI experimentador tiene una regla de oro que le dice si el experimento es justificable ¿Está dispuesto a someterse al procedimiento? Si lo está y si, en efecto, lo lleva a cabo en carne propia, entonces probablemente es justificable. En caso contrario, el experimento no se debería hacer [6] " (Pág. 274)
"El argumento aducido por los detractores de la auto experimentación que la vida del investigador es demasiado valiosa para arriesgarla en experimentos, debido al conocimiento especializado que posee abre la investigación a un elitismo de la peor estofa. .. La auto experimentación, y los problemas e interrogantes que el tema plantea, cobran una importancia creciente a medida que madure la participación de la sociedad en la ética de la investigación y la asistencia médicas. Serán más las personas conscientes de que, en el fondo, el animal idóneo para experimentos diseñados al objeto de hacer progresar nuestro conocimiento de las enfermedades humanas tiene que ser el ser humano. Y se percatarán del hecho obvio de que alguien ha de ser el primer voluntario" " (Pág. 276-277)
[1] Lawrence K. Altman es médico licenciado “cum laude” por la Universidad de Harvard. Ha trabajado en la sanidad Pública de los Estados Unidos, para la OMS y para el Departamento de ciencia del New York Times. Actualmente es corresponsal médico del The Doctor´s World. Autor de ¿Quién va primero? Editorial Labor 1ª edición 1990.
[2] Friedich W.A. Serturner, farmacéutico alemán, descubridor de la morfina.
[3] Doctor Stephen D. Elek, profesor de bacteriología en la universidad de Londres, descubridor de una prueba de laboratorio para detectar la bacteria responsable de la difteria.
[4] Richard V. Mc Closkey, especialista en enfermedades infeccionsas del hospital de san Antonio, Tejas.
[5] Jack Aldane, fisiólogo, maestro de Juan Negrín, fisiólogo y presidente del gobierno español durante la república.
[6] Sir George Pickering, profesor de designación real en Oxford, Inglaterra.