Los oscuros intereses de la EBD en el almacén de gas natural en Doñana

Os mando una noticia que salió hace unos días en El País que no tiene desperdicio: seria, clara, bien documentada... Pego también el link:

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/02/06/actualidad/1360180427_962766.html

En cuanto vi la semana pasada en el BOE las Declaraciones de Impacto Ambiental del almacén de gas y gasoducto que se planificaba construir, por supuesto concluyendo que convertir Doñana en un almacén de gas "no es ná"; y luego me enteré además de que los vertidos, caso de producirse, no contaminan... SUPE (he dicho supe, que tengo ya una edad) que este tema tarde o temprano se "solucionaría" mediante "compensaciones económicas" a alguien o álguienes que,  por supuesto sin ánimo de lucro, estarían dispuestos a poner la cara por dos duros para explicar las bondades e inocuidades del proyecto.

Como a estas alturas todo el mundo sabe, para que una carretera no sea perjudicial para el lince basta por ejemplo con regalar un observatorio de aves a una ONG como "medida compensatoria". Para que un embalse inunde zonas LIC y lo que sea, pero "sin trascendencia medioambiental", basta con que se costeen algunos estudios científicos, por ejemplo unos censos de lagartijas. Y por unos cuantos euros mas (antes pesetas), hasta una autopista se convierte en la mayor actuación de conservación y protección del Aguila imperial ibérica, que la pobre por poco se extingue por escasez de autopistas, tendidos eléctricos y molinos de viento en este país tan atrasado.

Estas cosas, en los últimos años han sido por desgracia habituales, y mientras engrosaban las arcas o proporcionaban un carguito a aquellos que carecían de escrúpulos, han ensuciado la honestidad con la que algunos científicos y ONGs han intentado desarrollar su trabajo.

Ahora, lo que se cuestiona es si la financiación (que acaba de conocerse) por parte de Gas Natural de un proyecto de investigación del director de la EBD, Juan José Negro, guarda relación con el visto bueno que casualmente el organismo investigador dio en el año 2011 al proyecto de almacén de gas y gasoducto. Conocí a Juanjo Negro hace muchos años, puede que mas de 15, cuando enlazaba contratos postdoctorales, y su inestabilidad laboral le hacía comportarse con el victimismo e indefensión de Calimero, lo que propició que durante años tanto yo como mis compañeros le ayudáramos todo lo posible (se puede decir que trabajamos para él). Sin embargo, corroborando el dicho de "si quieres conocer a tu amiguillo, dale un carguillo", un buen día aprobó las oposiciones, ignoro si con sus escasos méritos o mediante algún favor que agradecer; y hace más de 10 años tuve el dudoso honor de conocer y padecer en persona al nuevo Juan José Negro, que desde su terrible mediocridad (o quizás por culpa de eso), presionaba más allá de lo éticamente aceptable, por conseguir el mayor pellizco posible de un proyecto de 120 millones de pesetas, a costa de lo que fuera. Un trozo del enorme pastel a repartir, como él mismo lo llamaba de forma machacona, donde igual podían comer dos que tres.

Pero la crisis económica está llevando las cosas a extremos grotescos: en este caso, un proyecto de 38.000 euros para el director de la Estación Biológica de Doñana, Juanjo Negro. En nuestros días, 38.000 euros son poco más de 6 millones de pesetas, es una miseria para vender el alma por ello. Una miseria por cuya culpa se cuestiona, una vez más,  el buen hacer del organismo; y una miseria que hace que las ONGs formen un frente común de lucha, excluyendo de sus filas al organismo investigador del Parque Nacional de Doñana, que evidentemente no goza de su coinfianza.

Resultaría hilarante, si no fuera porque dan ganas de llorar, leer en el mismo artículo las declaraciones de Miguel Ferrer, súbitamente defensor de la independencia y la honestidad; como Luis Bárcenas o Iñaki Urdangarín son ejemplo de la transparencia y las cuentas claras.

El futuro de la EBD, con estos directivos, es totalmente Negro; un organismo dirigido por Grises que están dispuestos a comerse cualquier Marrón por un plato de lentejas. Probablemente la única ventaja de la crisis es que pone muchas cosas y mucha gentuza en el lugar que les corresponde por su justa valía. Lo peor son las cosas que se pierden por el camino, muchas de las cuales pueden perderse para siempre.

Lynx Pardinus