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2006-08-31 ABC El zoo de Córdoba autorizado ilegalmente
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Artículos
El informe de la Junta afirma que el zoológico no garantiza la seguridad de sus visitantes.
El zoológico no reúne las condiciones que exige la ley para garantizar la integridad física de las personas que trabajan en él ni de sus visitantes. CÓRDOBA. El informe que emitió la Consejería de Medio Ambiente el pasado 16 de agosto -y que autoriza la apertura «provisional» de las instalaciones de la avenida de Linneo durante un año- dice literalmente que en el parque «se han detectado deficiencias en materia de seguridad pública», entre las que destacan la falta de «medidas para prevenir incendios» o la ausencia de sistemas de protección para «evitar escapes en los recintos de los leones, los tigres, los osos y los leopardos».
El citado documento -al que ha tenido acceso ABC y está firmado por el director general de Gestión del Medio Natural de la Junta de Andalucía, José Guirado- también sostiene que «en todos» los espacios en los que habitan animales, «y de forma especial en el de los leones, el tigre y el lince boreal», los sistemas de cierre de las instalaciones de servicio y manejo «son insuficientes para la seguridad de los cuidadores». La eficacia de los cristales que separan al público de los felinos también es cuestionada por la Administración autonómica, que aconseja al Consistorio que «compruebe la validez» y resistencia de los mismos.
La lectura detallada del informe elaborado por los técnicos de Medio Ambiente revela más datos desasosegantes sobre las condiciones en las que se encuentra el zoo. Así, los especialistas alertan de que el Ayuntamiento no ha adjuntado ninguna medida destinada a «prevenir las enfermedades zoonóticas de las especies existentes en el centro», o lo que es lo mismo, sistemas de control de las patologías y las infecciones que padecen los animales y que son, por definición, transmisibles a los humanos.
La inspección de la Junta también advierte de la necesidad de que «el almacén de alimentos disponga de medidas de conservación adecuadas que impidan la entrada de roedores».
Mención aparte merecen las deficiencias administrativas que arrastra el parque de la avenida de Linneo. La memoria de la autorización provisional del centro animal indica que el Consistorio no ha acreditado aún que las instalaciones fronteras al Jardín Botánico tienen licencia municipal de apertura ni ningún documento que dé fe de que en ellas hay un «núcleo zoológico». La Concejalía de Medio Ambiente -que dirige la teniente de alcalde Rosa Candelario- tampoco incluyó en la solicitud de apertura del zoo a la Administración autonómica proyecto alguno para potenciar el carácter educativo y divulgativo del parque. Este hecho contrasta con el interés manifiesto del Consistorio por que el zoológico remodelado potencie el carácter formativo, sobre todo entre la población escolar.
Las anomalías alcanzan también -según el informe de la Consejería de Medio Ambiente- al registro de los ejemplares animales. «No está completo», dice literalmente el documento. Por añadidura, los expedientes que el equipo de Candelario entregó a la Junta para indicar dónde se encuentra cada animal no coinciden con la ubicación real de algunos ejemplares. La identificación de los animales del zoo tampoco se ajusta a la normativa específica de cada especie.
El Ayuntamiento tiene doce meses para subsanar estas deficiencias graves; si no lo hace, la Junta no permitirá que el zoo permanezca abierto. Otros defectos del parque -entre los que se encuentran la falta de sombras o de espacio de algunos recintos de animales- son considerados por la Administración autonómica como fallos menores, de tal modo que Medio Ambiente determina que se pueden ir arreglando sin excesiva urgencia.
De cualquier modo, quienes visiten el centro de la avenida de Linneo cuando el Consistorio abra definitivamente sus puertas no tendrán acceso a cinco recintos -los de los lobos, los gamos, ciervos, arruís y la pajarera de rapaces- porque no se ajustan a la ley y deberán ser reformados de un modo integral. Otros 19 precisarán de actuaciones menores pero seguirán operativos. Sólo los once restantes (sólo el 30 por ciento) han merecido la aprobación total de la Junta.
El zoológico no reúne las condiciones que exige la ley para garantizar la integridad física de las personas que trabajan en él ni de sus visitantes. CÓRDOBA. El informe que emitió la Consejería de Medio Ambiente el pasado 16 de agosto -y que autoriza la apertura «provisional» de las instalaciones de la avenida de Linneo durante un año- dice literalmente que en el parque «se han detectado deficiencias en materia de seguridad pública», entre las que destacan la falta de «medidas para prevenir incendios» o la ausencia de sistemas de protección para «evitar escapes en los recintos de los leones, los tigres, los osos y los leopardos».
El citado documento -al que ha tenido acceso ABC y está firmado por el director general de Gestión del Medio Natural de la Junta de Andalucía, José Guirado- también sostiene que «en todos» los espacios en los que habitan animales, «y de forma especial en el de los leones, el tigre y el lince boreal», los sistemas de cierre de las instalaciones de servicio y manejo «son insuficientes para la seguridad de los cuidadores». La eficacia de los cristales que separan al público de los felinos también es cuestionada por la Administración autonómica, que aconseja al Consistorio que «compruebe la validez» y resistencia de los mismos.
La lectura detallada del informe elaborado por los técnicos de Medio Ambiente revela más datos desasosegantes sobre las condiciones en las que se encuentra el zoo. Así, los especialistas alertan de que el Ayuntamiento no ha adjuntado ninguna medida destinada a «prevenir las enfermedades zoonóticas de las especies existentes en el centro», o lo que es lo mismo, sistemas de control de las patologías y las infecciones que padecen los animales y que son, por definición, transmisibles a los humanos.
La inspección de la Junta también advierte de la necesidad de que «el almacén de alimentos disponga de medidas de conservación adecuadas que impidan la entrada de roedores».
Mención aparte merecen las deficiencias administrativas que arrastra el parque de la avenida de Linneo. La memoria de la autorización provisional del centro animal indica que el Consistorio no ha acreditado aún que las instalaciones fronteras al Jardín Botánico tienen licencia municipal de apertura ni ningún documento que dé fe de que en ellas hay un «núcleo zoológico». La Concejalía de Medio Ambiente -que dirige la teniente de alcalde Rosa Candelario- tampoco incluyó en la solicitud de apertura del zoo a la Administración autonómica proyecto alguno para potenciar el carácter educativo y divulgativo del parque. Este hecho contrasta con el interés manifiesto del Consistorio por que el zoológico remodelado potencie el carácter formativo, sobre todo entre la población escolar.
Las anomalías alcanzan también -según el informe de la Consejería de Medio Ambiente- al registro de los ejemplares animales. «No está completo», dice literalmente el documento. Por añadidura, los expedientes que el equipo de Candelario entregó a la Junta para indicar dónde se encuentra cada animal no coinciden con la ubicación real de algunos ejemplares. La identificación de los animales del zoo tampoco se ajusta a la normativa específica de cada especie.
El Ayuntamiento tiene doce meses para subsanar estas deficiencias graves; si no lo hace, la Junta no permitirá que el zoo permanezca abierto. Otros defectos del parque -entre los que se encuentran la falta de sombras o de espacio de algunos recintos de animales- son considerados por la Administración autonómica como fallos menores, de tal modo que Medio Ambiente determina que se pueden ir arreglando sin excesiva urgencia.
De cualquier modo, quienes visiten el centro de la avenida de Linneo cuando el Consistorio abra definitivamente sus puertas no tendrán acceso a cinco recintos -los de los lobos, los gamos, ciervos, arruís y la pajarera de rapaces- porque no se ajustan a la ley y deberán ser reformados de un modo integral. Otros 19 precisarán de actuaciones menores pero seguirán operativos. Sólo los once restantes (sólo el 30 por ciento) han merecido la aprobación total de la Junta.
