A favor y en contra del toro en Bruselas

RICARDO M. DE RITUERTO - Bruselas - 05/06/2008


Épica y carnicería, heroísmo y tortura, valor y machismo, lírica y estraza, sol y sombra, García Lorca y Baroja, Picasso y Brigitte Bardot fueron ayer de la mano de la fiesta con la misma pasión con que se entregan a la causa taurófilos y antitaurinos. En el inaudito escenario del Parlamento Europeo, la Mesa del Toro y los abolicionistas pugnaron en salas separadas por convencer de sus razones. A los escuetos argumentos éticos de los antitaurinos respondieron los partidarios de la fiesta con una espectacular puesta en escena que brindaron cuatro toreros y las razones por qué cada tarde se juegan la vida. Con el acto de ayer en Bruselas, la Mesa del Toro, entidad que representa a los ámbitos profesionales y sociales relacionados con la tauromaquia, pasa a la ofensiva. "Es un arte y el arte es universal", dijo Daniel Hanan, diputado británico amante de los toros. "Una sociedad que no es capaz de defender su patrimonio va a la decadencia", explicó una concejal socialista francesa. Para los taurinos, la fiesta es irrenunciable. Para sus rivales, una rémora de un pasado en pleno siglo XXI. "No es justificable basar en la tradición la tortura y la crueldad", replicó Raúl Romeva, eurodiputado verde.

En las dos salas se enfrentaron con vídeos y discursos el brillo y el horror de la fiesta, con los antitaurinos respondiendo punto por punto a sus rivales. Hasta el reciente estudio en que el doctor Juan Carlos Illera mantiene que el toro es un animal especial nacido para morir como lo hace, presuntamente sin sentir ni padecer, fue rebatido por otro veterinario que subrayó que tal trabajo no ha sido publicado en ninguna revista científica solvente.

Las razones irreconciliables de unos y otros alcanzaron el momento de la verdad cuando hablaron los toreros: Víctor Mendes, César Rincón, Enrique Ponce y Sebastián Castella. "El torero es el único artista capaz de consumar su obra", dijo Ponce. "Es un arte efímero: nace y muere en cada pase". "Vivir en torero", apuntó Castella, "es respetar a los que han sido y son, a tres siglos de patrimonio, a lo que nos une y nos caracteriza".