«Una plaza de toros pa tí y pa tu padre»
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Las divergencias con el grupo socialista han sido constantes en todo el mandato y estallaron el pasado pleno cuando los concejales socialistas tocaron uno de los tema más sensibles para los Morilla: la plaza de toros.
Morón:
Una patada en los testículos y denuncias cruzadas entre dos concejales. Así concluyó el pleno del Ayuntamiento de Morón del pasado jueves, como recogía ayer ABC, un incidente que supone la explosión de la crispación política que vive el municipio sevillano desde el comienzo de la legislatura.
El Ayuntamiento moronense cambió de manos después de que el PP recurriese a un candidato sin experiencia política alguna pero sobradamente popular, Manuel Morilla, ex apoderado de Jesulín de Ubrique. Morilla arrasó en las elecciones y desalojó al PSOE de la Alcaldía, comenzando una gestión marcadamente personalista. Al configurar el gobierno municipal, su hijo, Francisco Manuel Morilla, fue designado delegado de Urbanismo.
Según la denuncia presentada por el hijo del alcalde, los concejales socialistas, que le habían dirigido durante toda la sesión «insinuaciones y gesticulaciones provocativas», aseguraron ante las críticas del PP a la gestión del PSOE que «si se ha hecho algo, una plaza de toros pa tí y pa tu padre» [sic en la denuncia]. Posteriormente, concluido el pleno y cuando se encontraban en el pasillo, el concejal socialista Francisco Montero se habría dirigido de nuevo a Morilla, según la versión de éste, señalándole que el PSOE «en doce años sí había hecho algo, una plaza de toros pa tí y pa tu padre».
Esta expresión haría provocado el altercado durante el cual el concejal popular asestó una patada en los testículos al edil socialista, según denunció Montero ante la Policía. Según Morilla, no hizo más que defenderse cuando otro concejal del PSOE, Pedro Aranda, le dió un fuerte empujón en plena discusión. Una versión radicalmente desmentida por los socialistas, que niegan que existiera provocación alguna por su parte, y que limitan su actuación plenaria al mero debate político.
Según Montero, Morilla se dirigió a ellos una una «actitud agresiva», propinando golpes a Pedro Aranda sin que mediase provocación por su parte. Una vez que Morilla paró de golpearle, Montero «levanta las manos, manifestando a los presentes que miraran lo que estaba haciendo, momento que esta persona aprovechó asestándole un rodillazo en los testículos», denunció.
Una patada en los testículos y denuncias cruzadas entre dos concejales. Así concluyó el pleno del Ayuntamiento de Morón del pasado jueves, como recogía ayer ABC, un incidente que supone la explosión de la crispación política que vive el municipio sevillano desde el comienzo de la legislatura.
El Ayuntamiento moronense cambió de manos después de que el PP recurriese a un candidato sin experiencia política alguna pero sobradamente popular, Manuel Morilla, ex apoderado de Jesulín de Ubrique. Morilla arrasó en las elecciones y desalojó al PSOE de la Alcaldía, comenzando una gestión marcadamente personalista. Al configurar el gobierno municipal, su hijo, Francisco Manuel Morilla, fue designado delegado de Urbanismo.
Según la denuncia presentada por el hijo del alcalde, los concejales socialistas, que le habían dirigido durante toda la sesión «insinuaciones y gesticulaciones provocativas», aseguraron ante las críticas del PP a la gestión del PSOE que «si se ha hecho algo, una plaza de toros pa tí y pa tu padre» [sic en la denuncia]. Posteriormente, concluido el pleno y cuando se encontraban en el pasillo, el concejal socialista Francisco Montero se habría dirigido de nuevo a Morilla, según la versión de éste, señalándole que el PSOE «en doce años sí había hecho algo, una plaza de toros pa tí y pa tu padre».
Esta expresión haría provocado el altercado durante el cual el concejal popular asestó una patada en los testículos al edil socialista, según denunció Montero ante la Policía. Según Morilla, no hizo más que defenderse cuando otro concejal del PSOE, Pedro Aranda, le dió un fuerte empujón en plena discusión. Una versión radicalmente desmentida por los socialistas, que niegan que existiera provocación alguna por su parte, y que limitan su actuación plenaria al mero debate político.
Según Montero, Morilla se dirigió a ellos una una «actitud agresiva», propinando golpes a Pedro Aranda sin que mediase provocación por su parte. Una vez que Morilla paró de golpearle, Montero «levanta las manos, manifestando a los presentes que miraran lo que estaba haciendo, momento que esta persona aprovechó asestándole un rodillazo en los testículos», denunció.