Andalucía cuenta con la mayor variedad de aves esteparias, especie amenazada.
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Europa Sur, 26 enero 2009.
Matrimonio de conveniencia entre agricultores y aves.
El futuro de las ayudas europeas al campo andaluz estará condicionado, en buena parte, a la continuidad de la población de especies en peligro.
Las dehesas y la campiña andaluza, paisajes llanos sin apenas árboles y dedicadas, en muchos casos, a la siembra de cereales, constituyen el hábitat en el que subsisten la que se considera mayor proporción de especies de aves amenazadas de la comunidad. Se trata de las aves esteparias, de las que Andalucía puede presumir de contar con la representación más variada de toda la Península, aunque su población se mantiene inferior a la de otras comunidades. La avutarda, la alondra ricotí, el sisón o la ganga, entre otras, conforman este grupo de especies amenazadas que encontraron refugio en campos andaluces gracias a las labores tradicionales.
Ahora, con una agricultura más intensiva y los cambios en el uso del suelo, las amenazas sobre las esteparias crecen. Así lo vio la UE, que condenó a España por no declarar suficientes territorios de protección para estas aves. La respuesta de la Consejería de Medio Ambiente fue proteger bajo la figura de ZEPA las campiñas de Sevilla y el Alto Guadiato, esta última con el rechazo de los agricultores.
Sin embargo, el futuro de estos campos dependerá, en buena parte, de la conservación de las poblaciones de esteparias porque las ayudas europeas estarán condicionadas también a la garantía de una agricultura sostenible. Las ayudas agrarias más verde serán claves para la extensión de los territorios declarados zonas de especial importancia para las aves esteparias, una figura que no tiene rango oficial pero que sí contempla la Consejería de Medio Ambiente.
En el caso de la avutarda, una de las esteparias con un futuro más delicado, los resultados del censo elaborado este otoño constataron que se mantiene una población en torno a los 359 individuos. La buena noticia es la recuperación de un núcleo de población en la provincia de Cádiz, en la zona de La Janda. Pero el último estudio, sobre todo, ha revelado la importancia de la colaboración de los agricultores para la conservación de la especie, con una reproducción más efectiva en aquellas zonas donde, voluntariamente, los propietarios retrasaron la recolección.
Más preocupante son las noticias que aporta la alondra ricotí, la especie en estado más crítico de Andalucía. La población reproductora ha sufrido un descenso del 80% en una década y en 2008 sólo se localizaron 23 machos territoriales en Almería y Granada.
Matrimonio de conveniencia entre agricultores y aves.
El futuro de las ayudas europeas al campo andaluz estará condicionado, en buena parte, a la continuidad de la población de especies en peligro.
Las dehesas y la campiña andaluza, paisajes llanos sin apenas árboles y dedicadas, en muchos casos, a la siembra de cereales, constituyen el hábitat en el que subsisten la que se considera mayor proporción de especies de aves amenazadas de la comunidad. Se trata de las aves esteparias, de las que Andalucía puede presumir de contar con la representación más variada de toda la Península, aunque su población se mantiene inferior a la de otras comunidades. La avutarda, la alondra ricotí, el sisón o la ganga, entre otras, conforman este grupo de especies amenazadas que encontraron refugio en campos andaluces gracias a las labores tradicionales.
Ahora, con una agricultura más intensiva y los cambios en el uso del suelo, las amenazas sobre las esteparias crecen. Así lo vio la UE, que condenó a España por no declarar suficientes territorios de protección para estas aves. La respuesta de la Consejería de Medio Ambiente fue proteger bajo la figura de ZEPA las campiñas de Sevilla y el Alto Guadiato, esta última con el rechazo de los agricultores.
Sin embargo, el futuro de estos campos dependerá, en buena parte, de la conservación de las poblaciones de esteparias porque las ayudas europeas estarán condicionadas también a la garantía de una agricultura sostenible. Las ayudas agrarias más verde serán claves para la extensión de los territorios declarados zonas de especial importancia para las aves esteparias, una figura que no tiene rango oficial pero que sí contempla la Consejería de Medio Ambiente.
En el caso de la avutarda, una de las esteparias con un futuro más delicado, los resultados del censo elaborado este otoño constataron que se mantiene una población en torno a los 359 individuos. La buena noticia es la recuperación de un núcleo de población en la provincia de Cádiz, en la zona de La Janda. Pero el último estudio, sobre todo, ha revelado la importancia de la colaboración de los agricultores para la conservación de la especie, con una reproducción más efectiva en aquellas zonas donde, voluntariamente, los propietarios retrasaron la recolección.
Más preocupante son las noticias que aporta la alondra ricotí, la especie en estado más crítico de Andalucía. La población reproductora ha sufrido un descenso del 80% en una década y en 2008 sólo se localizaron 23 machos territoriales en Almería y Granada.