Artículo de Opinión. Respuesta a un aficionado a las corridas de Mérida (México)
archivado en:
Artículos
Kaosenlared.net, 2 de Julio. Lorena Aguilar Aguilar.
Respuesta a un aficionado a las corridas de toros que intenta justificar su sadismo
Nada justifica que los humanos se adjudiquen el derecho de torturar como se hace con el toro de lidia con fines de diversión. Una cosa es cumplir con el ciclo de la vida y otra es el sadismo.
En el periódico Por Esto!, en la página 15 de la sección deportiva del pasado 26 de junio, apareció un artículo de opinión acerca de la protesta antitaurina que se realizó unos días antes a las puertas de la Plaza de Toros Mérida. El artículo firmado por Efe Carfelo hace varios señalamientos con el objetivo de reivindicar las corridas de toros como un arte y desacreditar a los grupos ambientalistas y en defensa de los animales que consideramos que la tauromaquia no es más que un espectáculo de sadismo.
Me permito transcribir algunos de los principales párrafos con los que el señor Carfelo pretende justificar su afición por esta fiesta criminal en el artículo que lleva por nombre “No se puede estar en contra de lo que no se entiende”.
“Dios creó a los animales para que el hombre los use para que tenga poder sobre ellos para que los utilice en lo que el hombre quiera…alimento, vestido, descanso, esparcimiento…” Con este razonamiento pretende justificar una falta total de respeto a la naturaleza, las necesidades humanas no son las únicas ni las más importantes del planeta, esta visión antropocentrista ha dado como consecuencia la depredación irracional de especies animales y vegetales sumamente necesarias para la vida en general.
Si bien es cierto,los seres vivos formamos una cadena alimenticia la cual es necesaria para mantener un equilibrio en el planeta, esto no justifica que los humanos se adjudiquen el derecho de torturar de la forma tan aberrante como se hace con el toro de lidia con fines de diversión. Una cosa es cumplir con el ciclo de la vida y otra muy diferente es el sadismo.
“El parecido de nosotros (los humanos) con Dios es: la inteligencia, la razón, el pensamiento, el alma…sólo el hombre tiene alma y en alma se dan los sentimientos,las alegrías, los sufrimientos, el amor, el gozo…los animales no tienen alma, no piensan, no aman, NO SUFREN…” De todos los argumentos que el señor Carfelo plantea en su artículo este resulta ser uno de los más absurdos (por no usar otra palabra por respeto a los lectores). Este argumento es el mismo que se utilizaba para justificar la esclavitud y el maltrato de otros seres humanos, es decir, en contra de la población negra e indígena.
El articulista dice que los animales no sienten dolor, basta ver como el toro se sacude una mosca de su oreja porque le pica, tal como nos pasa a nosotros. Si es capaz de sentir una mosca, es ilógico pensar que no sufrirá al momento en que el picador le clava una lanza de 40 cm que le destroza los músculos, el toro sufre con esto, al igual que sufre cuando los banderilleros se aseguran de continuar la hemorragia del animal hundiéndole los arpones que por el movimiento del propio animal le van desgarrando la piel y los tejidos.
Esta tortura previa da como consecuencia que al momento en que el torero se acerque al toro este ya se encuentre totalmente desangrado y al borde del agotamiento, por lo que es una falacia que el torero este en peligro frente al toro, el animal muchas veces tiene la espina dorsal tan dañada por las banderillas que es incapaz de levantar la cabeza de forma normal; sólo basta hacer una estadística de cuantos toreros mueren en una temporada taurina para ver quien es el que realmente se encuentra en desventaja, por otra parte, que un animal se defienda de una agresión no justifica su tortura.
El señor Carfelo no tiene otros argumentos más que los puramente teológicos para intentar convencer una y otra vez al público que los animales no sufren, si esto es así, no se podría explicar porque los toros no hacen más que intentar escapar cuando están en el ruedo y defenderse de los ataques. Es verdad que la conciencia humana no es igual a la conciencia de otros animales pero no podemos negar que esta exista.
“Al toro se le pica para conocer su bravura, para bajarle los ímpetus…se le banderillea para “alegrarlo”, para avivar sus instintos para que haya lucimiento y arte en la faena”. Cuando leí estas líneas no supe como reaccionar, me parece inaudito el cinismo con que esta persona reconoce que para que el torero (asesino) pueda “lucirse” sea necesario torturar al animal. Y no me voy a cansar de repetirlo, la corrida de toros es una tortura constante para el toro, antes y durante el cruel espectáculo se somete al toro a un sufrimiento que estoy segura ninguno de los aficionados (sádicos) a la tauromaquia sería capaz de soportar.
El autor del artículo una y otra vez nos dice que en la corrida de toros no se tortura al animal, porque el animal no sufre, esto sólo nos puede hablar de dos cosas, o el señor Ele Carfelo es un ignorante de gran nivel o de plano un “cara dura” que sólo busca la manera de justificar su sadismo.
Al final de su artículo nos lanza este mensaje: “váyanse a sus casas, quítense las caretas…dejen que los que amamos, entendemos y sentimos el esplendido espectáculo de seda y sol, lo disfrutemos plenamente, usando y admirando al más bellos animal, de la creación de Dios: El toro bravo.
Efectivamente el toro bravo es un animal muy bello cuando se encuentra, en libertad, con su manada y sin rastros de tortura. No puedo creer como una persona que se presenta como cristiana y amante de la naturaleza pueda pagar y regocijarse ofendiendo a la propia naturaleza.
Respuesta a un aficionado a las corridas de toros que intenta justificar su sadismo
Nada justifica que los humanos se adjudiquen el derecho de torturar como se hace con el toro de lidia con fines de diversión. Una cosa es cumplir con el ciclo de la vida y otra es el sadismo.
En el periódico Por Esto!, en la página 15 de la sección deportiva del pasado 26 de junio, apareció un artículo de opinión acerca de la protesta antitaurina que se realizó unos días antes a las puertas de la Plaza de Toros Mérida. El artículo firmado por Efe Carfelo hace varios señalamientos con el objetivo de reivindicar las corridas de toros como un arte y desacreditar a los grupos ambientalistas y en defensa de los animales que consideramos que la tauromaquia no es más que un espectáculo de sadismo.
Me permito transcribir algunos de los principales párrafos con los que el señor Carfelo pretende justificar su afición por esta fiesta criminal en el artículo que lleva por nombre “No se puede estar en contra de lo que no se entiende”.
“Dios creó a los animales para que el hombre los use para que tenga poder sobre ellos para que los utilice en lo que el hombre quiera…alimento, vestido, descanso, esparcimiento…” Con este razonamiento pretende justificar una falta total de respeto a la naturaleza, las necesidades humanas no son las únicas ni las más importantes del planeta, esta visión antropocentrista ha dado como consecuencia la depredación irracional de especies animales y vegetales sumamente necesarias para la vida en general.
Si bien es cierto,los seres vivos formamos una cadena alimenticia la cual es necesaria para mantener un equilibrio en el planeta, esto no justifica que los humanos se adjudiquen el derecho de torturar de la forma tan aberrante como se hace con el toro de lidia con fines de diversión. Una cosa es cumplir con el ciclo de la vida y otra muy diferente es el sadismo.
“El parecido de nosotros (los humanos) con Dios es: la inteligencia, la razón, el pensamiento, el alma…sólo el hombre tiene alma y en alma se dan los sentimientos,las alegrías, los sufrimientos, el amor, el gozo…los animales no tienen alma, no piensan, no aman, NO SUFREN…” De todos los argumentos que el señor Carfelo plantea en su artículo este resulta ser uno de los más absurdos (por no usar otra palabra por respeto a los lectores). Este argumento es el mismo que se utilizaba para justificar la esclavitud y el maltrato de otros seres humanos, es decir, en contra de la población negra e indígena.
El articulista dice que los animales no sienten dolor, basta ver como el toro se sacude una mosca de su oreja porque le pica, tal como nos pasa a nosotros. Si es capaz de sentir una mosca, es ilógico pensar que no sufrirá al momento en que el picador le clava una lanza de 40 cm que le destroza los músculos, el toro sufre con esto, al igual que sufre cuando los banderilleros se aseguran de continuar la hemorragia del animal hundiéndole los arpones que por el movimiento del propio animal le van desgarrando la piel y los tejidos.
Esta tortura previa da como consecuencia que al momento en que el torero se acerque al toro este ya se encuentre totalmente desangrado y al borde del agotamiento, por lo que es una falacia que el torero este en peligro frente al toro, el animal muchas veces tiene la espina dorsal tan dañada por las banderillas que es incapaz de levantar la cabeza de forma normal; sólo basta hacer una estadística de cuantos toreros mueren en una temporada taurina para ver quien es el que realmente se encuentra en desventaja, por otra parte, que un animal se defienda de una agresión no justifica su tortura.
El señor Carfelo no tiene otros argumentos más que los puramente teológicos para intentar convencer una y otra vez al público que los animales no sufren, si esto es así, no se podría explicar porque los toros no hacen más que intentar escapar cuando están en el ruedo y defenderse de los ataques. Es verdad que la conciencia humana no es igual a la conciencia de otros animales pero no podemos negar que esta exista.
“Al toro se le pica para conocer su bravura, para bajarle los ímpetus…se le banderillea para “alegrarlo”, para avivar sus instintos para que haya lucimiento y arte en la faena”. Cuando leí estas líneas no supe como reaccionar, me parece inaudito el cinismo con que esta persona reconoce que para que el torero (asesino) pueda “lucirse” sea necesario torturar al animal. Y no me voy a cansar de repetirlo, la corrida de toros es una tortura constante para el toro, antes y durante el cruel espectáculo se somete al toro a un sufrimiento que estoy segura ninguno de los aficionados (sádicos) a la tauromaquia sería capaz de soportar.
El autor del artículo una y otra vez nos dice que en la corrida de toros no se tortura al animal, porque el animal no sufre, esto sólo nos puede hablar de dos cosas, o el señor Ele Carfelo es un ignorante de gran nivel o de plano un “cara dura” que sólo busca la manera de justificar su sadismo.
Al final de su artículo nos lanza este mensaje: “váyanse a sus casas, quítense las caretas…dejen que los que amamos, entendemos y sentimos el esplendido espectáculo de seda y sol, lo disfrutemos plenamente, usando y admirando al más bellos animal, de la creación de Dios: El toro bravo.
Efectivamente el toro bravo es un animal muy bello cuando se encuentra, en libertad, con su manada y sin rastros de tortura. No puedo creer como una persona que se presenta como cristiana y amante de la naturaleza pueda pagar y regocijarse ofendiendo a la propia naturaleza.