¿Cómo va a afectar la crisis económica a la fiesta?
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Los buitres de la crisis planean sobre la dehesa
No, no hablamos sino en términos metafóricos de los buitres, que nadie suponga referencias personales a los empresarios taurinos, no. Son buitres que, como espectros amenazantes, suponen un grave riesgo hacia los mermados hálitos vitales del campo bravo español, y por ende al resto de la fiesta. La disminución de festejos, motivada en buena parte por la prevista merma de espectadores con recursos económicos, y la no menos importante caída en las subvenciones oficiales -léase mayoritariamente municipales- a las fiestas de toros, van a afectar de manera más que notable al mundo ganadero y a los haberes de profesionales del sector.
Rafael Cabrera - 22-01-09
Consultadas fuentes más que bien informadas sobre la materia, nos estamos encontrando con un panorama francamente desalentador. Ya hablábamos, hace unos cuantos programas de El Albero, que el número de ganaderías en venta en la propia Unión de Criadores de Toros de Lidia, se encontraba por entonces en torno a las setenta, cifra que se nos antoja pueda haber aumentado en las últimas fechas ante las negras perspectivas volantes. Una setentena supone, en la Unión, alrededor de un veinte por ciento del total, la quinta parte de todas las inscritas (sobre un total de vacadas de 368, contadas según el anuario de la UCTL de 2008, entre titulares y aspirantes). La ganadería se asienta sobre una muy frágil base económica, que suele tener más pérdidas que ganancias, que en buena parte se alcanzan con el rendimiento social de la misma (prestigio personal del ganadero, acceso a círculos sociales, políticos y económicos, disfrute de la misma en tiempos de ocio, etc.). Cuando tales pérdidas se acumulan, porque se vende poco o mal el ganado criado, pueden resultar inaceptables tales pérdidas.
Tales fuentes nos indican que puede haber, al menos, un descenso de unos 200 festejos mayores para este año (entre corridas y novilladas), lo que supondría dejar en el campo -al margen de lo que ya pueda haberse quedado este pasado 2008- unas 1200 reses de lidia. Si la producción de un toro de lidia -cuatreño- cuesta aproximadamente unas 650.000 de las antiguas pesetas (3900 euros), multipliquen ahora la cifra para hacer un cálculo a priorístico de lo que puede suponer este descenso en el número de ventas totales, que principalmente van a afectar a ganaderías que lidian poco, o, lo que es más problemático, a encastes singulares poco apetecidos por las figuras pero que suponen una riqueza genética para el toro bravo y para el patrimonio cultural español. Estaríamos hablando de más de cuatro millones y medio de euros (más de 750 millones de pesetas).
A ello viene a sumarse otro factor de importancia, como lo es el exceso de oferta, que disminuirá definitivamente el precio del ganado. Si hasta ahora se estaban vendiendo muchas corridas al límite de su coste, o incluso muy por debajo de éste (cercano a los cuatro millones de pesetas, o unos 24.000 euros), se nos comenta que se están realizando ofertas por parte de las empresas a varios ganaderos en millón y medio o millón ochocientas mil pesetas (entre poco más de 9000 euros y casi 11000 euros). Acuciados por la necesidad de no tener que soportar un año más a muchos cuatreños -con los consiguientes costes- muchos ganaderos acabarán cediendo a las exigencias empresariales, que así mitigarán la baja del taquillaje con una minoración notable de los gastos. Sumen a ello las rebajas en los honorarios de los toreros -se habla de que en varias de las grandes ferias iniciales no se está tratando la cuestión económica hasta ver la respuesta en el número de abonos y que quedará condicionada por las entradas conseguidas en muchas ocasiones-, para trazar mejor la crisis que se cierne sobre el futuro inmediato de la fiesta.
La posible reducción en esos 1200 animales de tres o cuatro años, supondría alrededor de un 10,6% del total de los lidiados en 2008 (1876 festejos, a seis animales cada uno, unos 11256, según datos de 2008, publicados en el Anuario Taurino 2008 de la Asociación de la Prensa; ó si tomamos en cuenta los datos de 2007, serían unos 2290 festejos a seis animales por cada uno, unos 13740, según la UCTL). Una décima parte menos de ventas en conjunto. Si entre 2007 y 2008, las cifras de espectáculos mayores (corridas, novilladas, rejones y mixtas) supusieron un descenso de unos 414 festejos (un 18% ), este nuevo bajón en el número de ellos representaría un mínimo del 10,6% más, todo ello sobre la base de cifras generosas porque probablemente la crisis pueda afectar aun más al número de corridas que no se vayan a celebrar en 2009. Es decir, en dos años, el número de espectáculos mayores habrá disminuido, como mínimo, algo más del 26% .
http://www.cope.es/22-01-09--buitres_crisis_planean_sobre_dehesa,29336,noticia_ampliada
No, no hablamos sino en términos metafóricos de los buitres, que nadie suponga referencias personales a los empresarios taurinos, no. Son buitres que, como espectros amenazantes, suponen un grave riesgo hacia los mermados hálitos vitales del campo bravo español, y por ende al resto de la fiesta. La disminución de festejos, motivada en buena parte por la prevista merma de espectadores con recursos económicos, y la no menos importante caída en las subvenciones oficiales -léase mayoritariamente municipales- a las fiestas de toros, van a afectar de manera más que notable al mundo ganadero y a los haberes de profesionales del sector.
Rafael Cabrera - 22-01-09
Consultadas fuentes más que bien informadas sobre la materia, nos estamos encontrando con un panorama francamente desalentador. Ya hablábamos, hace unos cuantos programas de El Albero, que el número de ganaderías en venta en la propia Unión de Criadores de Toros de Lidia, se encontraba por entonces en torno a las setenta, cifra que se nos antoja pueda haber aumentado en las últimas fechas ante las negras perspectivas volantes. Una setentena supone, en la Unión, alrededor de un veinte por ciento del total, la quinta parte de todas las inscritas (sobre un total de vacadas de 368, contadas según el anuario de la UCTL de 2008, entre titulares y aspirantes). La ganadería se asienta sobre una muy frágil base económica, que suele tener más pérdidas que ganancias, que en buena parte se alcanzan con el rendimiento social de la misma (prestigio personal del ganadero, acceso a círculos sociales, políticos y económicos, disfrute de la misma en tiempos de ocio, etc.). Cuando tales pérdidas se acumulan, porque se vende poco o mal el ganado criado, pueden resultar inaceptables tales pérdidas.
Tales fuentes nos indican que puede haber, al menos, un descenso de unos 200 festejos mayores para este año (entre corridas y novilladas), lo que supondría dejar en el campo -al margen de lo que ya pueda haberse quedado este pasado 2008- unas 1200 reses de lidia. Si la producción de un toro de lidia -cuatreño- cuesta aproximadamente unas 650.000 de las antiguas pesetas (3900 euros), multipliquen ahora la cifra para hacer un cálculo a priorístico de lo que puede suponer este descenso en el número de ventas totales, que principalmente van a afectar a ganaderías que lidian poco, o, lo que es más problemático, a encastes singulares poco apetecidos por las figuras pero que suponen una riqueza genética para el toro bravo y para el patrimonio cultural español. Estaríamos hablando de más de cuatro millones y medio de euros (más de 750 millones de pesetas).
A ello viene a sumarse otro factor de importancia, como lo es el exceso de oferta, que disminuirá definitivamente el precio del ganado. Si hasta ahora se estaban vendiendo muchas corridas al límite de su coste, o incluso muy por debajo de éste (cercano a los cuatro millones de pesetas, o unos 24.000 euros), se nos comenta que se están realizando ofertas por parte de las empresas a varios ganaderos en millón y medio o millón ochocientas mil pesetas (entre poco más de 9000 euros y casi 11000 euros). Acuciados por la necesidad de no tener que soportar un año más a muchos cuatreños -con los consiguientes costes- muchos ganaderos acabarán cediendo a las exigencias empresariales, que así mitigarán la baja del taquillaje con una minoración notable de los gastos. Sumen a ello las rebajas en los honorarios de los toreros -se habla de que en varias de las grandes ferias iniciales no se está tratando la cuestión económica hasta ver la respuesta en el número de abonos y que quedará condicionada por las entradas conseguidas en muchas ocasiones-, para trazar mejor la crisis que se cierne sobre el futuro inmediato de la fiesta.
La posible reducción en esos 1200 animales de tres o cuatro años, supondría alrededor de un 10,6% del total de los lidiados en 2008 (1876 festejos, a seis animales cada uno, unos 11256, según datos de 2008, publicados en el Anuario Taurino 2008 de la Asociación de la Prensa; ó si tomamos en cuenta los datos de 2007, serían unos 2290 festejos a seis animales por cada uno, unos 13740, según la UCTL). Una décima parte menos de ventas en conjunto. Si entre 2007 y 2008, las cifras de espectáculos mayores (corridas, novilladas, rejones y mixtas) supusieron un descenso de unos 414 festejos (un 18% ), este nuevo bajón en el número de ellos representaría un mínimo del 10,6% más, todo ello sobre la base de cifras generosas porque probablemente la crisis pueda afectar aun más al número de corridas que no se vayan a celebrar en 2009. Es decir, en dos años, el número de espectáculos mayores habrá disminuido, como mínimo, algo más del 26% .
http://www.cope.es/22-01-09--buitres_crisis_planean_sobre_dehesa,29336,noticia_ampliada