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Resucita el último toro de Osborne en Cataluña
Un grupo de amigos levanta la mítica valla, que había sido tumbada por unos radicales
Actualizado sábado 31/05/2008 12:00 (CET)
HÉCTOR MARÍN
BARCELONA.- En una cerrajería de Masquefa, en Barcelona, casi una decena de amigos de toda la vida, entre los 30 y los 50 años, integra una tertulia improvisada en donde las risas son cada vez más hilarantes y una idea cobra fuerza: reinstaurar la valla publicitaria del toro Osborne, dimitido forzosamente de su asentamiento en la cercana autopista A-2.
La culpa de esto último fue, hace casi un año, de un grupo de vándalos independentistas (Germandat Catalana La Bandera Negra, que tildó al morlaco de "símbolo españolista"); y de lo primero, el cerrajero Guillermo Acosta y sus familiares y amigos más cercanos. "Se les puso en la cabeza y no pararon hasta que volvieron a levantar el toro, una figura publicitaria que siempre les ha gustado", explica a EL MUNDO Blanca Acosta, hija del cabecilla del grupo pro-toro Osborne de Masquefa.
En su comarca, Anoia, se les tilda de "españolistas profundos", pero la joven lo niega: "En mi casa somos catalanes de toda la vida; el catalán es mi lengua materna; me siento primero catalana y después española, pero radical ni de un lado ni de otro".
¿Quién iba a decirlo? El mítico toro de Osborne que saludaba a los conductores de la A-2 a la altura de la localidad de El Bruc (Barcelona) ha reaparecido. Fue alrededor de las 9.00 horas del pasado 17 de mayo, y desde entonces algunos foros de internet van llenos de comentarios, la mayoría alusivos a la carga política de la acción de los decididos amigos de Guillermo Acosta. "Casi todos están en contra de lo que hemos hecho; porque son radicales", señala la joven, que participó con entusiasmo en una actuación perfectamente legal que vivió como una "auténtica fiesta".
Menos de un año después de que un grupo de vándalos independentistas derrocara el pasado 3 de agosto, por enésima vez, la negra silueta publicitaria, ésta vuelve hoy a divisarse en uno de los lados de la concurrida autopista. ¿Cómo se las ingenió el grupo de la cerrajería para cumplir su misión? Con un camión transportaron las dos grúas que emplearon en la restauración de la silueta: una es propiedad del cerrajero Acosta; la otra fue alquilada a escote.
En el vehículo cargaron, además, "sopletes, una máquina cortadora y otras herramientas". Antes, la iniciativa contaba con el permiso del propietario de la finca en que se encontraba abandonado el morlaco. El hombre, que ya estaba orgulloso de que la figura descansara en sus terrenos, se puso aún más contento cuando la vio alzada de nuevo.
Lo habían logrado. "Cuando algo se les pone en la cabeza, lo consiguen»; «pero con tolerancia y sin molestar a nadie". Una vez erguida de nuevo la oscura figura, el grupo de amigos de Masquefa celebró su "fiesta" particular con un contundente almuerzo a pie del último toro de Osborne que queda en Cataluña. «Para nosotros, es únicamente una figura publicitaria», insiste la hija del impulsor de la acción.
"No sé si hemos recibido tantas felicitaciones como críticas, pero realmente nos da igual. Y es que no lo hicimos para esperar reacciones, sino para devolver un símbolo que para nosotros es histórico", señala entre la modestia y la advertencia Blanca, quien luego reconocerá que la mayoría de valoraciones del entorno cercano ha sido negativa. Tal vez por eso, intuyen que su gesto puede tener una rápida fecha de caducidad. "Es muy absurdo que se mezcle el toro con la política", reitera la joven.
La última restauración de la valla publicitaria fue a cargo de la bodega Osborne; la última caída del toro, el pasado verano.Entonces, los radicales de la Germandat Catalana La Bandera Negra, en la órbita de Unió Nacional Catalana, justificaron el sabotaje así: "Hemos limpiado la sagrada montaña de Montserrat de la inmundicia cornuda española que pretendía ensuciarla".
Pese a que la compañía bodeguera prometió volver a alzarla, el "reparador" ha sido el grupo que se cita en la cerrajería de Masquefa. "Lo habríamos vuelto a poner con o sin permisos; con o sin la ayuda económica de Osborne", dicen.
Un grupo de amigos levanta la mítica valla, que había sido tumbada por unos radicales
Actualizado sábado 31/05/2008 12:00 (CET)
HÉCTOR MARÍN
BARCELONA.- En una cerrajería de Masquefa, en Barcelona, casi una decena de amigos de toda la vida, entre los 30 y los 50 años, integra una tertulia improvisada en donde las risas son cada vez más hilarantes y una idea cobra fuerza: reinstaurar la valla publicitaria del toro Osborne, dimitido forzosamente de su asentamiento en la cercana autopista A-2.
La culpa de esto último fue, hace casi un año, de un grupo de vándalos independentistas (Germandat Catalana La Bandera Negra, que tildó al morlaco de "símbolo españolista"); y de lo primero, el cerrajero Guillermo Acosta y sus familiares y amigos más cercanos. "Se les puso en la cabeza y no pararon hasta que volvieron a levantar el toro, una figura publicitaria que siempre les ha gustado", explica a EL MUNDO Blanca Acosta, hija del cabecilla del grupo pro-toro Osborne de Masquefa.
En su comarca, Anoia, se les tilda de "españolistas profundos", pero la joven lo niega: "En mi casa somos catalanes de toda la vida; el catalán es mi lengua materna; me siento primero catalana y después española, pero radical ni de un lado ni de otro".
¿Quién iba a decirlo? El mítico toro de Osborne que saludaba a los conductores de la A-2 a la altura de la localidad de El Bruc (Barcelona) ha reaparecido. Fue alrededor de las 9.00 horas del pasado 17 de mayo, y desde entonces algunos foros de internet van llenos de comentarios, la mayoría alusivos a la carga política de la acción de los decididos amigos de Guillermo Acosta. "Casi todos están en contra de lo que hemos hecho; porque son radicales", señala la joven, que participó con entusiasmo en una actuación perfectamente legal que vivió como una "auténtica fiesta".
Menos de un año después de que un grupo de vándalos independentistas derrocara el pasado 3 de agosto, por enésima vez, la negra silueta publicitaria, ésta vuelve hoy a divisarse en uno de los lados de la concurrida autopista. ¿Cómo se las ingenió el grupo de la cerrajería para cumplir su misión? Con un camión transportaron las dos grúas que emplearon en la restauración de la silueta: una es propiedad del cerrajero Acosta; la otra fue alquilada a escote.
En el vehículo cargaron, además, "sopletes, una máquina cortadora y otras herramientas". Antes, la iniciativa contaba con el permiso del propietario de la finca en que se encontraba abandonado el morlaco. El hombre, que ya estaba orgulloso de que la figura descansara en sus terrenos, se puso aún más contento cuando la vio alzada de nuevo.
Lo habían logrado. "Cuando algo se les pone en la cabeza, lo consiguen»; «pero con tolerancia y sin molestar a nadie". Una vez erguida de nuevo la oscura figura, el grupo de amigos de Masquefa celebró su "fiesta" particular con un contundente almuerzo a pie del último toro de Osborne que queda en Cataluña. «Para nosotros, es únicamente una figura publicitaria», insiste la hija del impulsor de la acción.
"No sé si hemos recibido tantas felicitaciones como críticas, pero realmente nos da igual. Y es que no lo hicimos para esperar reacciones, sino para devolver un símbolo que para nosotros es histórico", señala entre la modestia y la advertencia Blanca, quien luego reconocerá que la mayoría de valoraciones del entorno cercano ha sido negativa. Tal vez por eso, intuyen que su gesto puede tener una rápida fecha de caducidad. "Es muy absurdo que se mezcle el toro con la política", reitera la joven.
La última restauración de la valla publicitaria fue a cargo de la bodega Osborne; la última caída del toro, el pasado verano.Entonces, los radicales de la Germandat Catalana La Bandera Negra, en la órbita de Unió Nacional Catalana, justificaron el sabotaje así: "Hemos limpiado la sagrada montaña de Montserrat de la inmundicia cornuda española que pretendía ensuciarla".
Pese a que la compañía bodeguera prometió volver a alzarla, el "reparador" ha sido el grupo que se cita en la cerrajería de Masquefa. "Lo habríamos vuelto a poner con o sin permisos; con o sin la ayuda económica de Osborne", dicen.
