¿Protectora o Maltratadora de caballos?
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Maltratadora de caballos en Inglaterra, protectora en España.
Una británica inhabilitada para cuidar caballos gestiona una finca con 35 en Cádiz. Al menos ocho han muerto desnutridos, pero la Junta no ve negligencia
OLIVIA CARBALLAR - Medina Sidonia (Cádiz) - 13/11/2008 20:50
Una "escena dantesca". Con estas palabras describe el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil lo que encontró el pasado julio en una finca de Medina Sidonia (Cádiz). Caballos en los huesos colgados para poder mantenerse en pie, uno recién muerto, otro agonizando... y, según la Consejería andaluza de Agricultura, siete cadáveres retirados, aunque en total podrían ser al menos 17 los animales muertos.
La dueña, Suzanne Jenkins, acaba de ser condenada por un juez de Gloucestershire (al suroeste de Inglaterra) a no tener animales durante dos años por causar "un sufrimiento innecesario" y dar un "mal cuidado" a sus caballos en una granja en Reino Unido, según la prensa inglesa. Además, las autoridades británicas le han decomisado cinco caballos y tiene que pagar una multa de 1.000 libras esterlinas (unos 1.225 euros).
¿Es coherente que, pese a ser inhabilitada en Inglaterra para cuidar caballos, gestione una finca con animales en España? Cuando la protectora británica inspeccionó los establos en Reino Unido hallaron equinos valorados en 20.000 libras (casi 30.000 euros) escuálidos, en un estado lamentable de higiene, con problemas dentales, heridas en la piel... Y, pese a ello, se encontraban en mejor estado que los que el Seprona localizó en Medina Sidonia.
La paradoja del asunto es que allí, en Reino Unido, el juez considera que a Jenkins se le ha ido de las manos su negocio por el gran tamaño de sus establos y sus crecientes deudas –que le llevaron a que sus padres se hipotecaran–. Y sin embargo, aquí, el caso no sólo no ha llegado a los tribunales sino que la Consejería de Agricultura considera que no ha habido maltrato: “Al principio, Jenkins habló de un virus; luego su veterinario certificó que los animales habían ingerido hierbas con pinchos, que les causaban llagas y les impedían comer. Tras un análisis de agua que nos remitió ella, constatamos que el estado de los caballos podía deberse al alto nivel de salinidad”, afirma un portavoz de la Consejería.
Paralelismos
¿Y la Consejería no hizo sus propias pruebas? “No tenemos por qué desconfiar de las que aportó ella”. En Reino Unido, Jenkins también alegó al principio un posible virus. No es el único paralelismo. Allí, sus deudas la llevaron a reducir el alimento. Y aquí, la Consejería admite que Jenkins soporta “muchos gastos” al tener que comprar la comida, por el mal pasto de la finca, y el agua, por la salinidad. No obstante, varios vecinos dicen que tienen equinos que beben del mismo sitio y están sanos. Según los veterinarios consultados, la sal sólo causaría la muerte en abundancia y muy a la larga: “Pero no adelgazarían de un día a otro, y es raro que tomen agua inadecuada repetidamente”.
Investigación a fondo
De los 52 animales que debería haber en la finca, según la notificación de traslado de Reino Unido, sólo quedan 35. Si ocho han muerto, ¿dónde está el resto? Las protectoras creen que también están muertos. Y algunos lugareños incluso localizan dónde están enterrados. ¿No empujan a la Administración estos datos y la condena de Inglaterra –que no es aplicable en España– a investigar más a fondo el caso de Cádiz? “Aquí no hemos constatado maltrato, por eso no remitimos el caso al fiscal; ella nos manda las facturas de los alimentos, inspeccionamos la finca cada diez días y los animales han mejorado. Sobre los caballos que faltan, ya lo hemos notificado a la Dirección General. ¿Qué más podemos hacer?”, se preguntan en la Consejería. El Seprona considera que se podría hacer mucho más. “Esos animales estaban fatal, fruto del maltrato. Pero sin un informe técnico de la Junta no podemos actuar”, lamentan fuentes de la Guardia Civil.
La finca, además, no dispone de permiso de explotación ganadera, obligatorio para tener animales e imprescindible para registrarlos. Y los caballos, por tanto, tampoco están censados en Andalucía. La Consejería ha abierto a Jenkins un expediente, en trámite, por ello. Pero los caballos siguen estando en el mismo lugar y sin cartilla sanitaria. ¿Cómo lo permite la Administración? “Estamos esperando a que cambie de finca, es sólo un trámite administrativo, los animales están controlados, cumplimos con el espíritu de la ley”, responde Agricultura.
Recurso en Reino Unido
"Susi está en Inglaterra porque va a recurrir la sentencia; las leyes allí son muy estrictas y llaman maltrato a lo que no es; los caballos aquí están muy bien, hay 35", aseguró el padre de Jenkins, Mike, a Público a las puertas de la finca de Medina Sidonia, donde residen ahora de alquiler y donde están los animales.
Un camión con el rótulo "transporte de animales vivos" llega a la finca en ese momento. "Traigo comida de muy buena calidad casi todas las semanas y cisternas de agua; los animales se mueren hasta en las mejores ganaderías", dice el conductor. Desde fuera se pueden observar unos 15 caballos, aparentemente, en buen estado. ¿Podemos entrar a ver los demás? "No, lo siento, Susi no está. Quiere esperar a que se resuelva la apelación en Reino Unido", responde Mike. Este periódico intentó, sin éxito, contactar con la dueña de los caballos.
Las protectoras acusan de dejadez a Agricultura
“Es lamentable que la Consejería no actúe, es dejación de funciones. Sabemos por testigos que hay caballos enterrados en la finca, y eso, además de suponer un peligro para la salud, infringe la ley. La oficina agraria ha autorizado la retirada de cadáveres sin registro ni necropsias”, lamenta Antonio Moreno, portavoz del Colectivo Andaluz contra el Maltrato Animal.
Vanesa Rivera, representante de Agaden, que denunció el caso, considera también que Agricultura no ha hecho nada pese a tener suficientes datos para actuar: "La única forma de corroborar que esta señora alimenta los caballos es visitándolos una vez a la semana y con la factura. Pero es que cuando entramos en la finca con el Seprona tenía comida y los caballos estaban famélicos. Creemos que han muerto más".
http://www.publico.es/espana/174026/maltratadora/inglaterra/protectora/espana
Una británica inhabilitada para cuidar caballos gestiona una finca con 35 en Cádiz. Al menos ocho han muerto desnutridos, pero la Junta no ve negligencia
OLIVIA CARBALLAR - Medina Sidonia (Cádiz) - 13/11/2008 20:50
Una "escena dantesca". Con estas palabras describe el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil lo que encontró el pasado julio en una finca de Medina Sidonia (Cádiz). Caballos en los huesos colgados para poder mantenerse en pie, uno recién muerto, otro agonizando... y, según la Consejería andaluza de Agricultura, siete cadáveres retirados, aunque en total podrían ser al menos 17 los animales muertos.
La dueña, Suzanne Jenkins, acaba de ser condenada por un juez de Gloucestershire (al suroeste de Inglaterra) a no tener animales durante dos años por causar "un sufrimiento innecesario" y dar un "mal cuidado" a sus caballos en una granja en Reino Unido, según la prensa inglesa. Además, las autoridades británicas le han decomisado cinco caballos y tiene que pagar una multa de 1.000 libras esterlinas (unos 1.225 euros).
¿Es coherente que, pese a ser inhabilitada en Inglaterra para cuidar caballos, gestione una finca con animales en España? Cuando la protectora británica inspeccionó los establos en Reino Unido hallaron equinos valorados en 20.000 libras (casi 30.000 euros) escuálidos, en un estado lamentable de higiene, con problemas dentales, heridas en la piel... Y, pese a ello, se encontraban en mejor estado que los que el Seprona localizó en Medina Sidonia.
La paradoja del asunto es que allí, en Reino Unido, el juez considera que a Jenkins se le ha ido de las manos su negocio por el gran tamaño de sus establos y sus crecientes deudas –que le llevaron a que sus padres se hipotecaran–. Y sin embargo, aquí, el caso no sólo no ha llegado a los tribunales sino que la Consejería de Agricultura considera que no ha habido maltrato: “Al principio, Jenkins habló de un virus; luego su veterinario certificó que los animales habían ingerido hierbas con pinchos, que les causaban llagas y les impedían comer. Tras un análisis de agua que nos remitió ella, constatamos que el estado de los caballos podía deberse al alto nivel de salinidad”, afirma un portavoz de la Consejería.
Paralelismos
¿Y la Consejería no hizo sus propias pruebas? “No tenemos por qué desconfiar de las que aportó ella”. En Reino Unido, Jenkins también alegó al principio un posible virus. No es el único paralelismo. Allí, sus deudas la llevaron a reducir el alimento. Y aquí, la Consejería admite que Jenkins soporta “muchos gastos” al tener que comprar la comida, por el mal pasto de la finca, y el agua, por la salinidad. No obstante, varios vecinos dicen que tienen equinos que beben del mismo sitio y están sanos. Según los veterinarios consultados, la sal sólo causaría la muerte en abundancia y muy a la larga: “Pero no adelgazarían de un día a otro, y es raro que tomen agua inadecuada repetidamente”.
Investigación a fondo
De los 52 animales que debería haber en la finca, según la notificación de traslado de Reino Unido, sólo quedan 35. Si ocho han muerto, ¿dónde está el resto? Las protectoras creen que también están muertos. Y algunos lugareños incluso localizan dónde están enterrados. ¿No empujan a la Administración estos datos y la condena de Inglaterra –que no es aplicable en España– a investigar más a fondo el caso de Cádiz? “Aquí no hemos constatado maltrato, por eso no remitimos el caso al fiscal; ella nos manda las facturas de los alimentos, inspeccionamos la finca cada diez días y los animales han mejorado. Sobre los caballos que faltan, ya lo hemos notificado a la Dirección General. ¿Qué más podemos hacer?”, se preguntan en la Consejería. El Seprona considera que se podría hacer mucho más. “Esos animales estaban fatal, fruto del maltrato. Pero sin un informe técnico de la Junta no podemos actuar”, lamentan fuentes de la Guardia Civil.
La finca, además, no dispone de permiso de explotación ganadera, obligatorio para tener animales e imprescindible para registrarlos. Y los caballos, por tanto, tampoco están censados en Andalucía. La Consejería ha abierto a Jenkins un expediente, en trámite, por ello. Pero los caballos siguen estando en el mismo lugar y sin cartilla sanitaria. ¿Cómo lo permite la Administración? “Estamos esperando a que cambie de finca, es sólo un trámite administrativo, los animales están controlados, cumplimos con el espíritu de la ley”, responde Agricultura.
Recurso en Reino Unido
"Susi está en Inglaterra porque va a recurrir la sentencia; las leyes allí son muy estrictas y llaman maltrato a lo que no es; los caballos aquí están muy bien, hay 35", aseguró el padre de Jenkins, Mike, a Público a las puertas de la finca de Medina Sidonia, donde residen ahora de alquiler y donde están los animales.
Un camión con el rótulo "transporte de animales vivos" llega a la finca en ese momento. "Traigo comida de muy buena calidad casi todas las semanas y cisternas de agua; los animales se mueren hasta en las mejores ganaderías", dice el conductor. Desde fuera se pueden observar unos 15 caballos, aparentemente, en buen estado. ¿Podemos entrar a ver los demás? "No, lo siento, Susi no está. Quiere esperar a que se resuelva la apelación en Reino Unido", responde Mike. Este periódico intentó, sin éxito, contactar con la dueña de los caballos.
Las protectoras acusan de dejadez a Agricultura
“Es lamentable que la Consejería no actúe, es dejación de funciones. Sabemos por testigos que hay caballos enterrados en la finca, y eso, además de suponer un peligro para la salud, infringe la ley. La oficina agraria ha autorizado la retirada de cadáveres sin registro ni necropsias”, lamenta Antonio Moreno, portavoz del Colectivo Andaluz contra el Maltrato Animal.
Vanesa Rivera, representante de Agaden, que denunció el caso, considera también que Agricultura no ha hecho nada pese a tener suficientes datos para actuar: "La única forma de corroborar que esta señora alimenta los caballos es visitándolos una vez a la semana y con la factura. Pero es que cuando entramos en la finca con el Seprona tenía comida y los caballos estaban famélicos. Creemos que han muerto más".
http://www.publico.es/espana/174026/maltratadora/inglaterra/protectora/espana