BOADELLA SE VA A SEVILLA
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ELS JOGLARS ESTRENA "LA CENA", UNA SÁTIRA SOBRE EL NEGOCIO DEL CAMBIO CLIMÁTICO.
La compañía catalana celebra el estreno mundial de la obra el viernes en Sevilla y no girará en Cataluña por "falta de clientela"
EUROPA PRESS - Sevilla - 06/05/2008
La compañía catalana Els Joglars estrenará mundialmente este viernes, en el Lope de Vega de Sevilla, su nueva obra La Cena, una sátira que pretende hacer reflexionar sobre la hipocresía y el negocio que rodean a los mensajes alarmistas sobre el cambio climático, ya que, a juicio de su director, Albert Boadella, "vivimos en la época de mayor esplendor del Tartufo, el gran personaje de Molière, en el que la ostentación pública de la filantropía y el puritanismo fingido son las señas de identidad".
La pieza, con dirección, dramaturgia y escenografía de Albert Boadella, estará en cartel hasta el 18 de mayo y supone el segundo estreno absoluto que la compañía catalana celebra en la capital hispalense, después de El retablo de las Maravillas. Además, es la primera vez que una obra de Els Joglars no pisará Catalunya.
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A través de este argumento se van introduciendo críticas a la impostura y la frivolidad con que las administraciones políticas tratan las cuestiones que tienen que ver con la naturaleza y el medioambiente; al fomento de los temas ecológicos y del cambio climático, promovidos en versión catastrofista, creando una nueva moda que inspira su tratamiento como forma contemporánea de religión; y a la disposición de la gente a seguir cualquier personaje como Al Gore que, según Boadella, "va por el mundo con su show y con mucho morro".
El director de la obra reveló que en la representación también aparecerán alusiones al reciente problema del agua y acusaciones de "irresponsabilidad" a los políticos y ciudadanos por haber convertido en una "religión" la preocupación por el cambio climático.
Dejar morir al lince
Boadella ejemplificó estas actitudes y el "negociazo" que rodea a las cuestiones medioambientales, recordando que actualmente "hay más de 400 instituciones dedicadas a que no se extinga el lince ibérico y, a pesar de ello, el lince se muere", por lo que planteó si no habría que reflexionar sobre si "a lo mejor, hay que dejar morir a este animal".
A su juicio, "el disparate de halla en el constante estímulo de una política de consumo compulsivo y al mismo tiempo los simulacros de lucha por un mundo sin contaminación".