Campaña científica de WWW-Adena para evaluar la situación del atún rojo.
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Diario El Mundo, 19 septiembre 2008.
CAMPAÑA DE WWF-ADENA.
Los ecologistas marcan atunes para obtener datos que ayuden a evitar su extinción.En colaboración con centros de investigación y pescadores tradicionales.
(PEDRO CÁCERES--MADRID.- ¿Un buen lomo de atún rojo a la plancha le parece un manjar? Pues vaya olvidándose de él. La población del Mediterráneo se ha reducido dramáticamente en los últimos años y los expertos creen que está a punto de colapsar. Hasta la UE ordenó este verano que los barcos volvieran a puerto antes de tiempo. Ahora, la ONG WWW-Adena lleva a cabo una campaña científica para evaluar la situación de la especie y ayudar a conseguir una pesquería sostenible que asegure el futuro.
Unos 40 atunes ('Thunnus thynus') han sido ya capturados, equipados con aparatos de recogida de datos y devueltos al mar gracias al a campaña iniciada por la organización WWF-Adena, que advierte que la especie está al borde del colapso debido a la sobreexplotación pesquera.
Como explica a elmundo.es Raúl García, responsable de pesquerías de WWF-Adena, se trata de "investigar las pautas migratorias y el comportamiento de adultos y juveniles de atún rojo en el Mediterráneo, aplicando tecnologías vía satélite para obtener datos con los que establecer medidas de gestión eficaces".
Para ello, han equipado con mecanismos de toma de datos a ejemplares de atún capturados en Baleares y en aguas del Golfo de Rosas, entre España y Francia, por pescadores deportivos de pesca sin muerte.
La cooperación entre la ONG y los pescadores ha servido para que los atunes capturados con caña por los pescadores sean devueltos una vez analizados y provistos de localizadores por los biólogos de WWF-Adena. La campaña de estudio durará tres años y aportará más conocimiento sobre la vida de una especie en declive y que vive una situación preocupante.
Un banco de atunes rojos. (Foto: Manu San Félix)
Con ejemplares que pueden llegar a alcanzar hasta 600 kilos de peso, el atún rojo ha sido un recurso alimenticio de gran importancia desde antes de la época romana, y ha sido capturado con técnicas culturales milenarias como la almadraba típica de las localidades del Estrecho de Gibraltar. Sin embargo, la sobrepesca que ha sufrido en los últimos años la ha llevado a una situación límite.
Este verano, por primera vez, la Unión Europea ordenó suspender la campaña pesquera dos semanas antes de lo previsto por entender que ya se había superado la cuota prevista. El comité científico del ICAP, responsable de vigilar y regular las pesquerías de atún, había fijado una cuota de capturas para 2008 de 29.000 toneladas, el 90% de las cuales se extrae en el Mediterráneo y el resto en el Atlántico Oriental. El pasado 15 de junio, la UE ordenó a los barcos dejar de faenar al estimar que ya se habían apresado las 19.000 toneladas que le correspondían a los buques europeos.
Los ecologistas consideran que las cuotas actuales son excesivas teniendo en cuenta el declive de la especie. Pero, lo peor, según explica Raúl García, es que las capturas reales son mayores incluso de las permitidas. El comité científico del ICAP ha reconocido que, en 2007, se capturaron en realidad más de 61.000 toneladas, muchas de ellas por barcos 'piratas' o por operadores que no declaran realmente lo que capturan.
Cada vez son más pequeños
Los ejemplares que se atrapan tienen una media de peso cada vez más pequeña y ya es casi imposible encontrar uno de los grandes adultos de antaño, afirma Raúl García. No quedan viejos ejemplares reproductores de los que eran capaces de llegar a 20 o 30 años y hasta 600 kilos de peso, sino pequeños juveniles. Es un síntoma evidente del colapso de la pesquería.
El atún es un gran predador marino que se sitúa en la cima de la cadena trófica. Las especies de este tipo encuentran muy difícil recuperarse una vez que ven roto su equilibrio poblacional. Lo mismo que le ocurrió al bacalao del Atlántico Norte, que no ha vuelto a aumentar en número desde que se agotó en los años 70, puede estar a punto de pasarle a los atunes mediterráneos, aclara García.
Un perverso efecto ecológico hace que, cuando desaparecen los grandes adultos de las especies predadoras, como el atún, estas pasen a convertirse de comedoras en comidas. Las especies pequeñas que los atunes suelen utilizar como presa comienzan a depredar sobre los alevines de atún y los atunes inmaduros cuando no quedan atunes adultos que las mantengan a raya.
WWF colabora con pescadores tradicionales y diversos centros de investigación científica
De todos modos, aclara García, es muy poco lo que se conoce del atún rojo, a pesar de su importancia económica y cultural. Por ello, la ONG intenta averiguar lo máximo posible de su biología y comportamiento para ayudar a salvar la pesquería. Para ello ha puesto en marcha la campaña en la que colabora con el Instituto Español de Oceanografía, la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco y la Universidad de Cádiz, que lleva tiempo estudiando a los atunes.
WWF-Adena ha contado con el apoyo y colaboración de algunos agentes del sector, preocupados por el declive de la especie. "Hay una buena actitud. La situación es tan grave que el sector sabe que hay que hacer algo, porque si no el atún se va a acabar de un día para otro", explica Raúl García.
Así, los expertos de WWF-Adena han colaborado con pescadores deportivos y de técnicas tradicionales como el palangre para conseguir ejemplares salvajes y vivos de atún. En el caso de los palangreros, WWF-Adena ha conseguido que los pescadores comerciales 'perdonaran' a alguno de los capturados y los devolvieran al mar, una vez equipados con aparatos de toma de datos por los expertos de la ONG. Lo mismo ha ocurrido con los pescadores deportivos de pesca sin muerte del Golfo de Rosas.
Los biológos han instalado dos tipos de sistemas a los atunes. Ambos permiten grabar su situación geográfica, desplazamientos, profundidad y movimientos en la columna de agua y hasta deducir sus pautas de alimentación y comportamiento. La investigación durará tres años y tendrá los primeros resultados a finales de 2008. Hay que tener en cuenta que los sistemas empleados, como los equipos Pop Up, no transmiten la información diariamente, sino sólo al ser recuperados.
Los aparatos Pop Up, no mayores que un encendedor de gas, están diseñados para desprenderse de la piel del atún en un margen de tiempo de tres a 12 meses. Entonces, el artilugio sale flotando a la superficie y transmite vía satélite todos los datos grabados durante el tiempo anterior. El otro tipo de sistema utilizado se implanta bajo la piel y sólo se recupera cuando el atún es capturado de nuevo. Los biológos esperan que los pescadores les entreguen los aparatos con los datos grabados cuando los atunes, tarde o temprano, acaben en manos de los pesqueros.
Para el experto en pesquerías de WWF-Adena, la investigación ayudará a tener información fundamental sobre las migraciones y los hábitos de reproducción de los atunes, fundamentales para aplicar medidas de gestión eficaces para la especie.
Conferencia en Isla Cristina del profesor de Bilogía José Carlos García.
Análisis oceanográfico del problema del atún rojo y el mediterráneo.
Miércoles 17 de Septiembre de 2008
Isla Cristina Digital .com
ISLA CRISTINA.- Dentro de los martes culturales y de este mes de septiembre dedicado al atún, José Carlos García, profesor de la Universidad de Sevilla, realizó una conferencia sobre el atún rojo y el mediterráneo, analizando de forma sencilla algunos de los problemas existentes, como la presencia de mercurio en los túnidos y el por qué de que en algunas ocasiones no se logren capturas.
Entre los problemas relativos a la dificultad para capturar atunes en las almadrabas se destacó que los atunes rechazan las aguas turbias y buscan las aguas no muy frías. En este sentido, determinadas técnicas de pesca pueden producir que el agua se enturbie y, aunque esta “suciedad” pueda producirse en una zona lejana, ésta es desplazada por las corrientes interponiéndose en el camino habitual de los atunes. Igualmente, cuando el viento sopla desde tierra hacia el agua, éste arrastra polvo y arena que también termina enturbiando el agua, además, este caso también puede producir un cambio de corrientes que enfría la zona de los atunes.
Todos estos problemas tienen como consecuencia que los túnidos, buscando aguas limpias, no se acerquen tanto a la costa ni a las almadrabas y que su tendencia sea alejarse. Así, el profesor aseguraba que no es que haya menos atunes, sino que están más lejos.
Otra de las amenazas que ha llevado a que la captura se haya reducido en determinados puntos es la gran presión pesquera, aunque actualmente existen zonas muy productivas.
El misterio resuelto del mercurio en el atún
José Carlos García también explicó la presencia de mercurio en los atunes. A pesar de lo que se pueda pensar desde el desconocimiento, los peces contaminados por mercurio apenas se dan en la zona litoral, mientras que es muy frecuente en los de alta mar, como el pez espada y el atún.
Debe tenerse en cuenta la contaminación que producimos a través de la incineración de basuras, de los coches, la industria, etc., la cual llega a mar mediante determinados mecanismos.
A partir de aquí, se ha estudiado que en el mar hay zonas de hipoxia donde los atunes bajan a aguas profundas y muy claras. Es en estas zonas situadas a partir de los 200 y 600 metros y con una concentración de oxígeno de 4 mg/litro, en lugar de 8 mg/litro, donde el mercurio, que se haya en unas cantidades ínfimas, se convierte en dimetil-mercurio, el cual penetra fácilmente por las branquias, sin necesidad de que sea ingerido, de forma que va acumulándose en los peces.
José Carlos García
Profesor de la Facultad de Biología de Sevilla desde 1981, García Gómez se doctoró en 1984 obteniendo el Premio Extraordinario de Doctorado y el de Investigación a la Mejor Tesis Doctoral de la Universidad de Sevilla (1984). Imparte actualmente asignaturas relacionadas con Zoología y Biología Marina tanto en sus aspectos básicos como aplicados. En su labor docente y de enseñanza a la investigación ha pronunciado numerosas conferencias, intervenido en cursos de especialización, Masters de Medioambiente y dirigido once tesis doctorales. Es director del Laboratorio de Biología Marina de la Facultad de Biología de Sevilla y gestor de los recursos financieros que mantienen las principales líneas de investigación, la mayor parte de cuyos proyectos científicos dirige y coordina personalmente.
Junto a sus colaboradores ha publicado más de 100 trabajos de investigación en revistas científicas de proyección internacional: alemanas (Polar Biology; Marine biology; Marine Ecology Progress Series), holandesas (Beaufortia; Crustaceana; Systematic Parasitology; Zoologische Mededelingen; Zoologische Verhandelingen), británicas (Journal of Natural History; Zoological Journal of the Linnean Society; Journal of Molluscan Studies; Journal of Zoology ; Journal of Marine Biology Association U.K.; Journal of Biogeography), francesas (Cahiers de Biologie Marine; Bulletin du Museum National d’Histoire Naturelle; Vie et Milieu), italianas (Marine Ecology, Bolletino Malacologico), suecas (Acta Zoologica); danesas (Ophelia), canadienses (Canadian Journal of Zoology) y estadounidenses (The Veliger; Malacologia; Journal of Morphology; Proceedings of the Biological Society of Washington). Asimismo, ha presentado una centena de comunicaciones o ponencias en Congresos científicos nacionales e internacionales.
Parte de los trabajos citados, han sido el producto de la colaboración con científicos de otras universidades y centros de investigación nacionales y extranjeros: Universidad de Oviedo, Faculté des Sciences et des Techniques (Francia), Station Marine d’Endoume (Francia), Istituto per la Chimica di Molecole di Interesse Biologico (Italia), University of Bristol (Reino Unido), Universidad de Salamanca, Istituto de InvestigaçoCientifica Tropical (Portugal) y Université Libre de Bruxelles (Bélgica).
Una de las repercusiones de la investigación aplicada desarrollada junto a su equipo ha sido la obtención de una patente relacionada con la instalación y eficiencia de arrecifes artificiales para la protección de recursos pesqueros de áreas litorales.
En los trabajos antes citados se recogen numerosas aportaciones científicas en el ámbito de la biología marina, en las disciplinas de Taxonomía, Anatomía, Histología, Química y Ecología, fundamentalmente. Cabe destacar el descubrimiento de nuevos músculos, arterias e inervaciones en moluscos marinos, así como de homologías (de gran interés por su significado evolutivo), las cuales contribuirán al esclarecimiento de las relaciones filogenéticas en algunos de los grupos zoológicos estudiados.
En el campo de la Biodiversidad y la Zoogeografía destacan las numerosas aportaciones al conocimiento de la fauna española y, especialmente, la andaluza. Junto a su equipo, ha censado y descrito más de dos mil especies animales marinas, de las cuales más de quinientas eran completamente desconocidas en Andalucía. De ellos una centena eran desconocidas en la Península Ibérica y más de cincuenta se han descrito como nuevas para la Ciencia. Los nuevos datos aportados sobre la distribución geográfica de estas especies han coadyuvado a ampliar y definir sus límites zoogeográficos. Por otra parte, la redescripción de más de quinientas especies biológicas ha aportado numerosos descubrimientos inéditos distintivos de las mismas, mejorando su identificación y conocimiento. Una consecuencia de ello ha sido la invalidación de diversas especies considerándolas formas sinónimas de otras preexistentes y el restablecimiento de la identidad específica de otras que hasta ahora eran consideradas sinonimias.
En otro contexto, ante la hipótesis de trabajo de que algunos animales marinos exhiben una coloración llamativa por estar defendidos estructural (espículas) o químicamente (sustancias repulsivas o venenosas) ha investigado en la localización (anatómica e histológica), aislamiento y caracterización de sustancias químicas defensivas, sus implicaciones taxonómicas y su significado ecológico. Al respecto, en una de las tesis dirigidas por el Dr. García-Gómez, en colaboración con el Dr. G. Cimino, se han caracterizado y descrito catorce nuevas especies químicas desconocidas por la Ciencia.
En el ámbito de los recursos marinos, ha dirigido desde 1987 sucesivos proyectos relacionados con la instalación de arrecifes artificiales en el litoral andaluz (en colaboración con la Dirección General de Pesca de la Junta de Andalucía), especialmente para la protección y recuperación de fondos esquilmados por la acción ilegal y continuada de artes de pesca no selectivas.
En un marco medioambiental, ha dirigido diversos proyectos de viabilidad o impacto ambiental en zonas litorales, desarrollando una investigación aplicada en este campo, relacionada fundamentalmente con la aplicación de modelos de evaluación de la calidad ambiental del medio marino a partir de indicadores biológicos. El estudio de la biodiversidad y la utilización de índices que la caractericen le ha permitido configurar la metodología básica de un “plan de vigilancia ecológica litoral” (en colaboración con la Consejería de Medio Ambiente) que persigue detectar a tiempo posibles desplomes en el ecosistema litoral que puedan desencadenar regresiones biológicas no deseables. Esta metodología, con modificaciones puntuales, podría ser aplicable en otras partes del mundo.
Ha publicado numerosos artículos divulgativos y efectuado colaboraciones con los medios informativos y participado o dirigido campañas de biología marina en aguas europeas y norteafricanas y también en el Mar Rojo, Océanos Indico y Pacífico y en la Antártida, en este último caso a bordo del B.I.O. Hespérides donde dirigió un subprograma de investigación científica basado en procedimientos de muestreo en inmersión, para lo cual tuvo que realizar en la Armada un curso especializado de buceo en condiciones extremas. En este sentido, fue uno de los miembros del equipo nacional que , en 1994, buceó por primera vez al sur del círculo polar antártico.
Experto en fotografía científica y submarina y en la interpretación de los fondos marinos (comunidades biológicas) por técnicas de análisis de imagen, ha desarrollado un procedimiento de fotografiado en aguas turbias, de especial interés para su aplicación en sistemas litorales alterados por la acción humana. Al respecto, dispone de más de 10.000 imágenes obtenidas durante su trayectoria profesional, especialmente de campañas científicas y viajes, en zonas de latitudes medias, tropicales (arrecifes de coral) y polares (Antártida). Además de su aplicación científica, este archivo es usado para destacar numerosos aspectos inéditos en el desarrollo de la actividad docente universitaria, especialmente en estudios de segundo y tercer ciclo.
También ha dirigido o participado en otros proyectos relacionados con la Biodiversidad y el Medioambiente y, financiados fundamentalmente por la CICYT (Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología), A.M.A. (Junta de Andalucía) y empresas. Al respecto, el proyecto más extenso ha sido el “Bahía de Algeciras”, financiado por C.E.P.S.A., Fundación Sevillana de Electricidad, Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar y Ayuntamiento de Los Barrios, con la colaboración especial de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras, que ha supuesto durante el período 1991-1995 el desarrollo de 18 tesis doctorales, la publicación de más de 30 artículos científicos y, sobre todo contribuir a sentar las bases de un plan de vigilancia ecológica en la Bahía de Algeciras, entre otros aspectos relevantes.
Además de los premios de investigación señalados anteriormente, ha recibido el Premio Andalucía de Medio Ambiente (1996), el Premio Nacional de Medio Ambiente (1997) y, junto a su equipo, el Gran Premio Internacional de Medio Ambiente Marino de la CMAS (UNESCO) (1998). Ha recibido también un Premio Nacional y otro Internacional de fotografía científica.
CAMPAÑA DE WWF-ADENA.
Los ecologistas marcan atunes para obtener datos que ayuden a evitar su extinción.En colaboración con centros de investigación y pescadores tradicionales.
(PEDRO CÁCERES--MADRID.- ¿Un buen lomo de atún rojo a la plancha le parece un manjar? Pues vaya olvidándose de él. La población del Mediterráneo se ha reducido dramáticamente en los últimos años y los expertos creen que está a punto de colapsar. Hasta la UE ordenó este verano que los barcos volvieran a puerto antes de tiempo. Ahora, la ONG WWW-Adena lleva a cabo una campaña científica para evaluar la situación de la especie y ayudar a conseguir una pesquería sostenible que asegure el futuro.
Unos 40 atunes ('Thunnus thynus') han sido ya capturados, equipados con aparatos de recogida de datos y devueltos al mar gracias al a campaña iniciada por la organización WWF-Adena, que advierte que la especie está al borde del colapso debido a la sobreexplotación pesquera.
Como explica a elmundo.es Raúl García, responsable de pesquerías de WWF-Adena, se trata de "investigar las pautas migratorias y el comportamiento de adultos y juveniles de atún rojo en el Mediterráneo, aplicando tecnologías vía satélite para obtener datos con los que establecer medidas de gestión eficaces".
Para ello, han equipado con mecanismos de toma de datos a ejemplares de atún capturados en Baleares y en aguas del Golfo de Rosas, entre España y Francia, por pescadores deportivos de pesca sin muerte.
La cooperación entre la ONG y los pescadores ha servido para que los atunes capturados con caña por los pescadores sean devueltos una vez analizados y provistos de localizadores por los biólogos de WWF-Adena. La campaña de estudio durará tres años y aportará más conocimiento sobre la vida de una especie en declive y que vive una situación preocupante.
Un banco de atunes rojos. (Foto: Manu San Félix)
Con ejemplares que pueden llegar a alcanzar hasta 600 kilos de peso, el atún rojo ha sido un recurso alimenticio de gran importancia desde antes de la época romana, y ha sido capturado con técnicas culturales milenarias como la almadraba típica de las localidades del Estrecho de Gibraltar. Sin embargo, la sobrepesca que ha sufrido en los últimos años la ha llevado a una situación límite.
Este verano, por primera vez, la Unión Europea ordenó suspender la campaña pesquera dos semanas antes de lo previsto por entender que ya se había superado la cuota prevista. El comité científico del ICAP, responsable de vigilar y regular las pesquerías de atún, había fijado una cuota de capturas para 2008 de 29.000 toneladas, el 90% de las cuales se extrae en el Mediterráneo y el resto en el Atlántico Oriental. El pasado 15 de junio, la UE ordenó a los barcos dejar de faenar al estimar que ya se habían apresado las 19.000 toneladas que le correspondían a los buques europeos.
Los ecologistas consideran que las cuotas actuales son excesivas teniendo en cuenta el declive de la especie. Pero, lo peor, según explica Raúl García, es que las capturas reales son mayores incluso de las permitidas. El comité científico del ICAP ha reconocido que, en 2007, se capturaron en realidad más de 61.000 toneladas, muchas de ellas por barcos 'piratas' o por operadores que no declaran realmente lo que capturan.
Cada vez son más pequeños
Los ejemplares que se atrapan tienen una media de peso cada vez más pequeña y ya es casi imposible encontrar uno de los grandes adultos de antaño, afirma Raúl García. No quedan viejos ejemplares reproductores de los que eran capaces de llegar a 20 o 30 años y hasta 600 kilos de peso, sino pequeños juveniles. Es un síntoma evidente del colapso de la pesquería.
El atún es un gran predador marino que se sitúa en la cima de la cadena trófica. Las especies de este tipo encuentran muy difícil recuperarse una vez que ven roto su equilibrio poblacional. Lo mismo que le ocurrió al bacalao del Atlántico Norte, que no ha vuelto a aumentar en número desde que se agotó en los años 70, puede estar a punto de pasarle a los atunes mediterráneos, aclara García.
Un perverso efecto ecológico hace que, cuando desaparecen los grandes adultos de las especies predadoras, como el atún, estas pasen a convertirse de comedoras en comidas. Las especies pequeñas que los atunes suelen utilizar como presa comienzan a depredar sobre los alevines de atún y los atunes inmaduros cuando no quedan atunes adultos que las mantengan a raya.
WWF colabora con pescadores tradicionales y diversos centros de investigación científica
De todos modos, aclara García, es muy poco lo que se conoce del atún rojo, a pesar de su importancia económica y cultural. Por ello, la ONG intenta averiguar lo máximo posible de su biología y comportamiento para ayudar a salvar la pesquería. Para ello ha puesto en marcha la campaña en la que colabora con el Instituto Español de Oceanografía, la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco y la Universidad de Cádiz, que lleva tiempo estudiando a los atunes.
WWF-Adena ha contado con el apoyo y colaboración de algunos agentes del sector, preocupados por el declive de la especie. "Hay una buena actitud. La situación es tan grave que el sector sabe que hay que hacer algo, porque si no el atún se va a acabar de un día para otro", explica Raúl García.
Así, los expertos de WWF-Adena han colaborado con pescadores deportivos y de técnicas tradicionales como el palangre para conseguir ejemplares salvajes y vivos de atún. En el caso de los palangreros, WWF-Adena ha conseguido que los pescadores comerciales 'perdonaran' a alguno de los capturados y los devolvieran al mar, una vez equipados con aparatos de toma de datos por los expertos de la ONG. Lo mismo ha ocurrido con los pescadores deportivos de pesca sin muerte del Golfo de Rosas.
Los biológos han instalado dos tipos de sistemas a los atunes. Ambos permiten grabar su situación geográfica, desplazamientos, profundidad y movimientos en la columna de agua y hasta deducir sus pautas de alimentación y comportamiento. La investigación durará tres años y tendrá los primeros resultados a finales de 2008. Hay que tener en cuenta que los sistemas empleados, como los equipos Pop Up, no transmiten la información diariamente, sino sólo al ser recuperados.
Los aparatos Pop Up, no mayores que un encendedor de gas, están diseñados para desprenderse de la piel del atún en un margen de tiempo de tres a 12 meses. Entonces, el artilugio sale flotando a la superficie y transmite vía satélite todos los datos grabados durante el tiempo anterior. El otro tipo de sistema utilizado se implanta bajo la piel y sólo se recupera cuando el atún es capturado de nuevo. Los biológos esperan que los pescadores les entreguen los aparatos con los datos grabados cuando los atunes, tarde o temprano, acaben en manos de los pesqueros.
Para el experto en pesquerías de WWF-Adena, la investigación ayudará a tener información fundamental sobre las migraciones y los hábitos de reproducción de los atunes, fundamentales para aplicar medidas de gestión eficaces para la especie.
Conferencia en Isla Cristina del profesor de Bilogía José Carlos García.
Análisis oceanográfico del problema del atún rojo y el mediterráneo.
Miércoles 17 de Septiembre de 2008
Isla Cristina Digital .com
ISLA CRISTINA.- Dentro de los martes culturales y de este mes de septiembre dedicado al atún, José Carlos García, profesor de la Universidad de Sevilla, realizó una conferencia sobre el atún rojo y el mediterráneo, analizando de forma sencilla algunos de los problemas existentes, como la presencia de mercurio en los túnidos y el por qué de que en algunas ocasiones no se logren capturas.
Entre los problemas relativos a la dificultad para capturar atunes en las almadrabas se destacó que los atunes rechazan las aguas turbias y buscan las aguas no muy frías. En este sentido, determinadas técnicas de pesca pueden producir que el agua se enturbie y, aunque esta “suciedad” pueda producirse en una zona lejana, ésta es desplazada por las corrientes interponiéndose en el camino habitual de los atunes. Igualmente, cuando el viento sopla desde tierra hacia el agua, éste arrastra polvo y arena que también termina enturbiando el agua, además, este caso también puede producir un cambio de corrientes que enfría la zona de los atunes.
Todos estos problemas tienen como consecuencia que los túnidos, buscando aguas limpias, no se acerquen tanto a la costa ni a las almadrabas y que su tendencia sea alejarse. Así, el profesor aseguraba que no es que haya menos atunes, sino que están más lejos.
Otra de las amenazas que ha llevado a que la captura se haya reducido en determinados puntos es la gran presión pesquera, aunque actualmente existen zonas muy productivas.
El misterio resuelto del mercurio en el atún
José Carlos García también explicó la presencia de mercurio en los atunes. A pesar de lo que se pueda pensar desde el desconocimiento, los peces contaminados por mercurio apenas se dan en la zona litoral, mientras que es muy frecuente en los de alta mar, como el pez espada y el atún.
Debe tenerse en cuenta la contaminación que producimos a través de la incineración de basuras, de los coches, la industria, etc., la cual llega a mar mediante determinados mecanismos.
A partir de aquí, se ha estudiado que en el mar hay zonas de hipoxia donde los atunes bajan a aguas profundas y muy claras. Es en estas zonas situadas a partir de los 200 y 600 metros y con una concentración de oxígeno de 4 mg/litro, en lugar de 8 mg/litro, donde el mercurio, que se haya en unas cantidades ínfimas, se convierte en dimetil-mercurio, el cual penetra fácilmente por las branquias, sin necesidad de que sea ingerido, de forma que va acumulándose en los peces.
José Carlos García
Profesor de la Facultad de Biología de Sevilla desde 1981, García Gómez se doctoró en 1984 obteniendo el Premio Extraordinario de Doctorado y el de Investigación a la Mejor Tesis Doctoral de la Universidad de Sevilla (1984). Imparte actualmente asignaturas relacionadas con Zoología y Biología Marina tanto en sus aspectos básicos como aplicados. En su labor docente y de enseñanza a la investigación ha pronunciado numerosas conferencias, intervenido en cursos de especialización, Masters de Medioambiente y dirigido once tesis doctorales. Es director del Laboratorio de Biología Marina de la Facultad de Biología de Sevilla y gestor de los recursos financieros que mantienen las principales líneas de investigación, la mayor parte de cuyos proyectos científicos dirige y coordina personalmente.
Junto a sus colaboradores ha publicado más de 100 trabajos de investigación en revistas científicas de proyección internacional: alemanas (Polar Biology; Marine biology; Marine Ecology Progress Series), holandesas (Beaufortia; Crustaceana; Systematic Parasitology; Zoologische Mededelingen; Zoologische Verhandelingen), británicas (Journal of Natural History; Zoological Journal of the Linnean Society; Journal of Molluscan Studies; Journal of Zoology ; Journal of Marine Biology Association U.K.; Journal of Biogeography), francesas (Cahiers de Biologie Marine; Bulletin du Museum National d’Histoire Naturelle; Vie et Milieu), italianas (Marine Ecology, Bolletino Malacologico), suecas (Acta Zoologica); danesas (Ophelia), canadienses (Canadian Journal of Zoology) y estadounidenses (The Veliger; Malacologia; Journal of Morphology; Proceedings of the Biological Society of Washington). Asimismo, ha presentado una centena de comunicaciones o ponencias en Congresos científicos nacionales e internacionales.
Parte de los trabajos citados, han sido el producto de la colaboración con científicos de otras universidades y centros de investigación nacionales y extranjeros: Universidad de Oviedo, Faculté des Sciences et des Techniques (Francia), Station Marine d’Endoume (Francia), Istituto per la Chimica di Molecole di Interesse Biologico (Italia), University of Bristol (Reino Unido), Universidad de Salamanca, Istituto de InvestigaçoCientifica Tropical (Portugal) y Université Libre de Bruxelles (Bélgica).
Una de las repercusiones de la investigación aplicada desarrollada junto a su equipo ha sido la obtención de una patente relacionada con la instalación y eficiencia de arrecifes artificiales para la protección de recursos pesqueros de áreas litorales.
En los trabajos antes citados se recogen numerosas aportaciones científicas en el ámbito de la biología marina, en las disciplinas de Taxonomía, Anatomía, Histología, Química y Ecología, fundamentalmente. Cabe destacar el descubrimiento de nuevos músculos, arterias e inervaciones en moluscos marinos, así como de homologías (de gran interés por su significado evolutivo), las cuales contribuirán al esclarecimiento de las relaciones filogenéticas en algunos de los grupos zoológicos estudiados.
En el campo de la Biodiversidad y la Zoogeografía destacan las numerosas aportaciones al conocimiento de la fauna española y, especialmente, la andaluza. Junto a su equipo, ha censado y descrito más de dos mil especies animales marinas, de las cuales más de quinientas eran completamente desconocidas en Andalucía. De ellos una centena eran desconocidas en la Península Ibérica y más de cincuenta se han descrito como nuevas para la Ciencia. Los nuevos datos aportados sobre la distribución geográfica de estas especies han coadyuvado a ampliar y definir sus límites zoogeográficos. Por otra parte, la redescripción de más de quinientas especies biológicas ha aportado numerosos descubrimientos inéditos distintivos de las mismas, mejorando su identificación y conocimiento. Una consecuencia de ello ha sido la invalidación de diversas especies considerándolas formas sinónimas de otras preexistentes y el restablecimiento de la identidad específica de otras que hasta ahora eran consideradas sinonimias.
En otro contexto, ante la hipótesis de trabajo de que algunos animales marinos exhiben una coloración llamativa por estar defendidos estructural (espículas) o químicamente (sustancias repulsivas o venenosas) ha investigado en la localización (anatómica e histológica), aislamiento y caracterización de sustancias químicas defensivas, sus implicaciones taxonómicas y su significado ecológico. Al respecto, en una de las tesis dirigidas por el Dr. García-Gómez, en colaboración con el Dr. G. Cimino, se han caracterizado y descrito catorce nuevas especies químicas desconocidas por la Ciencia.
En el ámbito de los recursos marinos, ha dirigido desde 1987 sucesivos proyectos relacionados con la instalación de arrecifes artificiales en el litoral andaluz (en colaboración con la Dirección General de Pesca de la Junta de Andalucía), especialmente para la protección y recuperación de fondos esquilmados por la acción ilegal y continuada de artes de pesca no selectivas.
En un marco medioambiental, ha dirigido diversos proyectos de viabilidad o impacto ambiental en zonas litorales, desarrollando una investigación aplicada en este campo, relacionada fundamentalmente con la aplicación de modelos de evaluación de la calidad ambiental del medio marino a partir de indicadores biológicos. El estudio de la biodiversidad y la utilización de índices que la caractericen le ha permitido configurar la metodología básica de un “plan de vigilancia ecológica litoral” (en colaboración con la Consejería de Medio Ambiente) que persigue detectar a tiempo posibles desplomes en el ecosistema litoral que puedan desencadenar regresiones biológicas no deseables. Esta metodología, con modificaciones puntuales, podría ser aplicable en otras partes del mundo.
Ha publicado numerosos artículos divulgativos y efectuado colaboraciones con los medios informativos y participado o dirigido campañas de biología marina en aguas europeas y norteafricanas y también en el Mar Rojo, Océanos Indico y Pacífico y en la Antártida, en este último caso a bordo del B.I.O. Hespérides donde dirigió un subprograma de investigación científica basado en procedimientos de muestreo en inmersión, para lo cual tuvo que realizar en la Armada un curso especializado de buceo en condiciones extremas. En este sentido, fue uno de los miembros del equipo nacional que , en 1994, buceó por primera vez al sur del círculo polar antártico.
Experto en fotografía científica y submarina y en la interpretación de los fondos marinos (comunidades biológicas) por técnicas de análisis de imagen, ha desarrollado un procedimiento de fotografiado en aguas turbias, de especial interés para su aplicación en sistemas litorales alterados por la acción humana. Al respecto, dispone de más de 10.000 imágenes obtenidas durante su trayectoria profesional, especialmente de campañas científicas y viajes, en zonas de latitudes medias, tropicales (arrecifes de coral) y polares (Antártida). Además de su aplicación científica, este archivo es usado para destacar numerosos aspectos inéditos en el desarrollo de la actividad docente universitaria, especialmente en estudios de segundo y tercer ciclo.
También ha dirigido o participado en otros proyectos relacionados con la Biodiversidad y el Medioambiente y, financiados fundamentalmente por la CICYT (Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología), A.M.A. (Junta de Andalucía) y empresas. Al respecto, el proyecto más extenso ha sido el “Bahía de Algeciras”, financiado por C.E.P.S.A., Fundación Sevillana de Electricidad, Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar y Ayuntamiento de Los Barrios, con la colaboración especial de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras, que ha supuesto durante el período 1991-1995 el desarrollo de 18 tesis doctorales, la publicación de más de 30 artículos científicos y, sobre todo contribuir a sentar las bases de un plan de vigilancia ecológica en la Bahía de Algeciras, entre otros aspectos relevantes.
Además de los premios de investigación señalados anteriormente, ha recibido el Premio Andalucía de Medio Ambiente (1996), el Premio Nacional de Medio Ambiente (1997) y, junto a su equipo, el Gran Premio Internacional de Medio Ambiente Marino de la CMAS (UNESCO) (1998). Ha recibido también un Premio Nacional y otro Internacional de fotografía científica.