ABC, 16 abril 2012
El anuncio es considerado «un insulto que ofende la inteligencia de los italianos y son la prueba de que las multinacionales están en dificultad» para defender la práctica de la vivisección, según denuncia la exministra de Turismo, Michela Brambilla, fundadora de la Federación Italiana de Asociaciones por los Derechos de los Animales.
El 86%, contra la vivisección
Hace poco tiempo era impensable que se hubiera programado una gran campaña de estas características, con mucho dinero procedente fundamentalmente de las multinacionales farmacéuticas; si ahora se hace es porque ha crecido muchísimo la conciencia social contra la vivisección. En efecto, el instituto de investigación italiano Eurispes afirma que el 86% de los italianos rechaza totalmente esa práctica.
Según la exministra Brambilla, desde hace cinco años la experimentación con animales ha sido eliminada en los centros de investigación estatal de Estados Unidos, porque «existen seguros métodos alternativos a la vivisección, mediante el cultivo de células y tejidos». «Los intereses económicos de estas multinacionales –añade Brambilla– no deben prevalecer sobre el derecho de los ciudadanos de poder contar con una investigación científica éticamente aceptable y verdaderamente segura. No hay necesidad de escoger entre el topo y la niña. Pueden y vivir los dos». Los promotores de la campaña argumentan que sin la investigación con los animales, las medicinas y los tratamientos que hoy tenemos no existirían.
2.500 perros «beagle» para laboratorios
Seguramente. lo que ha movilizado más a los italianos contra la vivisección sea el centro de «Green Hill», donde se crían 2.500 perros de raza «beagle» destinados a los laboratorios de todo el mundo, fundamentalmente en Europa.
Se trata de un óptimo negocio económico que ha irritado a muchos italianos, hasta el punto de que el próximo 28 de abril hay prevista una manifestación nacional para que sea cerrado el centro y liberados los «beagle». Para defender sus argumentos recuerdan incluso una frase de Albert Einstein a propósito de la vivisección: «Ningún objetivo es tan alto para justificar métodos tan indignos».