Crece el abandono de caballos en fincas sin control.
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La Voz digital.es, 17 agosto 2009
Propietarios de caballos abandonan a los animales al no poder mantenerlos
El cuidado y alimentación de los equinos
supone un gasto mensual de 300 euros
En un capítulo de la famosa serie Los Simpson, Homer le regala un pony a su hija y, para poder pagar el mantenimiento del animal, se ve obligado a conseguir un segundo empleo. La misma situación se ha trasladado a la vida real: muchos propietarios de caballos de la provincia están literalmente ahogados por el coste que supone la estancia y cuidado de un caballo en una cuadra. «El mantenimiento mínimo de un caballo en unas instalaciones normales es de unos 300 euros al mes mínimo», explica Ignacio Grosso, vinculado al sector equino desde hace 15 años. Grosso explica que empresarios del sector se están encontrando con el problema de que usuarios de las cuadras les han dejado el caballo ante la imposibilidad de pagar las cuota al mes. «También se está produciendo otro fenómeno, el del propietario que se lleva el caballo de las cuadras sin saber dónde lo va a dejar», detalla Gabriel Campuzano, de Agronatura.
Pero no es éste el único problema al que se está enfrentando el sector del caballo, afectado fuertemente por la crisis económica. «Muchos empresarios, no creo que haya que llamarles ganaderos, vieron hace unos años en el caballo una fuente de ingresos y comenzaron a criar de manera casi industrial; empezaron con cinco yeguas y un semental y ahora se pueden encontrar con una treintena de animales a los que no les dan salida», analiza Grosso, que relata que conoce el caso de empresarios que «te regalaban un caballo para evitar tener que afrontar su mantenimiento».
Las asociaciones ecologistas ya han denunciado esta situación y han alertado de la mala situación en la que se encuentran los equinos, en muchos casos, como denunció recientemente Agaden, malnutridos en fincas sin control. Lo cierto es que no es fácil abandonar a uno de estos animales ya que, además de ser obligatoria la colocación de un chip en el que se identifica la procedencia y el dueño de un animal, tienen el conocido como libro verde, una especie de documento de identidad con todos su datos. Fue a raíz de la peste equina, a principios de los 90, cuando se determinó que todos los caballos debían estar controlados.
Un sector que también se ha visto seriamente tocado por la crisis que se vive en el mundo del caballo es el del turismo activo. Gabriel Campuzano desvelaba que mientras que en veranos anteriores tenían una petición de unos cuatro caballos a la semana para realizar actividades de ocio para los turistas, «ahora esta cifra se alcanza al mes».
Propietarios de caballos abandonan a los animales al no poder mantenerlos
El cuidado y alimentación de los equinos
supone un gasto mensual de 300 euros
En un capítulo de la famosa serie Los Simpson, Homer le regala un pony a su hija y, para poder pagar el mantenimiento del animal, se ve obligado a conseguir un segundo empleo. La misma situación se ha trasladado a la vida real: muchos propietarios de caballos de la provincia están literalmente ahogados por el coste que supone la estancia y cuidado de un caballo en una cuadra. «El mantenimiento mínimo de un caballo en unas instalaciones normales es de unos 300 euros al mes mínimo», explica Ignacio Grosso, vinculado al sector equino desde hace 15 años. Grosso explica que empresarios del sector se están encontrando con el problema de que usuarios de las cuadras les han dejado el caballo ante la imposibilidad de pagar las cuota al mes. «También se está produciendo otro fenómeno, el del propietario que se lleva el caballo de las cuadras sin saber dónde lo va a dejar», detalla Gabriel Campuzano, de Agronatura.
Pero no es éste el único problema al que se está enfrentando el sector del caballo, afectado fuertemente por la crisis económica. «Muchos empresarios, no creo que haya que llamarles ganaderos, vieron hace unos años en el caballo una fuente de ingresos y comenzaron a criar de manera casi industrial; empezaron con cinco yeguas y un semental y ahora se pueden encontrar con una treintena de animales a los que no les dan salida», analiza Grosso, que relata que conoce el caso de empresarios que «te regalaban un caballo para evitar tener que afrontar su mantenimiento».
Las asociaciones ecologistas ya han denunciado esta situación y han alertado de la mala situación en la que se encuentran los equinos, en muchos casos, como denunció recientemente Agaden, malnutridos en fincas sin control. Lo cierto es que no es fácil abandonar a uno de estos animales ya que, además de ser obligatoria la colocación de un chip en el que se identifica la procedencia y el dueño de un animal, tienen el conocido como libro verde, una especie de documento de identidad con todos su datos. Fue a raíz de la peste equina, a principios de los 90, cuando se determinó que todos los caballos debían estar controlados.
Un sector que también se ha visto seriamente tocado por la crisis que se vive en el mundo del caballo es el del turismo activo. Gabriel Campuzano desvelaba que mientras que en veranos anteriores tenían una petición de unos cuatro caballos a la semana para realizar actividades de ocio para los turistas, «ahora esta cifra se alcanza al mes».