Desmantelada una red de peleas de gallos ilegales en Sanlúcar de Bda.
En consonancia con sus nuevas directrices, las de centrarse más en investigaciones que atajen de raíz las conductas delictivas detectadas, los agentes del Seprona han culminado hace escasas fechas una operación que acumula ya la friolera de 41 imputados. Se trata del desmantelamiento de un reñidero ilegal que un vecino de Sanlúcar tenía montado en una nave situada en el polígono industrial La Gallarda.
Advierten desde el Seprona de la complejidad que rodea a este mundo de los gallos dada la permisividad en la que se mueven las peñas, auténticos criaderos de animales de pelea. Un negocio en el que, como en el de los caballos, pululan muchos conocidos narcotraficantes de la provincia. "La pasta que se mueve es mucha", sentencia Guerrero.
Diario de Cádiz, 30 septiembre 2012
Todo comenzó por denuncias de vecinos a la Policía Local de esa localidad, y la aparición, en un contenedor, de gallos muertos. El Seprona asumió la investigación que ha permitido, a principios de este verano, identificar a la práctica totalidad de los implicados en unas peleas ilegales de gallos en las que se movía "mucha pasta". No sólo ha sido imputado por un supuesto delito de maltrato animal el organizador de estas peleas, que atraían hasta a apostadores llegados desde el municipio hispalense de las Cabezas de San Juan. También se han podido iniciar acciones contra el individuo que hacía las veces de veterinario o de curandero, por intrusismo profesional, así como contra el que desempeñaba el papel de juez en las peleas ilegales y los 38 participantes, todos ellos imputados por una falta de maltrato animal.
La labor no ha resultado nada sencilla, desvela el guardia Miguel Ángel Guerrero, ya que, en estos asuntos, hay que determinar primero que ha existido un menoscabo grave para el animal. En este caso, en la última pelea, un gallo resultó muerto y el otro, gravemente herido, acabó falleciendo. Demostrado ya ese menoscabo grave, los agentes tuvieron que ingeniárselas para conseguir la identificación de los animales (suelen llevar números en las alas) así como conseguir localizar a la treintena larga de participantes. Para ello, fue vital el hallazgo de un listado de un participantes en el que se recogían nombres de gallos, apuestas y hasta cantidades obtenidas. Todo ello, con el respaldo conseguido desde la Fiscalía de Medio Ambiente. Advierten desde el Seprona de la complejidad que rodea a este mundo de los gallos dada la permisividad en la que se mueven las peñas, auténticos criaderos de animales de pelea. Un negocio en el que, como en el de los caballos, pululan muchos conocidos narcotraficantes de la provincia. "La pasta que se mueve es mucha", sentencia Guerrero.