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Desmontar las piedras de la vieja plaza de toros de Granada costó 3,7 millones y siguen metidas en cajas.
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Diario Ideal de Granada, 1 de Agosto 2008.
El Ayuntamiento liquida las obras de Constitución y asegura que los restos fueron un grave perjuicio. Urbanismo pide a la Junta que permita 37 plazas más en la sala del 'parking' donde están los vestigios.
RAMÓN L. PÉREZ. Fue una de esas polémicas que llevan el marchamo de Granada. La reforma de la avenida de la Constitución, la ampliación del aparcamiento del Triunfo y el túnel de Severo Ochoa era una de las grandes reformas previstas por el gobierno de José Torres Hurtado en su primer mandato. En el verano de 2004 el ex concejal Luis Gerardo García Royo presentó el paso subterráneo con fanfarrias y en septiembre empezaron las obras con los desvíos preliminares de redes y suministros.
El follón saltó cuando taladraron la tierra. En marzo de 2005 aparecieron los primeros restos arqueológicos. Como suele suceder siempre que ocurren las cosas, fue entonces cuando muchos dijeron aquello de 'ya lo sabía yo'. Se se conocía que por allí estuvo hace siglos la primera plaza de toros de Granada, la Real Maestranza que tras arder en 1879 se convirtió en escombrera.
En julio la Delegación de Cultura de la Junta decidió que había que conservar las piedras. La primera intención fue que se exhibieran en la superficie, aunque definitivamente se optó por guardar una sala acristalada en el 'parking' de forma que los restos se pudieran ver mientras se paseaba por el futuro bulevar.
En septiembre -todavía de 2005- se empezó a desmontar piedra a piedra la vieja plaza de toros. Las piezas se numeraron para volver a engarzarlas cuando acabaran las obras. La minuciosa operación tuvo paralizados los trabajos nueve meses.
La Gerencia de Urbanismo ha liquidado esta semana las obras de Constitución, el coste final de la mega operación urbanística. Una reforma que, según Isabel Nieto, tuvo graves perjuicios económicos por culpa de los restos arqueológicos. Se hizo un proyecto nuevo, se perdieron 49 plazas en la ampliación del aparcamiento, una rampa de entrada y hubo que dejar un recinto reservado dentro del 'parking' para los vestigios. Aunque era la Junta la que tenía que haber asumido la retirada de los restos y el sobrecoste -sostiene Nieto- la empresa concesionaria cargó con los trabajos para no tener las obras paralizadas durante años por culpa de un pleito. Se produjo -dijo la concejala de Urbanismo- un «enriquecimiento injusto», se entiende que en referencia a la Junta.
Quién los monta
La decisión de rescatar los restos de la vieja plaza de toros ha costado ya 3.733.638 euros, más de 600 millones de las antiguas pesetas. Y todavía hay que montar las piedras en la sala que se guardó en el 'parking', lo que encarecerá aún más la operación. Porque después de tanto como se lío, transcurrido casi año y medio desde que se inaugurase el aparcamiento, las piedras siguen apiladas en cajas.
El siguiente debate será dilucidar quién asume la reconstrucción de los restos arqueológicos. La Junta urge al Ayuntamiento y el Consistorio entiende que no es su competencia.
El gobierno municipal llevará una propuesta a Cultura en septiembre. Según explicó la concejala de Urbanismo, la sala del aparcamiento, donde se pretendía montar una especie de museo taurino, tiene el techo demasiado bajo. La altura actual es 2,20 y la definitiva se quedaría en 1,90, por lo que no podría conseguir licencia para museo.
Lo que pretende el Ayuntamiento -propietario de la sala- es colocar los restos y aprovechar el espacio que quede para otras 37 plazas de aparcamiento. Habría que solucionar el problema de la rampa de entrada, que ahora no existe, y las plazas serían del Consistorio, no del actual concesionario del 'parking' del Triunfo. Con la venta de estas nuevas plazas el Ayuntamiento podría ingresar en torno a un millón de euros para enmendar un poco el agujero de las piedras.
Dos modificados
Es lo que costó lo que había bajo tierra, pero a esto hay que sumar la reforma que se hizo en la avenida de la Constitución. La liquidación final ha sido de 10,3 millones de euros, con dos modificados que suman 1,5 millones. Con este dinero se han pagado cosas que no estaban previstas: levantar un adoquinado que apareció debajo del que había, mejorar las entradas a 14 calles adyacentes a Constitución, extraer árboles que tenían las raíces metidos bajo las aceras, o cambiar el modelo de los semáforos.
La tercera fase del bulevar -la que llegaba hasta La Caleta- se ha dejado incompleta porque por allí pasará el metro.
Además de los dos modificados aprobados, con desvíos del 17% y del 14% sobre el precio previsto, la Gerencia echó para atrás otras facturas. El informe técnico detectó unidades de obra «sobredimensionadas», otras «duplicadas», precios valorados en más de un 50% y alguno desviado un 1.069% sobre el cuadro de precios del Ayuntamiento. Según los cálculos que aparecían en el informe, para hacer todo lo que reclamaba la empresa como sobrecoste serían necesarias 182.814 horas de mano de obra, lo que supondría 100 personas diarias trabajando durante diez meses a destajo.
El Ayuntamiento liquida las obras de Constitución y asegura que los restos fueron un grave perjuicio. Urbanismo pide a la Junta que permita 37 plazas más en la sala del 'parking' donde están los vestigios.
RAMÓN L. PÉREZ. Fue una de esas polémicas que llevan el marchamo de Granada. La reforma de la avenida de la Constitución, la ampliación del aparcamiento del Triunfo y el túnel de Severo Ochoa era una de las grandes reformas previstas por el gobierno de José Torres Hurtado en su primer mandato. En el verano de 2004 el ex concejal Luis Gerardo García Royo presentó el paso subterráneo con fanfarrias y en septiembre empezaron las obras con los desvíos preliminares de redes y suministros.
El follón saltó cuando taladraron la tierra. En marzo de 2005 aparecieron los primeros restos arqueológicos. Como suele suceder siempre que ocurren las cosas, fue entonces cuando muchos dijeron aquello de 'ya lo sabía yo'. Se se conocía que por allí estuvo hace siglos la primera plaza de toros de Granada, la Real Maestranza que tras arder en 1879 se convirtió en escombrera.
En julio la Delegación de Cultura de la Junta decidió que había que conservar las piedras. La primera intención fue que se exhibieran en la superficie, aunque definitivamente se optó por guardar una sala acristalada en el 'parking' de forma que los restos se pudieran ver mientras se paseaba por el futuro bulevar.
En septiembre -todavía de 2005- se empezó a desmontar piedra a piedra la vieja plaza de toros. Las piezas se numeraron para volver a engarzarlas cuando acabaran las obras. La minuciosa operación tuvo paralizados los trabajos nueve meses.
La Gerencia de Urbanismo ha liquidado esta semana las obras de Constitución, el coste final de la mega operación urbanística. Una reforma que, según Isabel Nieto, tuvo graves perjuicios económicos por culpa de los restos arqueológicos. Se hizo un proyecto nuevo, se perdieron 49 plazas en la ampliación del aparcamiento, una rampa de entrada y hubo que dejar un recinto reservado dentro del 'parking' para los vestigios. Aunque era la Junta la que tenía que haber asumido la retirada de los restos y el sobrecoste -sostiene Nieto- la empresa concesionaria cargó con los trabajos para no tener las obras paralizadas durante años por culpa de un pleito. Se produjo -dijo la concejala de Urbanismo- un «enriquecimiento injusto», se entiende que en referencia a la Junta.
Quién los monta
La decisión de rescatar los restos de la vieja plaza de toros ha costado ya 3.733.638 euros, más de 600 millones de las antiguas pesetas. Y todavía hay que montar las piedras en la sala que se guardó en el 'parking', lo que encarecerá aún más la operación. Porque después de tanto como se lío, transcurrido casi año y medio desde que se inaugurase el aparcamiento, las piedras siguen apiladas en cajas.
El siguiente debate será dilucidar quién asume la reconstrucción de los restos arqueológicos. La Junta urge al Ayuntamiento y el Consistorio entiende que no es su competencia.
El gobierno municipal llevará una propuesta a Cultura en septiembre. Según explicó la concejala de Urbanismo, la sala del aparcamiento, donde se pretendía montar una especie de museo taurino, tiene el techo demasiado bajo. La altura actual es 2,20 y la definitiva se quedaría en 1,90, por lo que no podría conseguir licencia para museo.
Lo que pretende el Ayuntamiento -propietario de la sala- es colocar los restos y aprovechar el espacio que quede para otras 37 plazas de aparcamiento. Habría que solucionar el problema de la rampa de entrada, que ahora no existe, y las plazas serían del Consistorio, no del actual concesionario del 'parking' del Triunfo. Con la venta de estas nuevas plazas el Ayuntamiento podría ingresar en torno a un millón de euros para enmendar un poco el agujero de las piedras.
Dos modificados
Es lo que costó lo que había bajo tierra, pero a esto hay que sumar la reforma que se hizo en la avenida de la Constitución. La liquidación final ha sido de 10,3 millones de euros, con dos modificados que suman 1,5 millones. Con este dinero se han pagado cosas que no estaban previstas: levantar un adoquinado que apareció debajo del que había, mejorar las entradas a 14 calles adyacentes a Constitución, extraer árboles que tenían las raíces metidos bajo las aceras, o cambiar el modelo de los semáforos.
La tercera fase del bulevar -la que llegaba hasta La Caleta- se ha dejado incompleta porque por allí pasará el metro.
Además de los dos modificados aprobados, con desvíos del 17% y del 14% sobre el precio previsto, la Gerencia echó para atrás otras facturas. El informe técnico detectó unidades de obra «sobredimensionadas», otras «duplicadas», precios valorados en más de un 50% y alguno desviado un 1.069% sobre el cuadro de precios del Ayuntamiento. Según los cálculos que aparecían en el informe, para hacer todo lo que reclamaba la empresa como sobrecoste serían necesarias 182.814 horas de mano de obra, lo que supondría 100 personas diarias trabajando durante diez meses a destajo.
