El atún rojo sigue condenado a la extinción.
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Diario de Cádiz, 8 de Octubre 2008.
La pesca indiscriminada pone al atún rojo en elevado riesgo de colapso.
Científicos reunidos en Barcelona cifran las capturas del año pasado en 61.000 toneladas, el doble de la cuota asignada.
Jorge Garret / Cádiz | El atún rojo sigue condenado a la extinción ante la impotencia de los organismos internacionales, el desinterés de los gobiernos y las nuevas formas de piratería de las grandes flotas industriales. Científicos de la Iccat (Comisión Internacional para la conservación de los Atunes del Atlántico) reunidos la semana pasada en Barcelona para analizar la situación de la pesquería han cifrado las capturas de 2007 alrededor de 61.000 toneladas. El peso es más del doble de la cuota asignada para el año pasado por la propia Iccat -29.500 toneladas-, y cuatro veces más del máximo de 15.000 recomendado por los expertos para posibilitar la recuperación del agonizante stock.
La Iccat admite que su evaluación se ve "menoscabada" por la falta de transparencia de los países, que pescan más de lo que dicen. Los científicos tienen constancia de que las capturas de atún "han sido objeto de una fuerte infradeclaración en los años recientes". Este falseamiento de los datos queda en evidencia, entre otras cuestiones, por el alto número de buques que opera en el Mediterráneo y sus tasas de captura, y por indicadores como las exportaciones a los mercado japonés y estadounidense -"superan en mucho las capturas declaradas"-, que permiten un acercamiento al total de capturas.
Las cifras ofrecidas por el comité científico evidencian el fracaso del plan de recuperación de los cardúmenes de atún rojo impulsado por la Iccat en 2006. Después de evaluar los efectos del plan tras dos campañas, los expertos concluyen que la tasa de pesca sigue siendo muy elevada -"más del triple de lo que permitiría a la especie estabilizarse"-, que el stock reproductor es muy bajo -"el 36% o menos" del nivel necesario para asegurar la sostenibilidad- y que existe un grave exceso de capacidad de la flota. La conclusión de la suma de estos factores es que "se produce un elevado riesgo de colapso de las pesquerías y el stock", según alerta el comité científico.
Ante la incertidumbre de las cifras, los científicos de la Iccat consideran que sería necesario establecer un tope de capturas del orden "de 15.000 toneladas o menos", medida cuyos beneficios tardarían en trasladarse a una especie longeva como el atún más de diez años. Al margen de las cuotas, los investigadores reseñan la necesidad de "establecer una reducción global del esfuerzo pesquero y de la mortalidad para revertir las tendencias actuales", así como "mitigar el impacto del exceso de capacidad y eliminar la pesca ilegal". "Aplazar estas medidas de ordenación provocaría que, en el futuro, sean necesarias medidas aún más estrictas".
Los datos aportados por los científicos en Barcelona se revisarán en la reunión plenaria de la Iccat en Marruecos entre el 17 y el 24 de noviembre. El pésimo balance del plan de conservación amenaza con provocar el cierre de la pesquería como única forma de garantizar la supervivencia de la especie, tal y como reclaman los colectivos ecologistas.
Estos mismos grupos han señalado que las almadrabas gaditanas (que suman 400 empleados) representan el único arte de captura sostenible del atún rojo y han reclamado que se respete su actividad aunque se decrete el cierre total de la pesquería.
La pesca indiscriminada pone al atún rojo en elevado riesgo de colapso.
Científicos reunidos en Barcelona cifran las capturas del año pasado en 61.000 toneladas, el doble de la cuota asignada.
Jorge Garret / Cádiz | El atún rojo sigue condenado a la extinción ante la impotencia de los organismos internacionales, el desinterés de los gobiernos y las nuevas formas de piratería de las grandes flotas industriales. Científicos de la Iccat (Comisión Internacional para la conservación de los Atunes del Atlántico) reunidos la semana pasada en Barcelona para analizar la situación de la pesquería han cifrado las capturas de 2007 alrededor de 61.000 toneladas. El peso es más del doble de la cuota asignada para el año pasado por la propia Iccat -29.500 toneladas-, y cuatro veces más del máximo de 15.000 recomendado por los expertos para posibilitar la recuperación del agonizante stock.
La Iccat admite que su evaluación se ve "menoscabada" por la falta de transparencia de los países, que pescan más de lo que dicen. Los científicos tienen constancia de que las capturas de atún "han sido objeto de una fuerte infradeclaración en los años recientes". Este falseamiento de los datos queda en evidencia, entre otras cuestiones, por el alto número de buques que opera en el Mediterráneo y sus tasas de captura, y por indicadores como las exportaciones a los mercado japonés y estadounidense -"superan en mucho las capturas declaradas"-, que permiten un acercamiento al total de capturas.
Las cifras ofrecidas por el comité científico evidencian el fracaso del plan de recuperación de los cardúmenes de atún rojo impulsado por la Iccat en 2006. Después de evaluar los efectos del plan tras dos campañas, los expertos concluyen que la tasa de pesca sigue siendo muy elevada -"más del triple de lo que permitiría a la especie estabilizarse"-, que el stock reproductor es muy bajo -"el 36% o menos" del nivel necesario para asegurar la sostenibilidad- y que existe un grave exceso de capacidad de la flota. La conclusión de la suma de estos factores es que "se produce un elevado riesgo de colapso de las pesquerías y el stock", según alerta el comité científico.
Ante la incertidumbre de las cifras, los científicos de la Iccat consideran que sería necesario establecer un tope de capturas del orden "de 15.000 toneladas o menos", medida cuyos beneficios tardarían en trasladarse a una especie longeva como el atún más de diez años. Al margen de las cuotas, los investigadores reseñan la necesidad de "establecer una reducción global del esfuerzo pesquero y de la mortalidad para revertir las tendencias actuales", así como "mitigar el impacto del exceso de capacidad y eliminar la pesca ilegal". "Aplazar estas medidas de ordenación provocaría que, en el futuro, sean necesarias medidas aún más estrictas".
Los datos aportados por los científicos en Barcelona se revisarán en la reunión plenaria de la Iccat en Marruecos entre el 17 y el 24 de noviembre. El pésimo balance del plan de conservación amenaza con provocar el cierre de la pesquería como única forma de garantizar la supervivencia de la especie, tal y como reclaman los colectivos ecologistas.
Estos mismos grupos han señalado que las almadrabas gaditanas (que suman 400 empleados) representan el único arte de captura sostenible del atún rojo y han reclamado que se respete su actividad aunque se decrete el cierre total de la pesquería.