El centro de control animal municipal acogió a 5.363 mascotas el año pasado

EFE
CÓRDOBA. El centro de control animal del Ayuntamiento acogió a 5.363 mascotas durante el año pasado y otras 1.689 salieron del centro como consecuencia de una adopción o al ser reclamadas por sus dueños. El delegado de Medio Ambiente en el Ayuntamiento, Francisco Cobos (IU), explicó ayer en conferencia de prensa que del total de mascotas acogidas en el centro, 1.992 llegaron cedidas por sus propietarios, 2.431 fueron recogidas por los laceros y otras 940 ingresaron en el centro fruto de convenios firmados con otros ayuntamientos de la provincia.
Cobos detalló que el 32,56 por ciento de los animales de compañía que llegaron al centro procedían de las barriadas periféricas y otro 16,87 por ciento residían en urbanizaciones del extrarradio. En el caso urbano, las zonas con mayor incidencia en la recogida de mascotas han sido Poniente, con el 12,42 por ciento, el Sur, con el 11,16 por ciento, y Levante, con el 10 por ciento.
El delegado de Medio Ambiente apuntó a los meses de febrero y marzo y la época de vacaciones estivales como los periodos en los que se producen más abandonos de mascotas. En cuanto a las salidas, el 35,86 por ciento de las mascotas fueron adoptadas, es decir, 1.462 encontraron un nuevo hogar durante el año pasado, mientras que otras 197 regresaron con sus antiguos dueños, pues eran animales extraviados que se pudieron identificar gracias al microchip que están obligadas a llevar las mascotas.
Llamada a la responsabilidad
Asimismo, el delegado de Medio Ambiente destacó que el 96 por ciento de las mascotas incluidos actualmente en el Registro Municipal de Animales de Compañía, que cuenta con total con 47.899 altas, son perros.
Cobos apeló a la responsabilidad de los ciudadanos a la hora de regalar mascotas en las fiestas navideñas, sobre todo a los niños pequeños, pues ellos «lo ven como un juguete más, pero no lo es».
El edil de IU también pidió especial precaución a la hora de adquirir especies exóticas como mascotas, que «son potencialmente invasoras» del medio, ya que cuando estos animales se escapan o sus propietarios las abandonan «colonizan el hábitat y desplazan a la fauna autóctona».