El Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Veterinarios alerta del peligro que para la sanidad animal supondrá el incremento de los impuestos.

-¿Cómo va a afectar el aumento de los impuestos a los veterinarios y, concretamente, al cuidado de los animales?
-La profesión veterinaria es la primera barrera en defensa de la salud pública. Esta desproporcionada subida de los impuestos en el sector provocará que se pierda el trabajo realizado por los especialistas durante décadas, en que se han dedicado a controlar determinadas patologías que afectan a los animales y a los seres humanos. No hay que olvidar que la mayoría de las nuevas enfermedades emergentes en medicina humana tienen su origen en los animales. Ya se ha producido un aumento en el número de perros que incumplen los tratamientos obligatorios. 
-¿Qué medidas va a adoptar el Colegio de Veterinarios al respecto? 
-Los legisladores deberían analizar de forma pormenorizada una alteración tan indiscriminada del coste de la intervención sanitaria de los veterinarios. Los efectos a medio plazo pueden ser desastrosos para la salud de los ciudadanos y de los animales. Los Colegios de Veterinarios de Andalucía han transmitido a la administración central y a los legisladores la trascendencia del incremento del IVA. Además, estamos realizando una campaña informativa en los centros veterinarios para explicar a los propietarios esta subida. Los animales de compañía no son un valor añadido, sino afectivo. 
-¿Qué ocurre cuando un animal muere en la mesa quirúrgica? 
-Por suerte, es anecdótico el número de animales que mueren cada día en los quirófanos. Cada vez con más frecuencia los centros veterinarios y los profesionales veterinarios están mejor dotados y más especializados, al mismo nivel que la medicina humana, incluso mejor en algunos campos. Lo que sí es cierto es que los animales de compañía tienen una esperanza de vida más pequeña, por lo que la muerte es algo con la que los veterinarios suelen convivir en sus centros. 
-En caso de muerte, ¿cuáles son los pasos a seguir? 
-La legislación actual exige la eliminación de los cadáveres de animales a través de incineración y, exclusivamente en plantas autorizadas. No obstante, los ayuntamientos tienen la posibilidad de disponer de lugares en su municipio para, de forma extraordinaria, autorizar el enterramiento con unas determinadas condiciones, que se regularon el pasado mes de agosto. Pero además, los centros veterinarios suelen tener algún tipo de convenio o contrato con empresas autorizadas para el transporte y la eliminación de cadáveres, que facilita al propietario del animal el cumplimiento de esta normativa. 
-¿Qué procedimiento suelen llevar a cabo los dueños de los animales cuando estos fallecen? 
-Aunque los hábitos con respecto a animales de compañía en estos casos se van asemejando a las costumbre en humanos, la incineración es, con diferencia, el método más utilizado y el más requerido por los dueños. 
-¿Qué servicios demandan con más frecuencia los clientes que acuden al veterinario? 
-Los veterinarios de animales de compañía trabajamos, sobre todo, en la prevención de enfermedades, pero también nuestra función pasa por tratar de evitar su posible contagio al ser humano. De ahí que las vacunaciones, las desparasitaciones, los controles de enfermedades zoonóticas, entre otras medidas, resulten muy importantes en nuestra consulta diaria. Asimismo, los propietarios demandan otros tipos de servicios, con los que pretenden mantener en un estado óptimo de salud a sus mascotas. En tal caso destacan algunos como limpiezas dentales, traumatología o ecografías. 
-¿De qué pasta tiene que estar uno hecho para dedicarse al cuidado de los animales? ¿Cualquier persona que disponga de la titulación necesaria está capacitada para ejercer? 
-La profesión veterinaria es de las más vocacionales que existen. El veterinario debe tener una sensibilidad especial hacia los animales y a trabajar con ellos, que tanto han proporcionado al género humano durante siglos. La labor de los veterinarios tiene una finalidad social para la salud pública y el bienestar animal. Se trata de una profesión dura, que a veces se desarrolla en situaciones de riesgo y precariedad. Es productiva, al tener un peso relevante en la economía ganadera, además de multidisciplinar, ya que hay veterinarios en muchos campos: investigación, docencia, clínica y salud pública, por ejemplo.