El fin del hambre para los buitres. Normativa del Parlamento Europeo.
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La Nueva España,lne.es, 6 de Mayo 2009.
El Parlamento europeo permite dejar carroñas en el monte para la fauna
El buitre leonado, cuya población asturiana se concentra en las colonias de los Picos de Europa, está de enhorabuena. También otros carroñeros que dependen del ganado, como el lobo y el oso pardo. El Parlamento europeo aprobó el pasado 24 de abril una resolución legislativa referente a la propuesta de reglamento sobre subproductos animales no destinados a consumo humano en virtud de la cual se permite dejar cadáveres de ganado en el monte para alimento de la fauna.
La medida aún no es efectiva, ya que previamente debe aprobarse el citado reglamento y su aplicación puede demorarse más de un año en los estados miembros. Esta excepción a las normas sanitarias vigentes desde la extensión del llamado «mal de las vacas locas» había sido solicitada por diversas organizaciones conservacionistas europeas, entre ellas el Fondo Asturiano para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) y la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife).
Desde el año 2001, las normas europeas obligan a recoger todos los cadáveres de ganado y a tratarlos según un protocolo destinado a prevenir la transmisión de la encefalopatía espongiforme bovina. Esta situación ha privado a los buitres leonados, los lobos y los osos de una importante fuente de alimento, lo cual, según explica el FAPAS, ha originado más ataques al ganado por parte de los lobos y conductas anómalas en los buitres (predación sobre reses vivas, aunque siempre animales agonizantes o enfermos) que han generado «conflictos con los ganaderos» y un cierto estado de alarma social. Asimismo, la población de buitre leonado ha experimentado fracasos reproductivos y pérdidas sensibles en algunas zonas debido a la carencia de alimento.
El FAPAS ha valorado muy positivamente la decisión del Parlamento europeo, si bien matiza que «a partir de ahora será necesario insistir ante las comunidades autónomas para que pongan en marcha las medidas autorizadas por la UE».
La excepción que se plantea a la recogida de cadáveres de ganado en el nuevo reglamento ya se prevé, de hecho, en la norma de 2001, la cual especifica que se «permite alimentar con material de categoría 1 -cadáveres enteros a los que no se les han extraído los materiales específicos de riesgo (MER)- a las especies en peligro o protegidas de aves necrófagas y otras especies que vivan en su hábitat natural, en aras del fomento de la biodiversidad», siempre «de conformidad con las condiciones establecidas para prevenir la propagación de enfermedades». Al lado de esta recomendación, el reglamento consiente el abandono de carroñas en las que denomina «zonas alejadas», aquellas con una reducida población animal y distantes de las plantas de eliminación, de tal modo que la recogida y el transporte de los subproductos animales «tendrían un coste inaceptable». El nuevo reglamento amplía la excepción a las zonas de acceso «prácticamente imposible» o que supongan «un riesgo para la salud y la seguridad del personal encargado de la recogida».
Las regiones con ganadería extensiva, como Asturias, son, por tanto, las más beneficiadas por las disposiciones que permiten el abandono de carroñas en el monte. También es en estas zonas donde más estrecha resulta la dependencia de los buitres con respecto al ganado.
La normativa
El reglamento que sienta la base jurídica para las actuaciones en materia de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) fue aprobado en mayo de 2001. Algunos aspectos se han flexibilizado o está previsto revisarlos.
Efecto sobre la fauna
La retirada de los cadáveres de ganado del monte restó una importante fuente de alimento a los buitres (sobre todo, al buitre leonado), el lobo y el oso pardo.
El Parlamento europeo permite dejar carroñas en el monte para la fauna
El buitre leonado, cuya población asturiana se concentra en las colonias de los Picos de Europa, está de enhorabuena. También otros carroñeros que dependen del ganado, como el lobo y el oso pardo. El Parlamento europeo aprobó el pasado 24 de abril una resolución legislativa referente a la propuesta de reglamento sobre subproductos animales no destinados a consumo humano en virtud de la cual se permite dejar cadáveres de ganado en el monte para alimento de la fauna.
La medida aún no es efectiva, ya que previamente debe aprobarse el citado reglamento y su aplicación puede demorarse más de un año en los estados miembros. Esta excepción a las normas sanitarias vigentes desde la extensión del llamado «mal de las vacas locas» había sido solicitada por diversas organizaciones conservacionistas europeas, entre ellas el Fondo Asturiano para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) y la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife).
Desde el año 2001, las normas europeas obligan a recoger todos los cadáveres de ganado y a tratarlos según un protocolo destinado a prevenir la transmisión de la encefalopatía espongiforme bovina. Esta situación ha privado a los buitres leonados, los lobos y los osos de una importante fuente de alimento, lo cual, según explica el FAPAS, ha originado más ataques al ganado por parte de los lobos y conductas anómalas en los buitres (predación sobre reses vivas, aunque siempre animales agonizantes o enfermos) que han generado «conflictos con los ganaderos» y un cierto estado de alarma social. Asimismo, la población de buitre leonado ha experimentado fracasos reproductivos y pérdidas sensibles en algunas zonas debido a la carencia de alimento.
El FAPAS ha valorado muy positivamente la decisión del Parlamento europeo, si bien matiza que «a partir de ahora será necesario insistir ante las comunidades autónomas para que pongan en marcha las medidas autorizadas por la UE».
La excepción que se plantea a la recogida de cadáveres de ganado en el nuevo reglamento ya se prevé, de hecho, en la norma de 2001, la cual especifica que se «permite alimentar con material de categoría 1 -cadáveres enteros a los que no se les han extraído los materiales específicos de riesgo (MER)- a las especies en peligro o protegidas de aves necrófagas y otras especies que vivan en su hábitat natural, en aras del fomento de la biodiversidad», siempre «de conformidad con las condiciones establecidas para prevenir la propagación de enfermedades». Al lado de esta recomendación, el reglamento consiente el abandono de carroñas en las que denomina «zonas alejadas», aquellas con una reducida población animal y distantes de las plantas de eliminación, de tal modo que la recogida y el transporte de los subproductos animales «tendrían un coste inaceptable». El nuevo reglamento amplía la excepción a las zonas de acceso «prácticamente imposible» o que supongan «un riesgo para la salud y la seguridad del personal encargado de la recogida».
Las regiones con ganadería extensiva, como Asturias, son, por tanto, las más beneficiadas por las disposiciones que permiten el abandono de carroñas en el monte. También es en estas zonas donde más estrecha resulta la dependencia de los buitres con respecto al ganado.
La normativa
El reglamento que sienta la base jurídica para las actuaciones en materia de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) fue aprobado en mayo de 2001. Algunos aspectos se han flexibilizado o está previsto revisarlos.
Efecto sobre la fauna
La retirada de los cadáveres de ganado del monte restó una importante fuente de alimento a los buitres (sobre todo, al buitre leonado), el lobo y el oso pardo.