El Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía logra reproducir en cautividad a la gusana gaditana por su alta demanda en el mundo de la pesca.
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La Voz digital, 4 agosto 2008.
La genuina gusana gaditana... 'in vitro'
Científicos de la provincia reproducen en cautividad esta especie y abren el camino a la cría para cebo.
MIGUEL DOMINGO GARCÍA.«Con gusana de sangre se pesca más y mejor», confirman detrás del mostrador de una tienda de artículos de pesca y cebos gaditana en la que, desde hace décadas, se vende la auténtica, la verdadera, la genuina gusana de sangre de la Bahía de Cádiz, también llamada «de rosca», por la forma que adquiere al enroscarse en torno al anzuelo. Esta especie es muy rara y se da sólo en raros hábitats como el de la costa veneciana, ciertos esteros cercanos a Lisboa y aquí, en nuestro litoral gaditano. Quizá no resulte tan popular como el lince o el camaleón, pero este políqueto (el nombre exacto de los llamados gusanos marinos) es uno más de los miembros de la fauna autóctona gaditana.
Donde sí es famosa es en el mundo de la pesca, no sólo en Cádiz, sino en toda España y parte del extranjero. Sin exagerar. Ya que este animalito resulta ser uno de los señuelos más apreciados del mundo: a pesar de su desagradable aspecto -o gracias a él- resulta todo un bocato di cardinale para los peces, atraídos por su color rojizo. De ahí su nombre: «de sangre». También es una de las especies más gruesas y por tanto, más jugosas para los peces. Lo cierto es que, al usarlas, los pescadores obtienen más piezas que con cualquier otra, según reconocen decenas de foros y revistas de pesca deportiva.
Con todo y eso, la gusana gaditana se está perdiendo, y es una pena: cada vez se usa menos como carnaza en los anzuelos, ya que los esteros donde se reproduce de manera natural han sido prácticamente esquilmados por el marisqueo ilegal y resulta difícil explotarlos para la venta de cebos. No están en peligro de extinción, pero sí corre el riesgo de desaparecer de nuestras costas.
Científicos del CSIC
Con el propósito inicial de recuperarla, un grupo de científicos del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (asociado al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC), situado en Puerto Real, emprendió hace dos años un proyecto para lograr la reproducción de la especie en cautividad. Y lo han logrado.
Por primera vez se ha completado el ciclo de vida del políqueto, cuyo nombre científico es Marphysa sanguinea, en un entorno natural, que simula el ambiente de un estero. Como explica Estrella Moreno, una de las científicos que han liderado el proyeto, no sólo lograron reproducir a la primera generación, sino también a los descendientes. Es entonces cuando se considera cerrado el «ciclo de vida».
Junto a Moreno han participado en la investigación Alberto Arias y Carmen Sarasquete, vinculados por otro lado a la Universidad de Cádiz. En la investigación también ha participado el Centro de Estudios Avanzados de Blanes (Gerona), donde trabajan varios especialistas en poliquetos. Sin embargo, sobre esta especie en cuestión apenas existía información. Por lo que el experimento ha ayudado a recopilar datos sobre el animal.
El proyecto no se limita a inscribir un logro más en la historia científica. Pretende ir más allá, ya que abre el camino al desarrollo de empresas de acuicultura que se dediquen a la cría en cautividad de las gusanas para cubrir la altísima demanda en el mundo de la pesca. En definitiva, generará riqueza y empleo en la provincia.
Iniciativa empresarial
No en vano, la idea de reproducir este animal en cautividad, aunque se ha desarrollado en un centro de carácter académico y con financiación de la Junta de Andalucía, partió de una empresa privada tan gaditana como la propia gusana: la Comercial de Cebos para la Pesca, que desde hace 80 años se dedica a la distribución de la Marphysa sanguinea por toda la península. Su propietario, Joaquín Rodríguez, tiene la intención de crear una piscifactoría especializada para criar gusanas a nivel industrial que se instalaría, dónde si no, en un estero: el de Belén, de 30 hectáreas de extensión y situado en Puerto Real. «Existe mucha demanda no sólo en España, sino en otros muchos países», considera el dueño de la empresa.
El último paso
Pese a los éxitos en la reproducción de las crías, «aún falta mucho por hacer», reconoce Carmen Sarasquete. «El siguiente paso -explica- es lograr un pienso artificial con el que alimentar las gusanas», ya que de manera natural el bocato di cardinale resulta demasiado sibarita: «Son muy selectivas» asegura Sarasquete. Durante la investigación se han alimentado con un sustrato de ostiones y piraña, «demasiado caro». La alimentación industrial deberá lograr además que el engorde sea suficiente para que tenga éxito como señuelo. Y para eso será necesario que cada gusana tenga, cuando menos, 12 centímetros de largo.
A pesar de todos los éxitos, explica Rodríguez, habrá que seguir investigando para que la reproducción se desarrolle dos veces al año o no resultará rentable. Las gusanas sólo se reproducen una vez cada doce meses, por eso escasean en la los esteros
Desde el CSIC aún no ofrecen un plazo seguro en el que conseguirán sortear estos últimos escollos. La investigación es impredecible, advierten desde el Instituto de Ciencias Marinas. Pero Joaquín Rodríguez espera que el año que viene pueda tener su primera cosecha de gusana de sangre, reserva del 2009, denominación de origen: Cádiz.
La genuina gusana gaditana... 'in vitro'
Científicos de la provincia reproducen en cautividad esta especie y abren el camino a la cría para cebo.
MIGUEL DOMINGO GARCÍA.«Con gusana de sangre se pesca más y mejor», confirman detrás del mostrador de una tienda de artículos de pesca y cebos gaditana en la que, desde hace décadas, se vende la auténtica, la verdadera, la genuina gusana de sangre de la Bahía de Cádiz, también llamada «de rosca», por la forma que adquiere al enroscarse en torno al anzuelo. Esta especie es muy rara y se da sólo en raros hábitats como el de la costa veneciana, ciertos esteros cercanos a Lisboa y aquí, en nuestro litoral gaditano. Quizá no resulte tan popular como el lince o el camaleón, pero este políqueto (el nombre exacto de los llamados gusanos marinos) es uno más de los miembros de la fauna autóctona gaditana.
Donde sí es famosa es en el mundo de la pesca, no sólo en Cádiz, sino en toda España y parte del extranjero. Sin exagerar. Ya que este animalito resulta ser uno de los señuelos más apreciados del mundo: a pesar de su desagradable aspecto -o gracias a él- resulta todo un bocato di cardinale para los peces, atraídos por su color rojizo. De ahí su nombre: «de sangre». También es una de las especies más gruesas y por tanto, más jugosas para los peces. Lo cierto es que, al usarlas, los pescadores obtienen más piezas que con cualquier otra, según reconocen decenas de foros y revistas de pesca deportiva.
Con todo y eso, la gusana gaditana se está perdiendo, y es una pena: cada vez se usa menos como carnaza en los anzuelos, ya que los esteros donde se reproduce de manera natural han sido prácticamente esquilmados por el marisqueo ilegal y resulta difícil explotarlos para la venta de cebos. No están en peligro de extinción, pero sí corre el riesgo de desaparecer de nuestras costas.
Científicos del CSIC
Con el propósito inicial de recuperarla, un grupo de científicos del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (asociado al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC), situado en Puerto Real, emprendió hace dos años un proyecto para lograr la reproducción de la especie en cautividad. Y lo han logrado.
Por primera vez se ha completado el ciclo de vida del políqueto, cuyo nombre científico es Marphysa sanguinea, en un entorno natural, que simula el ambiente de un estero. Como explica Estrella Moreno, una de las científicos que han liderado el proyeto, no sólo lograron reproducir a la primera generación, sino también a los descendientes. Es entonces cuando se considera cerrado el «ciclo de vida».
Junto a Moreno han participado en la investigación Alberto Arias y Carmen Sarasquete, vinculados por otro lado a la Universidad de Cádiz. En la investigación también ha participado el Centro de Estudios Avanzados de Blanes (Gerona), donde trabajan varios especialistas en poliquetos. Sin embargo, sobre esta especie en cuestión apenas existía información. Por lo que el experimento ha ayudado a recopilar datos sobre el animal.
El proyecto no se limita a inscribir un logro más en la historia científica. Pretende ir más allá, ya que abre el camino al desarrollo de empresas de acuicultura que se dediquen a la cría en cautividad de las gusanas para cubrir la altísima demanda en el mundo de la pesca. En definitiva, generará riqueza y empleo en la provincia.
Iniciativa empresarial
No en vano, la idea de reproducir este animal en cautividad, aunque se ha desarrollado en un centro de carácter académico y con financiación de la Junta de Andalucía, partió de una empresa privada tan gaditana como la propia gusana: la Comercial de Cebos para la Pesca, que desde hace 80 años se dedica a la distribución de la Marphysa sanguinea por toda la península. Su propietario, Joaquín Rodríguez, tiene la intención de crear una piscifactoría especializada para criar gusanas a nivel industrial que se instalaría, dónde si no, en un estero: el de Belén, de 30 hectáreas de extensión y situado en Puerto Real. «Existe mucha demanda no sólo en España, sino en otros muchos países», considera el dueño de la empresa.
El último paso
Pese a los éxitos en la reproducción de las crías, «aún falta mucho por hacer», reconoce Carmen Sarasquete. «El siguiente paso -explica- es lograr un pienso artificial con el que alimentar las gusanas», ya que de manera natural el bocato di cardinale resulta demasiado sibarita: «Son muy selectivas» asegura Sarasquete. Durante la investigación se han alimentado con un sustrato de ostiones y piraña, «demasiado caro». La alimentación industrial deberá lograr además que el engorde sea suficiente para que tenga éxito como señuelo. Y para eso será necesario que cada gusana tenga, cuando menos, 12 centímetros de largo.
A pesar de todos los éxitos, explica Rodríguez, habrá que seguir investigando para que la reproducción se desarrolle dos veces al año o no resultará rentable. Las gusanas sólo se reproducen una vez cada doce meses, por eso escasean en la los esteros
Desde el CSIC aún no ofrecen un plazo seguro en el que conseguirán sortear estos últimos escollos. La investigación es impredecible, advierten desde el Instituto de Ciencias Marinas. Pero Joaquín Rodríguez espera que el año que viene pueda tener su primera cosecha de gusana de sangre, reserva del 2009, denominación de origen: Cádiz.