"En los estudios cardiovasculares se suele emplear al cerdo por su parecido al hombre". Investigación en la Universidad de Málaga.
archivado en:
Noticias
Diario Sur de Málaga, 19 septiembre 2008.
Innovación, un latido de optimismo.
Investigadores malagueños estudian cómo regenerar un corazón infartado a través del tejido epicárdico, la capa celular más externa del músculo.
- JOSÉ GÁLVEZ--En España se producen al año más de 70.000 infartos. Sin embargo, la mayoría de ellos no provoca una muerte inmediata sino que suelen progresar hacia la llamada insuficiencia cardíaca, en la que el músculo queda dañado. En la actualidad el único remedio para esta afección es el trasplante y, según datos de la Organización Nacional de Transplantes, al año se realizan entre 200 y 300 trasplantes, con lo que se pone en evidencia que no son suficientes para controlar el problema. Un equipo de investigadores de la Universidad de Málaga estudia cómo se puede regenerar un corazón infartado a través del tejido epicárdico, la capa celular más externa del corazón.
Estos científicos llevan muchos años estudiando el desarrollo embrionario del sistema cardiovascular y han descubierto el potencial regenerativo que ofrece el tejido epicárdico. Y es que esta capa que envuelve el corazón es la que genera los vasos coronarios sin los cuales la sangre no llegaría al músculo cardíaco aportándole oxígeno y nutrientes.
La prueba en pollos
A través de experimentos con embriones de pollo, los investigadores han podido comprobar cómo este tejido que envuelve al corazón es capaz de generar nuevo músculo cardíaco. Para ello, provocaron a los embriones una especie de 'pequeño infarto' para ver cómo reaccionaban las células derivadas del epicardio, y observaron que éstas regeneraban la zona afectada. «Sabemos que en los embriones funciona, pero en el estado adulto parece que no», comenta José María Pérez Pomares, investigador principal del proyecto. En este segundo supuesto, la cuestión está ahora en cómo guiar a esas células del propio corazón, que se ha comprobado que pueden regenerarlo, para que lo hagan una vez se ha nacido.
Con el fin de aproximarse en la medida de lo posible al caso humano, el grupo malagueño va a comenzar a realizar ensayos con cerdos, un animal cuyo sistema cardiovascular es bastante parecido al del hombre. «Siempre hay que empezar con animales pequeños e ir aumentando. En los estudios cardiovasculares se suele emplear al cerdo por su parecido al hombre», explica Pérez Pomares.
Por el momento, el grupo de investigación no pretende la aplicación inmediata de sus avances, sino que persigue utilizar la información obtenida «para contribuir al desarrollo de terapias celulares que puedan tratar el infarto de miocardio», comenta el científico.
El estudio, en el que además participan otros 28 grupos de investigación de ocho países distintos, ha sido subvencionado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, el de Sanidad, la Junta de Andalucía y la Comunidad Europea con una importante suma de más de 11 millones de euros.
Innovación, un latido de optimismo.
Investigadores malagueños estudian cómo regenerar un corazón infartado a través del tejido epicárdico, la capa celular más externa del músculo.
- JOSÉ GÁLVEZ--En España se producen al año más de 70.000 infartos. Sin embargo, la mayoría de ellos no provoca una muerte inmediata sino que suelen progresar hacia la llamada insuficiencia cardíaca, en la que el músculo queda dañado. En la actualidad el único remedio para esta afección es el trasplante y, según datos de la Organización Nacional de Transplantes, al año se realizan entre 200 y 300 trasplantes, con lo que se pone en evidencia que no son suficientes para controlar el problema. Un equipo de investigadores de la Universidad de Málaga estudia cómo se puede regenerar un corazón infartado a través del tejido epicárdico, la capa celular más externa del corazón.
Estos científicos llevan muchos años estudiando el desarrollo embrionario del sistema cardiovascular y han descubierto el potencial regenerativo que ofrece el tejido epicárdico. Y es que esta capa que envuelve el corazón es la que genera los vasos coronarios sin los cuales la sangre no llegaría al músculo cardíaco aportándole oxígeno y nutrientes.
La prueba en pollos
A través de experimentos con embriones de pollo, los investigadores han podido comprobar cómo este tejido que envuelve al corazón es capaz de generar nuevo músculo cardíaco. Para ello, provocaron a los embriones una especie de 'pequeño infarto' para ver cómo reaccionaban las células derivadas del epicardio, y observaron que éstas regeneraban la zona afectada. «Sabemos que en los embriones funciona, pero en el estado adulto parece que no», comenta José María Pérez Pomares, investigador principal del proyecto. En este segundo supuesto, la cuestión está ahora en cómo guiar a esas células del propio corazón, que se ha comprobado que pueden regenerarlo, para que lo hagan una vez se ha nacido.
Con el fin de aproximarse en la medida de lo posible al caso humano, el grupo malagueño va a comenzar a realizar ensayos con cerdos, un animal cuyo sistema cardiovascular es bastante parecido al del hombre. «Siempre hay que empezar con animales pequeños e ir aumentando. En los estudios cardiovasculares se suele emplear al cerdo por su parecido al hombre», explica Pérez Pomares.
Por el momento, el grupo de investigación no pretende la aplicación inmediata de sus avances, sino que persigue utilizar la información obtenida «para contribuir al desarrollo de terapias celulares que puedan tratar el infarto de miocardio», comenta el científico.
El estudio, en el que además participan otros 28 grupos de investigación de ocho países distintos, ha sido subvencionado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, el de Sanidad, la Junta de Andalucía y la Comunidad Europea con una importante suma de más de 11 millones de euros.