España Cañí. Respuesta del Ayuntamiento sobre la matanza pública de cerdos en Las Candelas.
archivado en:
Noticias
El Norte de Castilla, 19 de Marzo 2009
PALENCIA
El Ayuntamiento rebate a los antitaurinos y asegura que aturdió a los dos cerdos en las Candelas.
El edil de Turismo explica en un informe que el segundo animal emitió por sorpresa breves movimientos y chillidos.
El concejal de Turismo del Ayuntamiento de Palencia, Ángel Luis Barreda, ha remitido un informe a la Junta de Castilla y León en el que asegura que los dos cerdos que se sacrificaron el día de las Candelas en la Plaza Mayor fueron aturdidos.
El informe se ha realizado para dar respuesta a la denuncia interpuesta por la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (ANPBA) y el Partido Antitaurino Contra el Maltrato Animal (PACMA), que denunciaron al Ayuntamiento por considerar que se había sacrificado a los dos cerdos sin haberlos aturdido previamente. En un comunicado remitido a los medios de comunicación, el partido antitaurino aseguraba que el acto de la matanza estuvo «cargado de sangre, dolor e inútil resistencia por parte de unos sufridos animales que finalmente murieron mientras pataleaban y forcejeaban».
El concejal de Turismo rebate a los antitaurinos al notificar en el informe que para cumplir con las normas establecidas en lo que a las fiestas de la matanza se refiere contrataron a una veterinaria colegiada en el Colegio Oficial de Veterinarios de Palencia y «se colocaron las instalaciones eléctricas, a fin de proceder a un correcto aturdimiento previo» por un profesional que posee una amplia experiencia en estos temas.
En el escrito remitido a la Junta de Castilla y León, Ángel Luis Barreda explica que se aturdió a los cerdos antes de proceder al sangrado, «y así se hizo con el primer animal sin presentar problema alguno», indica. Sin embargo, aunque asegura que esta misma operación se repitió con el segundo animal, agrega que, después de ser aturdido y cuando el matarife ya estaba a punto de sacrificarlo, «de forma sorprendente e incomprensible el animal mostró signos de sensibilidad y realizó unos breves movimientos, emitiendo unos brevísimos chillidos, que cesaron en unos pocos segundos», argumenta en el documento.
PALENCIA
El Ayuntamiento rebate a los antitaurinos y asegura que aturdió a los dos cerdos en las Candelas.
El edil de Turismo explica en un informe que el segundo animal emitió por sorpresa breves movimientos y chillidos.
El concejal de Turismo del Ayuntamiento de Palencia, Ángel Luis Barreda, ha remitido un informe a la Junta de Castilla y León en el que asegura que los dos cerdos que se sacrificaron el día de las Candelas en la Plaza Mayor fueron aturdidos.
El informe se ha realizado para dar respuesta a la denuncia interpuesta por la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (ANPBA) y el Partido Antitaurino Contra el Maltrato Animal (PACMA), que denunciaron al Ayuntamiento por considerar que se había sacrificado a los dos cerdos sin haberlos aturdido previamente. En un comunicado remitido a los medios de comunicación, el partido antitaurino aseguraba que el acto de la matanza estuvo «cargado de sangre, dolor e inútil resistencia por parte de unos sufridos animales que finalmente murieron mientras pataleaban y forcejeaban».
El concejal de Turismo rebate a los antitaurinos al notificar en el informe que para cumplir con las normas establecidas en lo que a las fiestas de la matanza se refiere contrataron a una veterinaria colegiada en el Colegio Oficial de Veterinarios de Palencia y «se colocaron las instalaciones eléctricas, a fin de proceder a un correcto aturdimiento previo» por un profesional que posee una amplia experiencia en estos temas.
En el escrito remitido a la Junta de Castilla y León, Ángel Luis Barreda explica que se aturdió a los cerdos antes de proceder al sangrado, «y así se hizo con el primer animal sin presentar problema alguno», indica. Sin embargo, aunque asegura que esta misma operación se repitió con el segundo animal, agrega que, después de ser aturdido y cuando el matarife ya estaba a punto de sacrificarlo, «de forma sorprendente e incomprensible el animal mostró signos de sensibilidad y realizó unos breves movimientos, emitiendo unos brevísimos chillidos, que cesaron en unos pocos segundos», argumenta en el documento.