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Estudios taurinos de risa
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La única noticia desagradable de la temporada viene del campo: la subida de los precios de los cereales en todos los mercados ha elevado el coste de un cuatreño desde los 3.500 euros hasta los 4.500. Mil euros más que el año pasado, que resultan del coste real de alimentación más el prorrateo de los costes de alimentación de toda la ganadería, machos y hembras. Así las cosas, el coste de una corrida de toros lidiada el año pasado pasó de los 21.000 euros a los 27.000.
Si alguien duda de estas cifras, apenas conocidas por el gran público, pero muy pegadas al riñón de cada ganadero de lidia,se aconseja la lectura de dos estudios bien avalados. Uno, el análisis económico de la Universidad de Castilla la Mancha sobre los costes del toro de lidia y otro, más sencillo, la lista de precios del mercado del trigo, el maíz, la avena y la soja. Ambas lecturas son objetivas y sin dejar resquicio alguno para la duda. Las dos, además,invitan a una seria reflexión.
La UCLM (“Costes de Producción en la Explotación del Ganado Bravo") afirma en este estudio, realizado hace varios años que el valor (coste) medio ponderado de un cuatreño es de unas 600.000 pesetas, cifra que coincide con el dato aportado por este medio en un reportaje más actual en el que afirmaba que el coste de producción ponderado de un toro bravo era de 3.500 euros. El mismo estudio de la Universidad manchega indicaba que los precios a cobrar por corrida oscilaban entre los 4.700.000 pesetas (precio medio) y los 2.500.000 pesetas (precio mínimo) situando al balance en si se tenía en cuenta todos los gastos de amortización, manejo, inversiones, alimentación,… de toda la explotación ganadera. Insistimos, son cifras nada actuales, pues aún se manejaba la peseta como moneda.
El precio medio de los cereales había subido en 2.007 (hasta septiembre) en un 63 por ciento, con alzas de el 200 % en casos como el del trigo (un kilo que en enero costaba, al cambio, 23 ptas, vale hoy 51. La demanda de las economías emergentes como China o India, las malas cosechas, la reducción de las reservas y el uso del cereal en la bioenergía son las causas de este impresionante incremento que han colocado a la economía del toro bravo en una situación de alerta roja. Y lo peor es que la propia FAO(Organización para la Alimentación y Agricultura) advierte de la escasa posibilidad de la bajada de precios.
Nadie puede negar que la subida de los precios de las corridas, a excepción de la élite minoritaria de ganaderos, ha sido mínima en la última década. La política de ahorro en los costes de producción de las ferias, la producción larga, la competencia desleal, la entrada de capitales no profesionales en el sector ganadero y la pérdida de criterio y unidad de los criadores, han hecho que el aprecio económico del toro haya sido insuficiente. Mucho más en este año y en los que vienen. Si el ganadero reduce costes en alimentación y manejo para equilibrar su caja, estaremos ante un problema grave, pues un toro mal criado, mal comido y peor puesto no es el toro que se necesita para este espectáculo tan exigente.
Si alguien duda de estas cifras, apenas conocidas por el gran público, pero muy pegadas al riñón de cada ganadero de lidia,se aconseja la lectura de dos estudios bien avalados. Uno, el análisis económico de la Universidad de Castilla la Mancha sobre los costes del toro de lidia y otro, más sencillo, la lista de precios del mercado del trigo, el maíz, la avena y la soja. Ambas lecturas son objetivas y sin dejar resquicio alguno para la duda. Las dos, además,invitan a una seria reflexión.
La UCLM (“Costes de Producción en la Explotación del Ganado Bravo") afirma en este estudio, realizado hace varios años que el valor (coste) medio ponderado de un cuatreño es de unas 600.000 pesetas, cifra que coincide con el dato aportado por este medio en un reportaje más actual en el que afirmaba que el coste de producción ponderado de un toro bravo era de 3.500 euros. El mismo estudio de la Universidad manchega indicaba que los precios a cobrar por corrida oscilaban entre los 4.700.000 pesetas (precio medio) y los 2.500.000 pesetas (precio mínimo) situando al balance en si se tenía en cuenta todos los gastos de amortización, manejo, inversiones, alimentación,… de toda la explotación ganadera. Insistimos, son cifras nada actuales, pues aún se manejaba la peseta como moneda.
El precio medio de los cereales había subido en 2.007 (hasta septiembre) en un 63 por ciento, con alzas de el 200 % en casos como el del trigo (un kilo que en enero costaba, al cambio, 23 ptas, vale hoy 51. La demanda de las economías emergentes como China o India, las malas cosechas, la reducción de las reservas y el uso del cereal en la bioenergía son las causas de este impresionante incremento que han colocado a la economía del toro bravo en una situación de alerta roja. Y lo peor es que la propia FAO(Organización para la Alimentación y Agricultura) advierte de la escasa posibilidad de la bajada de precios.
Nadie puede negar que la subida de los precios de las corridas, a excepción de la élite minoritaria de ganaderos, ha sido mínima en la última década. La política de ahorro en los costes de producción de las ferias, la producción larga, la competencia desleal, la entrada de capitales no profesionales en el sector ganadero y la pérdida de criterio y unidad de los criadores, han hecho que el aprecio económico del toro haya sido insuficiente. Mucho más en este año y en los que vienen. Si el ganadero reduce costes en alimentación y manejo para equilibrar su caja, estaremos ante un problema grave, pues un toro mal criado, mal comido y peor puesto no es el toro que se necesita para este espectáculo tan exigente.
