Greenpeace lanza una campaña contra la caza de ballenas en Japón.
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Antena 3 Noticias, 9 Diciembre 2008.
Los directores de la organización en todo el mundo han enviado una carta al primer ministro japonés, Taro Aso, para pedirle que detenga esta práctica. Greenpeace quiere concienciar, así, a la sociedad japonesa contra la caza de ballenas.
La entrega de la misiva llega semanas después de que la flota de caza de ballenas de Japón saliera hacia el Antártico para comenzar la caza anual, cuyo objetivo es conseguir 900 ballenas, animales que Tokio afirma se emplean para propósitos de investigación científica.
En una ruptura con la práctica que ha desempeñado en el pasado, Greenpeace se centra en una campaña para intentar cambiar la opinión interna del país nipón más que enviar un barco que persiga a la flota en el Océano Antártico, una medida que ya causó roces diplomáticos el año pasado.
Esta decisión ha provocado críticas por parte del grupo de línea dura que también lucha contra la caza de ballenas, Sea Shepherd, cuyos miembros se enfrentaron con los barcos balleneros en el mar durante la última estación.
"Cada año ponemos más énfasis en la campaña en Japón", declaró el director ejecutivo de Greenpeace Australia, Steve Shallhorn. "Pedimos al pueblo de Japón que pida a sus políticos que ponga fin a los subsidios destinados a esta industria obsoleta", añadió.
Tanto Shallhorn como los directores de esta organización para estados Unidos, Brasil y Alemania, entre otros, se unieron a Paddy Hart, un antiguo cazador de ballenas australiano, para enviar esta carta.
Los activistas también realizarán protestas ante las embajadas que Japón tiene en el extranjero, añadió Greenpeace. Oficialmente, Japón detuvo la caza de ballenas de acuerdo con una moratoria mundial que se firmó en 1986, pero continúa cazando a cientos de estos cetáceos en lo que denomina un programa de investigación.
La mayor parte de su carne termina en "la mesa de la cena", según muchas organizaciones ecologistas. Aunque la mayoría de japoneses no comen carne de ballena de forma regular, muchos de ellos son indiferentes a la acusación de que la caza de estas criaturas es cruel, mientras que a otros les molesta que se les diga lo que deben comer.
Pero el director de Greenpeace para Japón, Jun Hoshikawa, aseguró que hay indicios que muestran el aumento del interés que este tema suscita en su país, y que hay un gran número de legisladores que piden que se realice una investigación sobre esta caza. Entre ellos está Ryuhei Kawada, conocido por enfrentarse al Gobierno después de que tanto él como otros se infectaran del virus del sida a través de productos sanguíneos contaminados.
"Cuando el Gobierno se equivoca, es importante alzar la voz", declaró ante los periodistas. "Estados Unidos y Australia tienen una historia de caza de ballenas, pero Japón aún la continúa, y deberíamos pensar este tema desde el punto de vista del medioambiente", manifestó.
Por su parte, un miembro de la sección de caza de ballenas del Ministerio de Pesca de Japón declaró que no podía hacer declaraciones porque no había visto la carta de Greenpeace.
Los directores de la organización en todo el mundo han enviado una carta al primer ministro japonés, Taro Aso, para pedirle que detenga esta práctica. Greenpeace quiere concienciar, así, a la sociedad japonesa contra la caza de ballenas.
La entrega de la misiva llega semanas después de que la flota de caza de ballenas de Japón saliera hacia el Antártico para comenzar la caza anual, cuyo objetivo es conseguir 900 ballenas, animales que Tokio afirma se emplean para propósitos de investigación científica.
En una ruptura con la práctica que ha desempeñado en el pasado, Greenpeace se centra en una campaña para intentar cambiar la opinión interna del país nipón más que enviar un barco que persiga a la flota en el Océano Antártico, una medida que ya causó roces diplomáticos el año pasado.
Esta decisión ha provocado críticas por parte del grupo de línea dura que también lucha contra la caza de ballenas, Sea Shepherd, cuyos miembros se enfrentaron con los barcos balleneros en el mar durante la última estación.
"Cada año ponemos más énfasis en la campaña en Japón", declaró el director ejecutivo de Greenpeace Australia, Steve Shallhorn. "Pedimos al pueblo de Japón que pida a sus políticos que ponga fin a los subsidios destinados a esta industria obsoleta", añadió.
Tanto Shallhorn como los directores de esta organización para estados Unidos, Brasil y Alemania, entre otros, se unieron a Paddy Hart, un antiguo cazador de ballenas australiano, para enviar esta carta.
Los activistas también realizarán protestas ante las embajadas que Japón tiene en el extranjero, añadió Greenpeace. Oficialmente, Japón detuvo la caza de ballenas de acuerdo con una moratoria mundial que se firmó en 1986, pero continúa cazando a cientos de estos cetáceos en lo que denomina un programa de investigación.
La mayor parte de su carne termina en "la mesa de la cena", según muchas organizaciones ecologistas. Aunque la mayoría de japoneses no comen carne de ballena de forma regular, muchos de ellos son indiferentes a la acusación de que la caza de estas criaturas es cruel, mientras que a otros les molesta que se les diga lo que deben comer.
Pero el director de Greenpeace para Japón, Jun Hoshikawa, aseguró que hay indicios que muestran el aumento del interés que este tema suscita en su país, y que hay un gran número de legisladores que piden que se realice una investigación sobre esta caza. Entre ellos está Ryuhei Kawada, conocido por enfrentarse al Gobierno después de que tanto él como otros se infectaran del virus del sida a través de productos sanguíneos contaminados.
"Cuando el Gobierno se equivoca, es importante alzar la voz", declaró ante los periodistas. "Estados Unidos y Australia tienen una historia de caza de ballenas, pero Japón aún la continúa, y deberíamos pensar este tema desde el punto de vista del medioambiente", manifestó.
Por su parte, un miembro de la sección de caza de ballenas del Ministerio de Pesca de Japón declaró que no podía hacer declaraciones porque no había visto la carta de Greenpeace.