Grisolía realizó ayer el Casino Gaditano un detallado repaso de la Teoría de la Evolución y su relevancia aún en la actualidad.
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Diario de Cádiz, 2 Octubre 2008.
"El darwinismo ha influido sobre todo el pensamiento moderno".
Grisolía realizó ayer el Casino Gaditano un detallado repaso de la Teoría de la Evolución y su relevancia aún en la actualidad.
N.Hidalgo / Cádiz | ¿Por qué en lugares apartados entre sí hay especies similares o equivalentes? ¿Por qué hay en América del Sur especies de aves parecidas a las avestruces africanas? ¿Por qué los pinzones de cada una de las islas Galápagos tienen pico diferente si están tan próximas entre sí?
Todas estas cuestiones encontraron una respuesta hace 150 años. La evidencia de la Teoría de la Evolución de las Especies vuelve a quedar hoy reforzada por los avances que se están logrando en el campo de la genética. No en vano, como destacó el eminente científico Santiago Grisolía, la teoría fue capaz de asimilar sin dificultad las reglas básicas de la herencia de Mendel y el descubrimiento de la estructura atómica del ADN.
Por este motivo Grisolía eligió ayer esta temática como centro de la conferencia que pronunció en la primera edición del quinto ciclo de debate del Foro de Cádiz. En el Casino Gaditano el bioquímico de 85 que fuera premio Príncipe de Asturias en 1990 por su labor investigadora, hizo un repaso por las ideas, viajes y humanidades que llevaron a lo que es hoy conocido como el darwinismo.
Una teoría evolutiva que desde su gestación ha sido motivo de debate, esencialmente, entre los que creyeron, y aún creen, que esta se opone a la visión religiosa de la creación del hombre. No es el caso, aclaró Grisolía, de la Iglesia católica que "opta por la evolución aclarando que Dios dotó al hombre de alma y le permitió evolucionar; de hecho el papa Juan Pablo II reconoció en 1996 que la evolución es más que una hipótesis".
Pero no ha habido discusión sólo acerca del aspecto científico de la teoría, su autoría también ha suscitado defensas y contradefensas de Darwin y sus presuntos inspiradores. Precisamente Grisolía quiso iniciar su intervención reivindicando el papel de un científico español, Félix de Azara, en el desarrollo de la teoría en cuestión: "al parecer Darwin conoció su valioso trabajo y, como Wallace, se anticipó a él al plantear la evolución de las especies", explicó.
También destacó el papel que jugó este último, Alfred Wallace, quien se definió a sí mismo, a pesar de ser considerado codescubridor, como "un guerrillero apto para escaramuzas" mientras que Darwin era "un gran general capaz de mantener bajo control todas las tropas durante la batalla".
El que fuera discípulo de Severo Ochoa realizó asimismo un repaso por la propia teoría evolucionista y los mecanismos de selección natural. Explicó como los datos reunidos por Darwin sobre campos tan diversos como la anatomía comparativa, la embriología y la paleontología "le llevaron a comprender que las especies, lejos de ser inmutables, se encuentran en permanente evolución; si algunas de ellas se parecían tenía que ser porque compartían un ancestro común". Añadió que "también sabía que las especies no son todas idénticas y que algunos individuos demuestran variaciones bien adaptadas a los lugares que ocupan en la naturaleza y, por tanto, pueden sobrevivir mientras otros perecían".
No quiso Grisolía dejar de aclarar que el evolucionista jamás dijo que el hombre proviniese del mono, sino de un animal similar al mono, como explicó, un ancestro común. Una cuestión que fue la principal causa de controversia con la religión.
Grisolía demostró así que aún a sus 85 su cabeza siempre activa no para de pensar en la ciencia y en la investigación, y no en vano es una autorizada voz para opinar y debatir sobre multitud de temas fuera y dentro de su especialidad.
"El darwinismo ha influido sobre todo el pensamiento moderno".
Grisolía realizó ayer el Casino Gaditano un detallado repaso de la Teoría de la Evolución y su relevancia aún en la actualidad.
N.Hidalgo / Cádiz | ¿Por qué en lugares apartados entre sí hay especies similares o equivalentes? ¿Por qué hay en América del Sur especies de aves parecidas a las avestruces africanas? ¿Por qué los pinzones de cada una de las islas Galápagos tienen pico diferente si están tan próximas entre sí?
Todas estas cuestiones encontraron una respuesta hace 150 años. La evidencia de la Teoría de la Evolución de las Especies vuelve a quedar hoy reforzada por los avances que se están logrando en el campo de la genética. No en vano, como destacó el eminente científico Santiago Grisolía, la teoría fue capaz de asimilar sin dificultad las reglas básicas de la herencia de Mendel y el descubrimiento de la estructura atómica del ADN.
Por este motivo Grisolía eligió ayer esta temática como centro de la conferencia que pronunció en la primera edición del quinto ciclo de debate del Foro de Cádiz. En el Casino Gaditano el bioquímico de 85 que fuera premio Príncipe de Asturias en 1990 por su labor investigadora, hizo un repaso por las ideas, viajes y humanidades que llevaron a lo que es hoy conocido como el darwinismo.
Una teoría evolutiva que desde su gestación ha sido motivo de debate, esencialmente, entre los que creyeron, y aún creen, que esta se opone a la visión religiosa de la creación del hombre. No es el caso, aclaró Grisolía, de la Iglesia católica que "opta por la evolución aclarando que Dios dotó al hombre de alma y le permitió evolucionar; de hecho el papa Juan Pablo II reconoció en 1996 que la evolución es más que una hipótesis".
Pero no ha habido discusión sólo acerca del aspecto científico de la teoría, su autoría también ha suscitado defensas y contradefensas de Darwin y sus presuntos inspiradores. Precisamente Grisolía quiso iniciar su intervención reivindicando el papel de un científico español, Félix de Azara, en el desarrollo de la teoría en cuestión: "al parecer Darwin conoció su valioso trabajo y, como Wallace, se anticipó a él al plantear la evolución de las especies", explicó.
También destacó el papel que jugó este último, Alfred Wallace, quien se definió a sí mismo, a pesar de ser considerado codescubridor, como "un guerrillero apto para escaramuzas" mientras que Darwin era "un gran general capaz de mantener bajo control todas las tropas durante la batalla".
El que fuera discípulo de Severo Ochoa realizó asimismo un repaso por la propia teoría evolucionista y los mecanismos de selección natural. Explicó como los datos reunidos por Darwin sobre campos tan diversos como la anatomía comparativa, la embriología y la paleontología "le llevaron a comprender que las especies, lejos de ser inmutables, se encuentran en permanente evolución; si algunas de ellas se parecían tenía que ser porque compartían un ancestro común". Añadió que "también sabía que las especies no son todas idénticas y que algunos individuos demuestran variaciones bien adaptadas a los lugares que ocupan en la naturaleza y, por tanto, pueden sobrevivir mientras otros perecían".
No quiso Grisolía dejar de aclarar que el evolucionista jamás dijo que el hombre proviniese del mono, sino de un animal similar al mono, como explicó, un ancestro común. Una cuestión que fue la principal causa de controversia con la religión.
Grisolía demostró así que aún a sus 85 su cabeza siempre activa no para de pensar en la ciencia y en la investigación, y no en vano es una autorizada voz para opinar y debatir sobre multitud de temas fuera y dentro de su especialidad.