Junta de Andalucía suspende la caza en 23 cotos tras hallar cebos envenenados
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El Plan de la Junta de Andalucía para erradicar el uso ilegal de cebos envenenados ha propiciado, desde su creación en noviembre de 2004, la suspensión de la actividad cinegética en 23 cotos en los que se halló veneno, informaron a EFE fuentes de la Consejería andaluza de Medio Ambiente.
Uno de los pilares de este dispositivo es un equipo canino, integrado por 15 perros adiestrados para localizar distintos venenos, que acumula casi 230 inspecciones, de las que se derivaron unos 90 expedientes administrativos y una treintena de procesos judiciales.
Alguno de estos procesos se ha sustanciado en sentencias relevantes, como la de noviembre de 2005 que impuso una pena de catorce meses de prisión y la prohibición de cazar durante más de dos años a sendos ganaderos de Campillo de Arenas (Jaén) por usar cebos envenenados.
Además del equipo canino -compuesto por perros de agua español, pastores alemanes y labradores y 'único en España en su género', según destacó a EFE Antonio Ruiz, uno de sus responsables- el plan andaluz contra los cebos ilegales ha implantado protocolos de actuación para más de mil agentes medioambientales y cuenta con un centro de análisis de venenos y de especies envenenadas.
De las casi 230 inspecciones realizadas por el equipo canino unas 60 se concentraron en la provincia de Jaén, seguida de Sevilla y Granada, con algo más de 30 y de 20 inspecciones, respectivamente.
Málaga es una de las provincias donde se han registrado menos operaciones de rastreo, con apenas una decena de intervenciones.
Jaén y Córdoba son, por otra parte, las provincias en las que se han incoado más expedientes sancionadores -42 y 38, en cada caso-
según los datos facilitados por la Junta de Andalucía.
La suspensión de la actividad cinegética en cotos y la imposición de multas y condenas no es la herramienta principal de la estrategia andaluza contra el uso de cebos envenenados, pues su eje es la divulgación y concienciación contra una práctica que constituye la principal amenaza para un amplio grupo de especies, alguna en peligro de extinción, y un grave riesgo para la salud humana.
Responsables de este dispositivo reconocen la importancia de cambiar la mentalidad del mundo rural con respecto a los cebos envenenados, pues especies amenazadas ahora por el veneno, como águilas, buitres, quebrantahuesos o linces, eran consideradas hace escasas décadas alimañas cuya muerte estaba incluso subvencionada por la propia administración.
Con todo, el uso ilegal de cebos envenenados no es sólo un delito tipificado en el Código Penal y una infracción muy grave en la legislación andaluza de flora y fauna, sino que también supone 'un peligro real para la salud de las personas', explicó Miguel Angel Simón, director técnico de la Estrategia para la Erradicación del Uso Ilegal de Cebos Envenenados en Andalucía.
Simón advirtió de que el veneno se camufla cada vez más en alimentos susceptibles de ser consumidos por el hombre, como embutidos, y con una potencia tóxica creciente.
Citó el caso descubierto el 13 de marzo de 2006 en Castril (Granada) en el que se detectó un jabalí impregnado con una sustancia letal.
El dispositivo de la Junta ha detectado en sus inspecciones más de 30 animales envenenados, la mayoría perros y zorros, aunque también se encontraron ejemplares de gato montés, hurón, meloncillo, erizo, gineta, garduña y aves como milano, busardo, águila imperial y calzada, cárabo, garza real o mochuelo.
Uno de los pilares de este dispositivo es un equipo canino, integrado por 15 perros adiestrados para localizar distintos venenos, que acumula casi 230 inspecciones, de las que se derivaron unos 90 expedientes administrativos y una treintena de procesos judiciales.
Alguno de estos procesos se ha sustanciado en sentencias relevantes, como la de noviembre de 2005 que impuso una pena de catorce meses de prisión y la prohibición de cazar durante más de dos años a sendos ganaderos de Campillo de Arenas (Jaén) por usar cebos envenenados.
Además del equipo canino -compuesto por perros de agua español, pastores alemanes y labradores y 'único en España en su género', según destacó a EFE Antonio Ruiz, uno de sus responsables- el plan andaluz contra los cebos ilegales ha implantado protocolos de actuación para más de mil agentes medioambientales y cuenta con un centro de análisis de venenos y de especies envenenadas.
De las casi 230 inspecciones realizadas por el equipo canino unas 60 se concentraron en la provincia de Jaén, seguida de Sevilla y Granada, con algo más de 30 y de 20 inspecciones, respectivamente.
Málaga es una de las provincias donde se han registrado menos operaciones de rastreo, con apenas una decena de intervenciones.
Jaén y Córdoba son, por otra parte, las provincias en las que se han incoado más expedientes sancionadores -42 y 38, en cada caso-
según los datos facilitados por la Junta de Andalucía.
La suspensión de la actividad cinegética en cotos y la imposición de multas y condenas no es la herramienta principal de la estrategia andaluza contra el uso de cebos envenenados, pues su eje es la divulgación y concienciación contra una práctica que constituye la principal amenaza para un amplio grupo de especies, alguna en peligro de extinción, y un grave riesgo para la salud humana.
Responsables de este dispositivo reconocen la importancia de cambiar la mentalidad del mundo rural con respecto a los cebos envenenados, pues especies amenazadas ahora por el veneno, como águilas, buitres, quebrantahuesos o linces, eran consideradas hace escasas décadas alimañas cuya muerte estaba incluso subvencionada por la propia administración.
Con todo, el uso ilegal de cebos envenenados no es sólo un delito tipificado en el Código Penal y una infracción muy grave en la legislación andaluza de flora y fauna, sino que también supone 'un peligro real para la salud de las personas', explicó Miguel Angel Simón, director técnico de la Estrategia para la Erradicación del Uso Ilegal de Cebos Envenenados en Andalucía.
Simón advirtió de que el veneno se camufla cada vez más en alimentos susceptibles de ser consumidos por el hombre, como embutidos, y con una potencia tóxica creciente.
Citó el caso descubierto el 13 de marzo de 2006 en Castril (Granada) en el que se detectó un jabalí impregnado con una sustancia letal.
El dispositivo de la Junta ha detectado en sus inspecciones más de 30 animales envenenados, la mayoría perros y zorros, aunque también se encontraron ejemplares de gato montés, hurón, meloncillo, erizo, gineta, garduña y aves como milano, busardo, águila imperial y calzada, cárabo, garza real o mochuelo.