La contaminación acústica , posible causa de la orfandad del ballenato de Sidney.
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El País, 22 agosto 2008.
Sacrificado el bebé ballena perdido en aguas de Sidney.
Una dosis letal de anestesia ha acabado con la vida del ballenato para evitar su sufrimiento, pues no había podido alimentarse desde que se separó de su madre, hace casi una semana.
EFE - Sidney-
La cría de ballena que perdió el contacto con su madre hace cinco días en una playa del norte de Sidney ha sido sacrificada hoy, después de que su estado de salud empeorara considerablemente en los últimos días, ya que no había podido alimentarse desde que se separó de su progenitora, han informado las autoridades australianas. Funcionarios del Servicio de Parques y Naturaleza del Estado de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sidney, han decidido darle una dosis letal de anestesia y acabar así con su sufrimiento. El cetáceo, bautizado popularmente con el nombre de Colin, fue encontrado en la playa de Pittwater junto a una embarcación, que el animal confundía con su madre.
Las autoridades han informado de que un pequeño grupo de ciudadanos se ha reunido esta mañana en Pittwater para protestar por el sacrificio de Colin, una ballena jorobada de dos semanas de vida y cuatro metros de largo.
Un equipo de expertos realizará la autopsia al cetáceo para intentar determinar la causa de su orfandad. Biólogos del Proyecto Oceanía han indicado que existe la posibilidad de que la contaminación acústica causada por el paso de los barcos por las aguas de Sidney provocase que Colin perdiera el contacto con su madre. El ruido que producen las embarcaciones puede cortar las líneas de comunicación sónica entre ballenas, ha explicado Wally Franklin, uno de los especialistas del Proyecto. Franklin, que lleva 20 años estudiando a las ballenas jorobadas, ha añadido que las hembras no acostumbran a abandonar a sus bebés y que tienen un instinto maternal extraordinario.
La directora del Servicio de Parques y Naturaleza del Estado de Nueva Gales del Sur, Sally Barnes, ha manifestado, a través de la radio ABC, que la decisión de sacrificar a Colin ha sido muy dura y emocional. "Es como si tuvieras un animal doméstico enfermo y el veterinario te dijera que no puede hacer nada más por él. Obviamente, cada uno tomaría una decisión distinta, pero yo, como directora de Parques y Naturaleza, he decidido que no quiero prolongar la agonía del animal. Me he basado en las recomendaciones de los expertos", ha dicho Barnes.
Los expertos han estado estudiando estos días cómo salvar a Colin, que fue sacada a mar abierto del lugar donde fue hallada y que después regresó a ese lugar. Una de las opciones era devolverla al océano con el fin de que estableciera contacto con otros cetáceos y consiguiese una madre adoptiva. Otra posibilidad era criarla, para lo que se habrían necesitado hasta 600 litros de leche diarios y unas treinta personas para alimentarla durante los once meses de lactancia.
Las aguas del sur de Australia han registrado durante los últimos meses un número récord de avistamientos de ballenas, que visitan esas aguas en su viaje hacia zonas más frías de la Antártida.
Sacrificado el bebé ballena perdido en aguas de Sidney.
Una dosis letal de anestesia ha acabado con la vida del ballenato para evitar su sufrimiento, pues no había podido alimentarse desde que se separó de su madre, hace casi una semana.
EFE - Sidney-
La cría de ballena que perdió el contacto con su madre hace cinco días en una playa del norte de Sidney ha sido sacrificada hoy, después de que su estado de salud empeorara considerablemente en los últimos días, ya que no había podido alimentarse desde que se separó de su progenitora, han informado las autoridades australianas. Funcionarios del Servicio de Parques y Naturaleza del Estado de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sidney, han decidido darle una dosis letal de anestesia y acabar así con su sufrimiento. El cetáceo, bautizado popularmente con el nombre de Colin, fue encontrado en la playa de Pittwater junto a una embarcación, que el animal confundía con su madre.
Las autoridades han informado de que un pequeño grupo de ciudadanos se ha reunido esta mañana en Pittwater para protestar por el sacrificio de Colin, una ballena jorobada de dos semanas de vida y cuatro metros de largo.
Un equipo de expertos realizará la autopsia al cetáceo para intentar determinar la causa de su orfandad. Biólogos del Proyecto Oceanía han indicado que existe la posibilidad de que la contaminación acústica causada por el paso de los barcos por las aguas de Sidney provocase que Colin perdiera el contacto con su madre. El ruido que producen las embarcaciones puede cortar las líneas de comunicación sónica entre ballenas, ha explicado Wally Franklin, uno de los especialistas del Proyecto. Franklin, que lleva 20 años estudiando a las ballenas jorobadas, ha añadido que las hembras no acostumbran a abandonar a sus bebés y que tienen un instinto maternal extraordinario.
La directora del Servicio de Parques y Naturaleza del Estado de Nueva Gales del Sur, Sally Barnes, ha manifestado, a través de la radio ABC, que la decisión de sacrificar a Colin ha sido muy dura y emocional. "Es como si tuvieras un animal doméstico enfermo y el veterinario te dijera que no puede hacer nada más por él. Obviamente, cada uno tomaría una decisión distinta, pero yo, como directora de Parques y Naturaleza, he decidido que no quiero prolongar la agonía del animal. Me he basado en las recomendaciones de los expertos", ha dicho Barnes.
Los expertos han estado estudiando estos días cómo salvar a Colin, que fue sacada a mar abierto del lugar donde fue hallada y que después regresó a ese lugar. Una de las opciones era devolverla al océano con el fin de que estableciera contacto con otros cetáceos y consiguiese una madre adoptiva. Otra posibilidad era criarla, para lo que se habrían necesitado hasta 600 litros de leche diarios y unas treinta personas para alimentarla durante los once meses de lactancia.
Las aguas del sur de Australia han registrado durante los últimos meses un número récord de avistamientos de ballenas, que visitan esas aguas en su viaje hacia zonas más frías de la Antártida.