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La España Bárbara. Festejo del toro de cuerda en Grazalema.
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Artículos
La Voz de Cádiz,
TRIBUNA LIBRE
La España Bárbara
30.07.2009 - PURIFICACIÓN GONZÁLEZ DE LA BLANCA
La España bárbara, la que nos vende cotidianamente Televisión Española, al igual que los incendios forestales, continúa haciendo estragos en este país de miseria moral y de crueldad, que mostró su máximo esplendor en Grazalema el pasado 20 de julio, con el festejo llamado Del toro de cuerda, organizado por la peña de este nombre, apoyado por el Ayuntamiento y autorizado por la Delegación de Gobernación de la Junta de Andalucía.
Apelar a la tradición para defender el sanguinario festejo que organizan cada año en Grazalema es indefendible, porque olvidan que las sociedades evolucionan y que lo que podía formar parte de la normalidad en épocas pasadas hoy es una barbarie. De este modo las quemas de supuestas brujas, las lapidaciones de adúlteras y los fusilamientos en plazas públicas -por ejemplo-, que eran tradicionales para escarmiento público, pasaron a la historia y hoy nos parecen terribles. Como pasó a la historia el circo romano, como pasaron a la historia en media Europa los festejos taurinos. Salvo en este país en el que Televisión Española, una cadena pública, es capaz de desplegar docenas de periodistas para cubrir algo tan ¿importante? como los Sanfermines (con el efecto de mimetismo que esto provoca en pueblos incultos como los nuestros, qué responsabilidad). ¡Viva el circo! Media España ardiendo y la otra media torturando toros. Y los que quedamos nos vamos marchando poco a poco, en una emigración silenciosa, causada por tanta frustración (cultural, ambiental...).
No hay palabras para describir el deterioro moral, el ensañamiento con seres indefensos, la bajeza, la insensibilidad, la incultura que se dieron cita en Grazalema el pasado 20 de julio, con el apoyo de un ayuntamiento y de unas autoridades que trabajan para situarnos en la edad media, con la caja de resonancia de unos medios de comunicación que perdieron el norte hace tiempo a golpe de publicidad pagada, y con el «aval» de unos supuestos estudiosos de la historia que hacen aguas por todas partes.
Una multitud embrutecida por el fervor tradicional, el alcohol y la testosterona, se sumó a ese gran programa cultural que cada año les ofrece la Peña Lunes del Toro de Cuerda, participando en el linchamiento de varios toros, que, conmocionados, solo deseaban escapar de manos de esa turba infame. Pero la sentencia ya estaba dictada: La primera víctima, llamada Ciquero, falleció a los pocos minutos de su suelta, en manos de la multitud. No quedó ahí la cosa, porque el siguiente toro, llamado Flor de Janda, fue acorralado y empujado hasta provocarle una espectacular caída en la que se rompió una de las astas, quedando inútil para el «festejo» y conduciéndole al corral para ser sacrificado. Sustituido por otro toro, éste no pudo siquiera salir a la calle, ya que pereció dentro del cajón, a causa de la imprevisión, tanto de la peña organizadora como del Ayuntamiento (que tenía que velar por el cumplimiento de la legalidad), que, en un alarde de desprecio por la vida animal, no previeron el intenso calor que esta nueva víctima estaba padeciendo, hasta el punto de morir dentro del cajón.
Todos son responsables, desde la mencionada peña hasta la Delegación de Gobernación, que autoriza tales barbaries, pasando por un Ayuntamiento que apoya estos festejos, quién sabe si hasta los subvenciona con presupuestos de Cultura, a tales niveles hemos llegado (habría que aclararlo).
Me consta que el asunto va camino de la Fiscalía, y espero que se haga justicia y que se impongan las penas establecidas en el Código Penal por maltrato a los animales, de hasta un año de cárcel, a los responsables de tanto despropósito.
Pero esta orgía de crueldad y ensañamiento con seres inocentes (en plena Europa y en el S. XXI) ya no podrá ser borrada de la memoria del pueblo de Grazalema. Aquí sí que han hecho historia.
TRIBUNA LIBRE
La España Bárbara
30.07.2009 - PURIFICACIÓN GONZÁLEZ DE LA BLANCA
La España bárbara, la que nos vende cotidianamente Televisión Española, al igual que los incendios forestales, continúa haciendo estragos en este país de miseria moral y de crueldad, que mostró su máximo esplendor en Grazalema el pasado 20 de julio, con el festejo llamado Del toro de cuerda, organizado por la peña de este nombre, apoyado por el Ayuntamiento y autorizado por la Delegación de Gobernación de la Junta de Andalucía.
Apelar a la tradición para defender el sanguinario festejo que organizan cada año en Grazalema es indefendible, porque olvidan que las sociedades evolucionan y que lo que podía formar parte de la normalidad en épocas pasadas hoy es una barbarie. De este modo las quemas de supuestas brujas, las lapidaciones de adúlteras y los fusilamientos en plazas públicas -por ejemplo-, que eran tradicionales para escarmiento público, pasaron a la historia y hoy nos parecen terribles. Como pasó a la historia el circo romano, como pasaron a la historia en media Europa los festejos taurinos. Salvo en este país en el que Televisión Española, una cadena pública, es capaz de desplegar docenas de periodistas para cubrir algo tan ¿importante? como los Sanfermines (con el efecto de mimetismo que esto provoca en pueblos incultos como los nuestros, qué responsabilidad). ¡Viva el circo! Media España ardiendo y la otra media torturando toros. Y los que quedamos nos vamos marchando poco a poco, en una emigración silenciosa, causada por tanta frustración (cultural, ambiental...).
No hay palabras para describir el deterioro moral, el ensañamiento con seres indefensos, la bajeza, la insensibilidad, la incultura que se dieron cita en Grazalema el pasado 20 de julio, con el apoyo de un ayuntamiento y de unas autoridades que trabajan para situarnos en la edad media, con la caja de resonancia de unos medios de comunicación que perdieron el norte hace tiempo a golpe de publicidad pagada, y con el «aval» de unos supuestos estudiosos de la historia que hacen aguas por todas partes.
Una multitud embrutecida por el fervor tradicional, el alcohol y la testosterona, se sumó a ese gran programa cultural que cada año les ofrece la Peña Lunes del Toro de Cuerda, participando en el linchamiento de varios toros, que, conmocionados, solo deseaban escapar de manos de esa turba infame. Pero la sentencia ya estaba dictada: La primera víctima, llamada Ciquero, falleció a los pocos minutos de su suelta, en manos de la multitud. No quedó ahí la cosa, porque el siguiente toro, llamado Flor de Janda, fue acorralado y empujado hasta provocarle una espectacular caída en la que se rompió una de las astas, quedando inútil para el «festejo» y conduciéndole al corral para ser sacrificado. Sustituido por otro toro, éste no pudo siquiera salir a la calle, ya que pereció dentro del cajón, a causa de la imprevisión, tanto de la peña organizadora como del Ayuntamiento (que tenía que velar por el cumplimiento de la legalidad), que, en un alarde de desprecio por la vida animal, no previeron el intenso calor que esta nueva víctima estaba padeciendo, hasta el punto de morir dentro del cajón.
Todos son responsables, desde la mencionada peña hasta la Delegación de Gobernación, que autoriza tales barbaries, pasando por un Ayuntamiento que apoya estos festejos, quién sabe si hasta los subvenciona con presupuestos de Cultura, a tales niveles hemos llegado (habría que aclararlo).
Me consta que el asunto va camino de la Fiscalía, y espero que se haga justicia y que se impongan las penas establecidas en el Código Penal por maltrato a los animales, de hasta un año de cárcel, a los responsables de tanto despropósito.
Pero esta orgía de crueldad y ensañamiento con seres inocentes (en plena Europa y en el S. XXI) ya no podrá ser borrada de la memoria del pueblo de Grazalema. Aquí sí que han hecho historia.
