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La Eurocámara podría incrementar su poder de decisión en materia de agricultura y ganadería.
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Diariodigitalagrario, 5 Mayo 2009.
La Eurocámara podría incrementar su poder de decisión en materia agraria después de las elecciones.
Cuestiones relativas al medio ambiente o la protección al consumidor necesitan la aprobación del Parlamento Europeo para salir adelante. Sin embargo, en materia agraria la Eurocámara cumple un papel meramente consultivo y, aunque sus informes tienen influencia sobre lo que finalmente se decide, en la práctica no son concluyentes. Esta situación podría cambiarse después de las elecciones que tendrán lugar en junio de 2009, si se pone en marcha el Tratado de Lisboa. Al respecto, el Parlamento pasaría a tener poder de codecisión sobre la política y el presupuesto agrario, además de que se modificará el número de diputados que en la actualidad componen la cámara, así como la distribución por países. Debido a este aumento de poder, las próximas elecciones, que suponen el trigésimo aniversario de la primera votación europea, incrementan su importancia, ya que es la única institución sobre la que realmente, el ciudadano comunitario puede decidir. En España, dichas elecciones se celebrarán el próximo 7 de junio.
El próximo mes de junio la Unión Europea celebrará sus séptimas elecciones, en el que será el trigésimo aniversario de la primera votación a nivel comunitario. Durante este periodo, la Eurocámara ha pasado de ser una entidad meramente consultiva a constituirse en una institución co-legisladora clave en Europa, compartiendo igualdad de poder con el Consejo de Ministros en casi dos tercios de la legislación europea a través del llamado procedimiento de codecisión.
Sin embargo, en materia agraria todavía queda camino por recorrer ya que dicho sistema todavía no se aplica a las cuestiones relativas al sector primario, pero sí podría hacerlo de salir adelante el Tratado de Lisboa, que, tras su aporbación en 2007, necesita la ratificación de todos los estados miembro (en la actualidad ya lo han hecho 25). De ser así, en la próxima legislatura, la que se extenderá hasta 2015, las decisiones que la Eurocámara tome en referencia a la agricultura y la ganadería, así como sobre el presupuesto agrario (el más importante de la Unión Europea), tendrán un poder vinculante y no sólo consultivo, como tenía hasta ahora.
De esta manera, se colocaría al mismo nivel que las áreas de política medioambiental, transporte, protección del consumidor, inmigración ilegal y mercado interno de bienes, servicios y capital, donde el Parlamento tiene el poder de aceptar, modificar o rechazar las propuestas que la Comisión Europea presenta para establecer directivas o reglamentos europeos. En este sentido, el Parlamento, durante la legislatura que está a punto de finalizar, rechazó, por ejemplo, las directivas propuestas en relación a la liberalización de los servicios portuarios y a las patentes informáticas.
Así, el hecho de que se aplique la codecisión en las cuestiones referidas a la política agraria supondrá que la composición del Parlamento, sobre todo en lo referente al número de escaños por país y el color político del mismo, tendrá mayor importancia para el agro que nunca.
Durante las tres décadas en las que se celebran elecciones a nivel europeo, el Parlamento ha cambiado su composición: de 410 eurodiputados en sus comienzos, se ha pasado a 736 miembros tras el Tratado de Niza. Actualmente, la Eurocámara posee temporalmente 785 miembros como consecuencia de la adhesión de Bulgaria y Rumanía. Sin embargo, si el Tratado de Lisboa entra en vigor tras las elecciones de 2009, el número de eurodiputados ascendería temporalmente a 754, tal y como lo decidió el Consejo Europeo en diciembre de 2008.
Alemania, que sería el único país que perdería eurodiputados tras el
tratado de Lisboa, podría mantener sus 99 parlamentarios hasta las siguientes elecciones. España, por su parte, tendría 54, los mismos que Polonia, y cuatro más que en la actualidad, situándose en el segundo grupo de estados con mayor número de escaños.
Esto tiene su importancia para las decisiones que se toman en el Pleno parlamentario, donde, a lo largo de los últimos cinco años se han mantenido diversos debates sobre la cuestión agraria.
Balance
En este sentido, las posiciones mantenidas por el Parlamento Europeo respecto a la reforma de la Organización Común de Mercado, OCM del Vino, y el Chequeo Médio de la Política Agraria Común, PAC, además de los debates sobre la OCM de Frutas y Hortalizas, cuyo informe fue presentado por una española, Mabel Salinas, fueron las principales aportaciones de dicha institución al debate agrario dentro de la Unión Europea durante la legislatura 2004-2009. La Eurocámara, que en junio renovará sus miembros tras las elecciones que se celebrarán en los estados miembro entre el 4 y el 7 de ese mes (en España el 7), mantuvo durante este periodo una postura más próxima a los intereses de los agricultores, rechazando cuestiones como la liberalización total en 2014 de los derechos de plantación para los vinos con denominación de origen o la reducción de las ayudas directas propuesta por la Comisión Europea.
Asimismo, entre las cuestiones abordadas por el Parlamento Europeo en referencia al sector agrario se encuentra la distribución de fruta europea entre las escuelas para combatir la obesidad infantil, la clonación de animales con fines alimentarios o la lucha contra la gripe aviar, además de sus aportaciones realizadas al apoyo a los jóvenes agricultores y el debate sobre los precios alimentarios.
Por otra parte, en materia medioambiental también se abordaron cuestiones de interés para el sector agrario como fue la nueva legislación sobre productos químicos, REACH, que tiene por objetivo “proteger la salud pública y el medio ambiente sin amenazar la competitividad de la UE”. Además se abordó una nueva normativa sobre el uso y la comercialización de pesticidas. Estos temas fueron recordados también por la comisaria de Agricultura de la Unión Europea, Mariann Fischer-Boel, quien el pasado 31 de marzo se reunió con la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo para hacer balance de los pasados cinco años. Al respecto, centró los logros de esta legislatura en la aplicación de las reformas iniciadas en 2003 y las decisiones tomadas para los sectores del azúcar, las frutas y hortalizas o el vino. Asimismo, recordó el proceso de simplificación de la PAC y el Chequeo Médico.
''Cuando este Comité se disuelva dejará una PAC, que es una política común, como una política fuerte y efectiva. Con un legado así, el próximo comité no tendrá más que mejorar las piezas, concluyó la comisaria de Agricultura.
¿Cementerio de elefantes para políticos veteranos o plataforma de lanzamiento para los nuevos?
Al cierre de esta edición, los diferentes partidos políticos españoles que se presentan a las elecciones europeas del próximo 7 de junio ya han iniciado la campaña de apoyo a sus listas.
La del Partido Popular vuelve a estar encabezada por el anterior candidato y ex-ministro Jaime Mayor Oreja, mientras que la del PSOE cambia de candidato y sustituye a Josep Borrel (elecciones 2004) por otro ex-ministro: el canario Fernando López Aguilar. Tras él, los números dos y tres de los socialistas son el ex-diputado del Congreso, Ramón Jáuregui, y la ex-ministra de Obras Públicas, Magdalena Álvarez.
Quizá por esta característica de que muchos de los rostros conocidos que conforman las listas europeas normalmente son ''ex'' de algún alto cargo español, la rumorología cuenta que Jáuregui, tras enterarse de su nuevo cometido, comentó entre corrillos que no le gustaba mucho eso de ir a un ''cementerio de elefantes''.
Sin embargo, aunque es cierto que las listas europeas normalmente están formadas por políticos denostados que en su tiempo fueron primeras figuras, hay excepciones, puesto que a veces el Parlamento Europeo puede servir de plataforma de lanzamiento político.
Si no, que se lo digan a la actual secretaria de Estado de Cooperación Internacional del Ministerio de Asuntos Exteriores, Soraya Rodríguez.
Esta vallisoletana, que comenzó su andadura política en el PSOE de tierra, fue durante unos años eurodiputada en el Parlamento Europeo, teniendo responsabilidades en el sector agrario y medioambiental. Posteriormente, volvió a la política nacional, primero como diputada en el Congreso y, años después, al frente del cargo que ocupa desde el pasado verano.
Esta es la prueba de que mientras algunos políticos creen que sus días terminan en el Parlamento Europeo, otros comienzan allí su andadura.
La Eurocámara podría incrementar su poder de decisión en materia agraria después de las elecciones.
Cuestiones relativas al medio ambiente o la protección al consumidor necesitan la aprobación del Parlamento Europeo para salir adelante. Sin embargo, en materia agraria la Eurocámara cumple un papel meramente consultivo y, aunque sus informes tienen influencia sobre lo que finalmente se decide, en la práctica no son concluyentes. Esta situación podría cambiarse después de las elecciones que tendrán lugar en junio de 2009, si se pone en marcha el Tratado de Lisboa. Al respecto, el Parlamento pasaría a tener poder de codecisión sobre la política y el presupuesto agrario, además de que se modificará el número de diputados que en la actualidad componen la cámara, así como la distribución por países. Debido a este aumento de poder, las próximas elecciones, que suponen el trigésimo aniversario de la primera votación europea, incrementan su importancia, ya que es la única institución sobre la que realmente, el ciudadano comunitario puede decidir. En España, dichas elecciones se celebrarán el próximo 7 de junio.
El próximo mes de junio la Unión Europea celebrará sus séptimas elecciones, en el que será el trigésimo aniversario de la primera votación a nivel comunitario. Durante este periodo, la Eurocámara ha pasado de ser una entidad meramente consultiva a constituirse en una institución co-legisladora clave en Europa, compartiendo igualdad de poder con el Consejo de Ministros en casi dos tercios de la legislación europea a través del llamado procedimiento de codecisión.
Sin embargo, en materia agraria todavía queda camino por recorrer ya que dicho sistema todavía no se aplica a las cuestiones relativas al sector primario, pero sí podría hacerlo de salir adelante el Tratado de Lisboa, que, tras su aporbación en 2007, necesita la ratificación de todos los estados miembro (en la actualidad ya lo han hecho 25). De ser así, en la próxima legislatura, la que se extenderá hasta 2015, las decisiones que la Eurocámara tome en referencia a la agricultura y la ganadería, así como sobre el presupuesto agrario (el más importante de la Unión Europea), tendrán un poder vinculante y no sólo consultivo, como tenía hasta ahora.
De esta manera, se colocaría al mismo nivel que las áreas de política medioambiental, transporte, protección del consumidor, inmigración ilegal y mercado interno de bienes, servicios y capital, donde el Parlamento tiene el poder de aceptar, modificar o rechazar las propuestas que la Comisión Europea presenta para establecer directivas o reglamentos europeos. En este sentido, el Parlamento, durante la legislatura que está a punto de finalizar, rechazó, por ejemplo, las directivas propuestas en relación a la liberalización de los servicios portuarios y a las patentes informáticas.
Así, el hecho de que se aplique la codecisión en las cuestiones referidas a la política agraria supondrá que la composición del Parlamento, sobre todo en lo referente al número de escaños por país y el color político del mismo, tendrá mayor importancia para el agro que nunca.
Durante las tres décadas en las que se celebran elecciones a nivel europeo, el Parlamento ha cambiado su composición: de 410 eurodiputados en sus comienzos, se ha pasado a 736 miembros tras el Tratado de Niza. Actualmente, la Eurocámara posee temporalmente 785 miembros como consecuencia de la adhesión de Bulgaria y Rumanía. Sin embargo, si el Tratado de Lisboa entra en vigor tras las elecciones de 2009, el número de eurodiputados ascendería temporalmente a 754, tal y como lo decidió el Consejo Europeo en diciembre de 2008.
Alemania, que sería el único país que perdería eurodiputados tras el
tratado de Lisboa, podría mantener sus 99 parlamentarios hasta las siguientes elecciones. España, por su parte, tendría 54, los mismos que Polonia, y cuatro más que en la actualidad, situándose en el segundo grupo de estados con mayor número de escaños.
Esto tiene su importancia para las decisiones que se toman en el Pleno parlamentario, donde, a lo largo de los últimos cinco años se han mantenido diversos debates sobre la cuestión agraria.
Balance
En este sentido, las posiciones mantenidas por el Parlamento Europeo respecto a la reforma de la Organización Común de Mercado, OCM del Vino, y el Chequeo Médio de la Política Agraria Común, PAC, además de los debates sobre la OCM de Frutas y Hortalizas, cuyo informe fue presentado por una española, Mabel Salinas, fueron las principales aportaciones de dicha institución al debate agrario dentro de la Unión Europea durante la legislatura 2004-2009. La Eurocámara, que en junio renovará sus miembros tras las elecciones que se celebrarán en los estados miembro entre el 4 y el 7 de ese mes (en España el 7), mantuvo durante este periodo una postura más próxima a los intereses de los agricultores, rechazando cuestiones como la liberalización total en 2014 de los derechos de plantación para los vinos con denominación de origen o la reducción de las ayudas directas propuesta por la Comisión Europea.
Asimismo, entre las cuestiones abordadas por el Parlamento Europeo en referencia al sector agrario se encuentra la distribución de fruta europea entre las escuelas para combatir la obesidad infantil, la clonación de animales con fines alimentarios o la lucha contra la gripe aviar, además de sus aportaciones realizadas al apoyo a los jóvenes agricultores y el debate sobre los precios alimentarios.
Por otra parte, en materia medioambiental también se abordaron cuestiones de interés para el sector agrario como fue la nueva legislación sobre productos químicos, REACH, que tiene por objetivo “proteger la salud pública y el medio ambiente sin amenazar la competitividad de la UE”. Además se abordó una nueva normativa sobre el uso y la comercialización de pesticidas. Estos temas fueron recordados también por la comisaria de Agricultura de la Unión Europea, Mariann Fischer-Boel, quien el pasado 31 de marzo se reunió con la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo para hacer balance de los pasados cinco años. Al respecto, centró los logros de esta legislatura en la aplicación de las reformas iniciadas en 2003 y las decisiones tomadas para los sectores del azúcar, las frutas y hortalizas o el vino. Asimismo, recordó el proceso de simplificación de la PAC y el Chequeo Médico.
''Cuando este Comité se disuelva dejará una PAC, que es una política común, como una política fuerte y efectiva. Con un legado así, el próximo comité no tendrá más que mejorar las piezas, concluyó la comisaria de Agricultura.
¿Cementerio de elefantes para políticos veteranos o plataforma de lanzamiento para los nuevos?
Al cierre de esta edición, los diferentes partidos políticos españoles que se presentan a las elecciones europeas del próximo 7 de junio ya han iniciado la campaña de apoyo a sus listas.
La del Partido Popular vuelve a estar encabezada por el anterior candidato y ex-ministro Jaime Mayor Oreja, mientras que la del PSOE cambia de candidato y sustituye a Josep Borrel (elecciones 2004) por otro ex-ministro: el canario Fernando López Aguilar. Tras él, los números dos y tres de los socialistas son el ex-diputado del Congreso, Ramón Jáuregui, y la ex-ministra de Obras Públicas, Magdalena Álvarez.
Quizá por esta característica de que muchos de los rostros conocidos que conforman las listas europeas normalmente son ''ex'' de algún alto cargo español, la rumorología cuenta que Jáuregui, tras enterarse de su nuevo cometido, comentó entre corrillos que no le gustaba mucho eso de ir a un ''cementerio de elefantes''.
Sin embargo, aunque es cierto que las listas europeas normalmente están formadas por políticos denostados que en su tiempo fueron primeras figuras, hay excepciones, puesto que a veces el Parlamento Europeo puede servir de plataforma de lanzamiento político.
Si no, que se lo digan a la actual secretaria de Estado de Cooperación Internacional del Ministerio de Asuntos Exteriores, Soraya Rodríguez.
Esta vallisoletana, que comenzó su andadura política en el PSOE de tierra, fue durante unos años eurodiputada en el Parlamento Europeo, teniendo responsabilidades en el sector agrario y medioambiental. Posteriormente, volvió a la política nacional, primero como diputada en el Congreso y, años después, al frente del cargo que ocupa desde el pasado verano.
Esta es la prueba de que mientras algunos políticos creen que sus días terminan en el Parlamento Europeo, otros comienzan allí su andadura.
