La Guardia Civil desarticula una red que robaba galgos y amañaba carreras.
La Guardia Civil ha desarticulado una red que robaba galgos de competición y amañaba tanto la concesión de los premios como las apuestas que se realizaban sobre las carreras, obteniendo más de medio millón de euros por estas actividades, según ha informado el Ministerio del Interior.
En la operación 'Duplicado', desarrollada en las provincias de Sevilla, Badajoz, Jaén, Madrid y Toledo, se ha detenido a ocho personas e imputado a otras 29 por delitos de manipulación de competiciones, maltrato animal, falsedad documental y robo.
La investigación se inició a raíz de una denuncia de la Real Federación Española de Galgos, al detectar la inscripción de un perro cuyo ADN coincidía con el de otro que había sido robado. A pesar del cambio de nombre y de microchip, se trataba del mismo perro, un galgo que contaba con numerosas victorias.
A continuación, los agentes detectaron que el galgo nunca era inscrito bajo la responsabilidad de la persona que constaba como propietario en su documentación, ya que permanecía bajo el control de la organización.
El perro ahora recuperado era muy conocido, por lo que se convirtió en objetivo de la red, ya que podían obtener beneficios entre 600 y 1.000 euros por cada monta que realizaban.
Para obtener tales beneficios, la organización dotaba de una identidad supuestamente legal al animal mediante la sustitución del microchip y un nuevo nombre. Después, lo inscribían en el registro de la Real Federación Española de Galgos para poder comercializar de las camadas de galgos que naciesen.
Según explica la Guardia Civil, en el mundo de las competiciones de galgos la genética es muy valorada en un campeón, ya que supone su pase a la condición de semental. De esta manera, los clientes que adquirían los cachorros conocían la identidad real del animal, puesto que no habrían abonado los precios solicitados por la monta si el animal no tuviera avales reconocidos.
La red, estructurada jerárquicamente, contaba con numerosos antecedentes policiales. El cabecilla era el que escogía a los animales que iban a sustraer. Otro grupo estudiaba la forma de llevarlo a cabo y se encargaba del robo del perro.
Un tercer grupo de la red custodiaba y trasladaba de forma permanente al animal para evitar su localización, llegando a utilizar la titularidad de varias personas para ocultar a los animales y dificultar la investigación.
Secuestros 'exprés'
Además, en algunos casos la red practicaba 'secuestros exprés', exigiendo a los propietarios de los animales una cantidad importante de dinero para poder recuperarlos.
Por otra parte, algunos de los componentes de la trama ejercían como técnicos en diferentes competiciones de galgos, por lo que alteraban las carreras y generaban resultados según los intereses de la trama para conseguir llegar a las fases finales del Campeonato Nacional de galgos. De esta forma, no solo amañaban la concesión de los premios sino también las apuestas que se realizaban sobre las carreras.