La Junta suspende temporalmente la caza en el coto de Puebla de Guzmán donde aparecieron animales envenenados
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La Delegación Provincial de Medio Ambiente ha decretado la suspensión temporal del aprovechamiento cinegético de un coto de caza situado en el término municipal de Puebla de Guzmán (Huelva) donde el Equipo Canino para la Detección de Cebos Envenenados encontró en una inspección los cadáveres de siete buitres leonados (Gyps fulvus), un buitre negro, dos lirones caretos (Eliomys quercinus), una lagartija colilarga (Psammodromus algirus), tres musarañas (Crocidura russula) y dos meloncillos (Herpestes ichneumon).
En la inspección, llevada a cabo la semana pasada y en la que participó el Equipo Canino Para la Detección de Cebos Envenenados, se hallaron once cebos envenenados con la misma sustancia, además de 12 lazos y un cepo listos para ser usados.
Una vez confirmados los resultados de las analíticas, la Consejería de Medio Ambiente los trasladó a la Fiscalía y se han iniciado las acciones legales pertinentes contra el propietario del coto donde se hallaron los animales y los cebos envenenados. Además, la administración ambiental ha iniciado el expediente sancionador correspondiente a este coto para determinar una posible sanción al mismo.
El uso de cebos envenenados está tipificado como delito en el artículo 336 del Código Penal, estableciéndose penas de prisión de cuatro a veinticuatro meses e inhabilitación para la caza por un período de tres a ocho años, en caso de identificarse como cazador al sujeto responsable. Además de otras normativas europeas, la Ley 4/89 de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres a nivel estatal y la Ley 8/2003 de la Flora y la Fauna Silvestres de Andalucía, en su artículo 75 considera el uso de venenos como una infracción 'muy grave, pudiendo imponerse sanciones desde 60.101,22 a 300.506,05 euros'.
Un buitre llevó al veneno
Esta actuación, coordinada por el equipo de seguimiento del buitre negro en Andalucía, ha sido posible gracias a `Binga¿, un ejemplar adulto de buitre negro de la colonia de Sierra Pelada que se recuperó de otro caso anterior de envenenamiento en la Red Andaluza de Centros de Recuperación de Especies Amenazadas y que fue devuelto al medio natural el pasado otoño, con un dispositivo de radioseguimiento de tecnología satélite.
Desde entonces, un equipo ha seguido los movimientos de este buitre para llevar a cabo un rastreo pormenorizado que indicase cuál era su área de campeo y así determinar la zona donde pudo ingerir el veneno. En las últimas semanas, los indicios apuntaban hacia este coto de caza de Puebla de Guzmán, por lo que la Consejería envió al Equipo Canino para la Detección de Cebos Envenenados que, en presencia del Seprona, halló los animales muertos y los cebos envenenados.
Así, la Consejería de Medio ambiente ha iniciado la vía administrativa para identificar al infractor de un delito tipificado en el artículo 336 del Código Penal donde se establecen penas de prisión de cuatro a 24 meses e inhabilitación para a caza por un periodo de tres a ocho años, en caso de identificarse como cazador al sujeto responsable.
En la inspección, llevada a cabo la semana pasada y en la que participó el Equipo Canino Para la Detección de Cebos Envenenados, se hallaron once cebos envenenados con la misma sustancia, además de 12 lazos y un cepo listos para ser usados.
Una vez confirmados los resultados de las analíticas, la Consejería de Medio Ambiente los trasladó a la Fiscalía y se han iniciado las acciones legales pertinentes contra el propietario del coto donde se hallaron los animales y los cebos envenenados. Además, la administración ambiental ha iniciado el expediente sancionador correspondiente a este coto para determinar una posible sanción al mismo.
El uso de cebos envenenados está tipificado como delito en el artículo 336 del Código Penal, estableciéndose penas de prisión de cuatro a veinticuatro meses e inhabilitación para la caza por un período de tres a ocho años, en caso de identificarse como cazador al sujeto responsable. Además de otras normativas europeas, la Ley 4/89 de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres a nivel estatal y la Ley 8/2003 de la Flora y la Fauna Silvestres de Andalucía, en su artículo 75 considera el uso de venenos como una infracción 'muy grave, pudiendo imponerse sanciones desde 60.101,22 a 300.506,05 euros'.
Un buitre llevó al veneno
Esta actuación, coordinada por el equipo de seguimiento del buitre negro en Andalucía, ha sido posible gracias a `Binga¿, un ejemplar adulto de buitre negro de la colonia de Sierra Pelada que se recuperó de otro caso anterior de envenenamiento en la Red Andaluza de Centros de Recuperación de Especies Amenazadas y que fue devuelto al medio natural el pasado otoño, con un dispositivo de radioseguimiento de tecnología satélite.
Desde entonces, un equipo ha seguido los movimientos de este buitre para llevar a cabo un rastreo pormenorizado que indicase cuál era su área de campeo y así determinar la zona donde pudo ingerir el veneno. En las últimas semanas, los indicios apuntaban hacia este coto de caza de Puebla de Guzmán, por lo que la Consejería envió al Equipo Canino para la Detección de Cebos Envenenados que, en presencia del Seprona, halló los animales muertos y los cebos envenenados.
Así, la Consejería de Medio ambiente ha iniciado la vía administrativa para identificar al infractor de un delito tipificado en el artículo 336 del Código Penal donde se establecen penas de prisión de cuatro a 24 meses e inhabilitación para a caza por un periodo de tres a ocho años, en caso de identificarse como cazador al sujeto responsable.