La Pava, a cara descubierta
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Un mengibeño se llevó «sin un rasguño» el ave, lanzada desde la torre por una chica que no ocultó su rostro pese a las denuncias ecologistas
M. R. ARÉVALO /
ORGULLO. José Mimbrera, vecino de Mengíbar y asiduo a las fiestas, muestra a la pava junto a unos niños. CAZALILLA se ha convertido en protagonista de la tradicional fiesta de la pava, que se celebra con motivo de San Blas, lo que congregó a un gran número de personas, de los municipios de la comarca, alrededor de la iglesia de la localidad, desde cuyo campanario, una chica a cara descubierta -pese a que se ha multado a los últimos lanzadores tras denuncias de ecologistas-, sobre las seis y media de la tarde lanzaba el ave, que sobrevoló la plaza y se situó junto a un árbol donde dos personas la intentaron coger: una chica por la barriga de la pava y un señor por el ala, que fue el que finalmente se la llevó.
El afortunado se llama José Mimbrera Cazalilla y es de Mengíbar, lleva muchos años acudiendo a esta fiesta. Dice que estaba muy nervioso, pero a la vez muy contento por haber cogido la pava, que en ningún momento sufrió daño alguno. José Mimbrera manifestó que cuidaría la pava junto a otros animales que tiene en un corral.
Respecto a la polémica sobre el maltrato que recibe el ave en su lanzamiento desde el campanario de la iglesia, este mengibeño indica que todo el mundo ha podido observar que no tiene ni un rasguño la pava y «que no hay polémica ninguna, porque es peor el tema de los toros, que al final lo matan, y aquí no. Esta pava va a estar muy a gusto porque la voy a cuidar, ya que me gustan mucho los animales», señala Mimbrera.
Las fiestas comenzaron con el repique general de campanas y lanzamiento de cohetes que inicia el amplio programa de actividades tanto deportivas como culturales. Tampoco ha faltado la tradicional candelaria en la plaza de la Constitución, donde el Ayuntamiento obsequia a sus vecinos con una amplia variedad de tapas y bebidas, para mantener viva otra de las tradiciones de la localidad. El viernes se celebró la bendición de las rosquillas de San Blas, que según cuenta la tradición, resuelve los problemas de garganta.