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La provincia de Cádiz cuenta con 25.000 licencias de caza.
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Sur.es, 29 Diciembre 2008.
El sector de la caza reduce sus ingresos a casi la mitad y se ve obligado a 'tirar' los precios.
Los datos que maneja Aproca-Cádiz indican que está prácticamente descartado que en esta temporada el sector cinegético supere los tres millones de euros. La climatología y los efectos de la crisis económica son las principales causas
Aunque se esperaba un buen año cinegético con la apertura de la veda general el pasado 12 de octubre, la realidad ha sido inmisericorde. Los datos que maneja actualmente la Asociación de Productores de Caza de Andalucía (Aproca-Cádiz) no son muy halagüeños. De hecho, esta entidad alerta de que se está muy lejos de conseguir el nivel de negocio que el sector alcanzó el pasado año, que superó los cuatro millones de euros. Una fuerte reducción que se sitúa entre el 40% y el 50%, ya que este año las previsiones son de de superar sólo levemente los dos millones de euros.
Según Fernando García, gerente de Aproca-Cádiz, dos son las principales causas de esta mala temporada: la crisis económica y la climatología, con un otoño muy lluvioso que ha suspendido las actividades planificadas y ha modificado la ruta de las aves migratorias.
Tal y como explica García, «los gestores de caza mayor se han quedado colgados con los venados de Berrea, no están vendiendo puestos de montería y por tanto han tenido que bajar el precio, que roza el de coste. En caza menor, los cotos emblemáticos no venden ni la mitad de los puestos de los ojeos. Los que se peleaban en las subastas públicas de cotos parece que se los ha tragado la tierra». Es por ello que los puestos de montería han tenido que bajar a la mitad el precio habitual o se han monteado con la mitad de puestos que albergaba la mancha a batir. Esta dificultad en las ventas la constata el presidente de la Federación Provincial de Cazadores de Cádiz, Alfonso Medina, que afirma que serán los cotos a los «que más afecte la crisis con una reducción de precios que los harán más asequibles». Explica que años atrás se ha vivido una situación con mucha demanda y poca oferta, «por lo que los precios eran prohibitivos en muchos de los casos; se han pagado cotos solamente para conejos con un día a la semana o dos y diez conejos de cupo a 2.800 euros».
Unas cifras que en la coyuntura actual son impensables ya que, como señalan desde Aproca, «por poner un ejemplo del panorama, las piezas de caza muertas para el consumo humano han bajado hasta el 70% en algunos casos, como el de la carne de venado que se exportaba a Alemania al abrir la veda a 2,70 euros y en menos de un mes se puso a 0,70 euros».
Difícil de recuperar
La mayor parte de los ingresos cinegéticos provienen de la venta de los puestos para monterías o ganchos que son los eventos más habituales en la provincia, así como de las batidas, que son algo más minoritarias.
Por tanto, parece complicado que se pueda remontar la situación sobre todo si se tiene en cuenta que actualmente se afronta el último tramo del grueso de la actividad cinegética.
Una vez concluida la temporada, a los cazadores no les queda otra que recurrir a los campos de tiro, pero este sector también está padeciendo los efectos de la crisis. Así lo reconoce Francisco Pérez Aragón propietario de un campo permanente de tiro en El Marquesado. Pérez asegura que «la crisis económica se está notando bastante, sobre un 30% menos de tiradores». Y es que la caza no es una práctica barata, pues en este caso para cinco sueltas el puesto suele costar entre 200 y 250 euros, dependiendo del número de pájaros.
Práctica necesaria
La provincia cuenta con 25.000 licencias de caza. En la intervención de armas de la Guardia Civil de Puerto Real, que abarca los términos municipales de Rota, El Puerto de Santa María, San Fernando, Puerto Real y Cádiz, existen registradas 12.950 escopetas de caza menor y 810 rifles de caza mayor, y controlan 5.502 licencias de caza menor.
Una práctica extendida y cuya importancia va más allá de la actividad económica que genera. De hecho, el jefe de servicio de Gestión del Medio Natural de la delegación provincial de Medio Ambiente, Felipe Oliveros, afirma que la caza es «una de las mejores herramientas de protección medioambiental, sobre todo para mantener el equilibrio de las especies, algo fundamental. Claro que existe la práctica furtiva que hay que erradicar y los que utilizan cebos envenenados, pero la caza bien gestionada mantiene la cadena trófica y reduce los daños provocados por aquellas especies cuya población se dispara».
El sector de la caza reduce sus ingresos a casi la mitad y se ve obligado a 'tirar' los precios.
Los datos que maneja Aproca-Cádiz indican que está prácticamente descartado que en esta temporada el sector cinegético supere los tres millones de euros. La climatología y los efectos de la crisis económica son las principales causas
Aunque se esperaba un buen año cinegético con la apertura de la veda general el pasado 12 de octubre, la realidad ha sido inmisericorde. Los datos que maneja actualmente la Asociación de Productores de Caza de Andalucía (Aproca-Cádiz) no son muy halagüeños. De hecho, esta entidad alerta de que se está muy lejos de conseguir el nivel de negocio que el sector alcanzó el pasado año, que superó los cuatro millones de euros. Una fuerte reducción que se sitúa entre el 40% y el 50%, ya que este año las previsiones son de de superar sólo levemente los dos millones de euros.
Según Fernando García, gerente de Aproca-Cádiz, dos son las principales causas de esta mala temporada: la crisis económica y la climatología, con un otoño muy lluvioso que ha suspendido las actividades planificadas y ha modificado la ruta de las aves migratorias.
Tal y como explica García, «los gestores de caza mayor se han quedado colgados con los venados de Berrea, no están vendiendo puestos de montería y por tanto han tenido que bajar el precio, que roza el de coste. En caza menor, los cotos emblemáticos no venden ni la mitad de los puestos de los ojeos. Los que se peleaban en las subastas públicas de cotos parece que se los ha tragado la tierra». Es por ello que los puestos de montería han tenido que bajar a la mitad el precio habitual o se han monteado con la mitad de puestos que albergaba la mancha a batir. Esta dificultad en las ventas la constata el presidente de la Federación Provincial de Cazadores de Cádiz, Alfonso Medina, que afirma que serán los cotos a los «que más afecte la crisis con una reducción de precios que los harán más asequibles». Explica que años atrás se ha vivido una situación con mucha demanda y poca oferta, «por lo que los precios eran prohibitivos en muchos de los casos; se han pagado cotos solamente para conejos con un día a la semana o dos y diez conejos de cupo a 2.800 euros».
Unas cifras que en la coyuntura actual son impensables ya que, como señalan desde Aproca, «por poner un ejemplo del panorama, las piezas de caza muertas para el consumo humano han bajado hasta el 70% en algunos casos, como el de la carne de venado que se exportaba a Alemania al abrir la veda a 2,70 euros y en menos de un mes se puso a 0,70 euros».
Difícil de recuperar
La mayor parte de los ingresos cinegéticos provienen de la venta de los puestos para monterías o ganchos que son los eventos más habituales en la provincia, así como de las batidas, que son algo más minoritarias.
Por tanto, parece complicado que se pueda remontar la situación sobre todo si se tiene en cuenta que actualmente se afronta el último tramo del grueso de la actividad cinegética.
Una vez concluida la temporada, a los cazadores no les queda otra que recurrir a los campos de tiro, pero este sector también está padeciendo los efectos de la crisis. Así lo reconoce Francisco Pérez Aragón propietario de un campo permanente de tiro en El Marquesado. Pérez asegura que «la crisis económica se está notando bastante, sobre un 30% menos de tiradores». Y es que la caza no es una práctica barata, pues en este caso para cinco sueltas el puesto suele costar entre 200 y 250 euros, dependiendo del número de pájaros.
Práctica necesaria
La provincia cuenta con 25.000 licencias de caza. En la intervención de armas de la Guardia Civil de Puerto Real, que abarca los términos municipales de Rota, El Puerto de Santa María, San Fernando, Puerto Real y Cádiz, existen registradas 12.950 escopetas de caza menor y 810 rifles de caza mayor, y controlan 5.502 licencias de caza menor.
Una práctica extendida y cuya importancia va más allá de la actividad económica que genera. De hecho, el jefe de servicio de Gestión del Medio Natural de la delegación provincial de Medio Ambiente, Felipe Oliveros, afirma que la caza es «una de las mejores herramientas de protección medioambiental, sobre todo para mantener el equilibrio de las especies, algo fundamental. Claro que existe la práctica furtiva que hay que erradicar y los que utilizan cebos envenenados, pero la caza bien gestionada mantiene la cadena trófica y reduce los daños provocados por aquellas especies cuya población se dispara».
