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La ruta del ‘safari ibérico’
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Desde hace años diversas ganaderías permiten acercarse a uno de los mayores reclamos de España, el toro de lidia.
Dani Rocha
11/12/06
La provincia de Cádiz, pródiga en destinos turísticos, despunta en rutas: la de los Pueblos Blancos, la del Vino, la de la Costa, la del Flamenco... y así hasta catorce catalogadas como tal por su Patronato de Turismo. Sin embargo, si una de ellas representa uno de los iconos de España es la Ruta del Toro.
Es innegable la atracción que su figura ha provocado en personajes de todo el mundo. Para muchos, el centro del remolino que los arrastra es el animal que vigila sus pasos a lo largo de las carreteras desde la figura del otrora logotipo corporativo de una bebida, y que, hoy día, medio siglo después de su creación, ha sido declarado Bien Etnográfico de Andalucía. Además se ha convertido en parte del escudo oficioso nacional, al haber sido añadido al centro de gran cantidad de banderas.
Desde Jerez hasta el Campo de Gibraltar pasearemos por una ruta salpicada por doquier de toros, museos taurinos, ganaderías, plazas... El lugar para ver de cerca al toro, y no sólo al toro, sino a los toros, ya que, como dicen los entendidos, hay tantos toros como ganaderos.
Desde hace años, diversas ganaderías ofrecen al visitante la experiencia de ver sus engranajes y el manejo de las reses: tentaderos, apartado de reses, herrajes, acoso y derribo, las tientas... Lo más atractivo es la oportunidad que ofrecen de ver de cerca al animal, al toro de lidia, en su sosegado hábitat. Esta ruta, además del atractivo del animal de las medias lunas, cuenta con otras posibilidades muy llamativas, como por ejemplo la ciudad de Jerez, cuna del cante flamenco y del vino fino, y sede de la Escuela Andaluza de Arte Ecuestre.
Existen dos modalidades de visitas. En la primera la ganadería recibirá a grupos formados de antemano, como ocurre en la finca de Los Alburejos de Torrestrella. En la segunda, será la ganadería la que vaya creando los grupos, en función de las peticiones que vayan llegando. Así funciona Cebada Gago, una de las más solicitadas por el público.
Opciones
Todas ofrecen desde la visita a los animales subidos en el remolque de un tractor, lo que, dentro de la prudencia, permite una cercanía considerable, hasta la comida en la finca, la tienta, el herraje, nociones de toreo o cualquier actividad que se desarrolle con los toros y vacas como protagonistas. El precio mínimo por persona es de aproximadamente 15 euros y el máximo, de 40 dependiendo de lo numeroso del grupo y de qué actividades se quieran desarrollar.
En la búsqueda de nuevos atractivos la finca Los Alburejos, con más de veinte años de experiencia en las visitas, añadirá en la primavera de 2007 un recinto por cuyo escenario desfilarán no sólo los animales, sino también momentos relacionados con la vida de los mismos. Además del toro, los visitantes podrán disfrutar de otros animales, como los caballos.
Responsables de diversas fincas coinciden en destacar como lo más llamativo el reposo y la buena vida del toro, que deambula tranquilo por las llanuras, buscando ocasionalmente el cobijo de los árboles, con una intensa sensación de calma, marcando los horarios.“Las visitas son una actividad complementaria a la principal de la ganadería, que es la cría. No se molesta la tranquilidad del animal”, afirma Eduardo Miura, presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia.
Procedencia
El número de visitantes extranjeros supera con frecuencia al de españoles, destacando los del sur de Francia, zona de gran afición taurina. La nómina de principales visitantes se completa con los alemanes e ingleses, destacando una peña taurina londinense.“En general, hay que evitar picar o banderillear al animal, pero se muestran entusiasmados con la visita. Les divierte y no paran de preguntar por el peso y el color del capote o el traje de luces. Descubren al acercarse que es un mundo fascinante”, en palabras de Benito Pizarro, director gerente de Empresa Eventos.
Las visitas permiten conocer la vida de uno de los animales más misteriosos y fascinantes de España.
Dani Rocha
11/12/06
La provincia de Cádiz, pródiga en destinos turísticos, despunta en rutas: la de los Pueblos Blancos, la del Vino, la de la Costa, la del Flamenco... y así hasta catorce catalogadas como tal por su Patronato de Turismo. Sin embargo, si una de ellas representa uno de los iconos de España es la Ruta del Toro.
Es innegable la atracción que su figura ha provocado en personajes de todo el mundo. Para muchos, el centro del remolino que los arrastra es el animal que vigila sus pasos a lo largo de las carreteras desde la figura del otrora logotipo corporativo de una bebida, y que, hoy día, medio siglo después de su creación, ha sido declarado Bien Etnográfico de Andalucía. Además se ha convertido en parte del escudo oficioso nacional, al haber sido añadido al centro de gran cantidad de banderas.
Desde Jerez hasta el Campo de Gibraltar pasearemos por una ruta salpicada por doquier de toros, museos taurinos, ganaderías, plazas... El lugar para ver de cerca al toro, y no sólo al toro, sino a los toros, ya que, como dicen los entendidos, hay tantos toros como ganaderos.
Desde hace años, diversas ganaderías ofrecen al visitante la experiencia de ver sus engranajes y el manejo de las reses: tentaderos, apartado de reses, herrajes, acoso y derribo, las tientas... Lo más atractivo es la oportunidad que ofrecen de ver de cerca al animal, al toro de lidia, en su sosegado hábitat. Esta ruta, además del atractivo del animal de las medias lunas, cuenta con otras posibilidades muy llamativas, como por ejemplo la ciudad de Jerez, cuna del cante flamenco y del vino fino, y sede de la Escuela Andaluza de Arte Ecuestre.
Existen dos modalidades de visitas. En la primera la ganadería recibirá a grupos formados de antemano, como ocurre en la finca de Los Alburejos de Torrestrella. En la segunda, será la ganadería la que vaya creando los grupos, en función de las peticiones que vayan llegando. Así funciona Cebada Gago, una de las más solicitadas por el público.
Opciones
Todas ofrecen desde la visita a los animales subidos en el remolque de un tractor, lo que, dentro de la prudencia, permite una cercanía considerable, hasta la comida en la finca, la tienta, el herraje, nociones de toreo o cualquier actividad que se desarrolle con los toros y vacas como protagonistas. El precio mínimo por persona es de aproximadamente 15 euros y el máximo, de 40 dependiendo de lo numeroso del grupo y de qué actividades se quieran desarrollar.
En la búsqueda de nuevos atractivos la finca Los Alburejos, con más de veinte años de experiencia en las visitas, añadirá en la primavera de 2007 un recinto por cuyo escenario desfilarán no sólo los animales, sino también momentos relacionados con la vida de los mismos. Además del toro, los visitantes podrán disfrutar de otros animales, como los caballos.
Responsables de diversas fincas coinciden en destacar como lo más llamativo el reposo y la buena vida del toro, que deambula tranquilo por las llanuras, buscando ocasionalmente el cobijo de los árboles, con una intensa sensación de calma, marcando los horarios.“Las visitas son una actividad complementaria a la principal de la ganadería, que es la cría. No se molesta la tranquilidad del animal”, afirma Eduardo Miura, presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia.
Procedencia
El número de visitantes extranjeros supera con frecuencia al de españoles, destacando los del sur de Francia, zona de gran afición taurina. La nómina de principales visitantes se completa con los alemanes e ingleses, destacando una peña taurina londinense.“En general, hay que evitar picar o banderillear al animal, pero se muestran entusiasmados con la visita. Les divierte y no paran de preguntar por el peso y el color del capote o el traje de luces. Descubren al acercarse que es un mundo fascinante”, en palabras de Benito Pizarro, director gerente de Empresa Eventos.
Las visitas permiten conocer la vida de uno de los animales más misteriosos y fascinantes de España.
