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La tortura por la piel. Noruega.
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El Bolsón, BWN Patagonia, 26 Agosto 2009
La tortura de animales en las granjas de pieles de Noruega
En algunas granjas de pieles de Noruega los animales esperan su fatal destino en condiciones deplorables. Muchos tienen heridas graves, las pérdidas de piernas, orejas y colas son más que comunes según pudo confirmar la Network for Animal Freedom, un grupo de activistas que logró grabar en secreto a decenas de granjas.
La NAF afirma que hay muchos casos registrados de abuso. Tan sólo en las últimas semanas encontraron unas 45 granjas de zorros y visones con una muy mala infraestructura. Noruega tiene alrededor de 330 centros de explotación de pieles. Per Arne Toellefsen, vocero de la NAF, asegura que estos centros incurren en claras violaciones de las leyes de bienestar animal.
Los animales, que están encerrados en jaulas de alambre, a menudo se atacan y lesionan a consecuencia del hacinamiento. Sin embargo, el ministro de Agricultura de Noruega, Lars Peder Brekk dijo que las granjas de pieles fueron inspeccionadas en junio pasado y las condiciones que encontraron fueron satisfactorias. Suficientes como para no dar lugar a actuaciones judiciales.
Yo voy a osar añadir: ¿no son las granjas sitios de tortura en sí mismos?. Es decir, el que a unos animales encerrados en una jaula para su futuro sacrificio no se les curen las heridas viene a ser una tortura agregada. La tortura mayor, la general, digamos, es que dicho animal esté encerrado en una jaula esperando la muerte, todo para que una señora se cubra del frío, algo que podría hacer perfectamente -mejor, de hecho- con una fibra sintética o un tejido animal que no implique la muerte como la lana de oveja.
La Network for Animal Freedom está muy preocupada de que persista esta actividad económica en Noruega, y aún más que se considere legal la forma como son tratados estos animales. El objetivo grupo es la prohibición del cultivo de piel. Pero además cada año presentan un informe sobre los abusos que se cometen, entre ellos la falta de atención veterinaria.
Amorina Saracco | BWN Patagonia
La tortura de animales en las granjas de pieles de Noruega
En algunas granjas de pieles de Noruega los animales esperan su fatal destino en condiciones deplorables. Muchos tienen heridas graves, las pérdidas de piernas, orejas y colas son más que comunes según pudo confirmar la Network for Animal Freedom, un grupo de activistas que logró grabar en secreto a decenas de granjas.
La NAF afirma que hay muchos casos registrados de abuso. Tan sólo en las últimas semanas encontraron unas 45 granjas de zorros y visones con una muy mala infraestructura. Noruega tiene alrededor de 330 centros de explotación de pieles. Per Arne Toellefsen, vocero de la NAF, asegura que estos centros incurren en claras violaciones de las leyes de bienestar animal.
Los animales, que están encerrados en jaulas de alambre, a menudo se atacan y lesionan a consecuencia del hacinamiento. Sin embargo, el ministro de Agricultura de Noruega, Lars Peder Brekk dijo que las granjas de pieles fueron inspeccionadas en junio pasado y las condiciones que encontraron fueron satisfactorias. Suficientes como para no dar lugar a actuaciones judiciales.
Yo voy a osar añadir: ¿no son las granjas sitios de tortura en sí mismos?. Es decir, el que a unos animales encerrados en una jaula para su futuro sacrificio no se les curen las heridas viene a ser una tortura agregada. La tortura mayor, la general, digamos, es que dicho animal esté encerrado en una jaula esperando la muerte, todo para que una señora se cubra del frío, algo que podría hacer perfectamente -mejor, de hecho- con una fibra sintética o un tejido animal que no implique la muerte como la lana de oveja.
La Network for Animal Freedom está muy preocupada de que persista esta actividad económica en Noruega, y aún más que se considere legal la forma como son tratados estos animales. El objetivo grupo es la prohibición del cultivo de piel. Pero además cada año presentan un informe sobre los abusos que se cometen, entre ellos la falta de atención veterinaria.
Amorina Saracco | BWN Patagonia
