Los "avisos" de las lombrices.
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El Tiempo. com, Colombia, 18 agosto 2008.
Capacidad de las lombrices para predecir seísmos investiga geólogo colombiano.
El geólogo Juan Manuel González Castaño espera presentarle su proyecto a la Nasa para poder ampliar su investigación.
A Juan Manuel González Castaño la inquietud le nació a comienzos de 1999, luego de que el 25 de enero de ese año un terremoto de 6,2 grados dejó 1.230 muertos en el Eje Cafetero.
En los primeros días de enero de ese año, González Castaño observó con sorpresa, cerca de su casa en Pereira en la salida hacia Armenia, una gran cantidad de lombrices que surgían de la tierra y después morían deshidratadas bajo los rayos del sol. Durante varias semanas se preguntó acerca de los orígenes de ese fenómeno.
Pero, una vez ocurrido el fuerte sismo, que aún es recordado como el peor en varias décadas en la región, el geólogo de 44 años pensó que la conducta de los anélidos en aquella ocasión, aproximadamente un mes atrás, podría tener relación con el movimiento de tierra.
Hoy, luego de un detallado proceso de observación y seguimiento a las lombrices y los sismos que ocurren 200 kilómetros a la redonda, se atreve a asegurar que cuando ellas salen desesperadas, sin importarles la muerte, es porque un terremoto está en camino.
Especialista en ciencias de la Tierra y medio ambiente de la Eafit de Medellín (2001) y en sistemas de información geográfica de la Universidad de Manizales (2007), González Castaño comenzó sus observaciones en laboratorios naturales, de manera sistemática, a partir del 2004.
Sus lombrices, de la familia de las Amynthas Corticis, son 'conejillos de indias' en tres pequeños lotes abandonados de Pereira, ubicados en los sectores de Bloques Ciudad Pereira, Casa Campesina y Álamos. Dice que su experimento le ha permitido pronosticar 27 sismos superiores a 4 grados hasta la fecha, con un margen de error mínimo.
'Cuando las rocas suenan, las lombrices se mueven' es el nombre del proyecto que lidera como funcionario de la Oficina de Prevención y Atención de Desastres del Municipio de Pereira.
Su teoría es que una especie de sonidos o vibraciones en las entrañas de la tierra, cuando las placas tectónicas tienen apenas sus primeras fricciones, las hace huir a buscar la muerte en la intemperie.
Para perfeccionar su método tramita actualmente la presentación de su proyecto ante la Nasa norteamericana o la Jica (Agencia de Cooperación del Japón). Una vez avalada la iniciativa podría acceder a costosos geófonos, para determinar la fuerza de las ondas sonoras de la Tierra, y hacer pronósticos más precisos.
El secreto de los animales
Sin embargo, no es la primera vez que se afirma que la conducta de algunos animales está vinculada a los terremotos.
Desde hace décadas hay casos documentados en varias zonas del mundo sobre perros, gatos, peces, tortugas, caballos, vacas y ratones que cambian sus comportamientos poco antes de los sismos.
En 1972, científicos chinos, usando varios aparatos, observaron los cambios en la conducta de los peces en un lago cercano a Tien-Tsin, a lo que se sumó la deformación superficial de la Tierra y los cambios electromagnéticos de las rocas. Esa vez fueron evacuadas 350 mil personas en varios poblados de la zona, y pocos días después ocurrió un terremoto.
Lo novedoso de la teoría de González es que sus lombrices dan 'avisos' con cerca de 25 días de anticipación. Para sacar esta conclusión les ha hecho seguimiento a 27 sismos de más de 4 grados en la escala de Richter, en un periodo de 45 meses.
González recuerda con exactitud la primera semana de julio del 2005, cuando vio salir un batallón de anélidos que corría desesperado en los andenes de la urbanización en la que vivía.
La madrugada del domingo 24 de julio ocurrieron tres sismos superiores a 4 grados, en menos de 15 minutos, con epicentro en La Virginia (Risaralda).
De acuerdo con el experto, la cantidad de lombrices que aparezcan muertas es un factor determinante para saber la magnitud, epicentro y profundidad del terremoto. Pero, aún no existe una manera fiel y definitiva de probarlo.
Su observación le ha permitido concluir que cuando el epicentro está más cerca del sitio en que se hallen las lombrices, el tiempo de predicción puede ser de 35 días. Cuando es más lejano sólo se puede predecir dos semanas antes.
Capacidad de las lombrices para predecir seísmos investiga geólogo colombiano.
El geólogo Juan Manuel González Castaño espera presentarle su proyecto a la Nasa para poder ampliar su investigación.
A Juan Manuel González Castaño la inquietud le nació a comienzos de 1999, luego de que el 25 de enero de ese año un terremoto de 6,2 grados dejó 1.230 muertos en el Eje Cafetero.
En los primeros días de enero de ese año, González Castaño observó con sorpresa, cerca de su casa en Pereira en la salida hacia Armenia, una gran cantidad de lombrices que surgían de la tierra y después morían deshidratadas bajo los rayos del sol. Durante varias semanas se preguntó acerca de los orígenes de ese fenómeno.
Pero, una vez ocurrido el fuerte sismo, que aún es recordado como el peor en varias décadas en la región, el geólogo de 44 años pensó que la conducta de los anélidos en aquella ocasión, aproximadamente un mes atrás, podría tener relación con el movimiento de tierra.
Hoy, luego de un detallado proceso de observación y seguimiento a las lombrices y los sismos que ocurren 200 kilómetros a la redonda, se atreve a asegurar que cuando ellas salen desesperadas, sin importarles la muerte, es porque un terremoto está en camino.
Especialista en ciencias de la Tierra y medio ambiente de la Eafit de Medellín (2001) y en sistemas de información geográfica de la Universidad de Manizales (2007), González Castaño comenzó sus observaciones en laboratorios naturales, de manera sistemática, a partir del 2004.
Sus lombrices, de la familia de las Amynthas Corticis, son 'conejillos de indias' en tres pequeños lotes abandonados de Pereira, ubicados en los sectores de Bloques Ciudad Pereira, Casa Campesina y Álamos. Dice que su experimento le ha permitido pronosticar 27 sismos superiores a 4 grados hasta la fecha, con un margen de error mínimo.
'Cuando las rocas suenan, las lombrices se mueven' es el nombre del proyecto que lidera como funcionario de la Oficina de Prevención y Atención de Desastres del Municipio de Pereira.
Su teoría es que una especie de sonidos o vibraciones en las entrañas de la tierra, cuando las placas tectónicas tienen apenas sus primeras fricciones, las hace huir a buscar la muerte en la intemperie.
Para perfeccionar su método tramita actualmente la presentación de su proyecto ante la Nasa norteamericana o la Jica (Agencia de Cooperación del Japón). Una vez avalada la iniciativa podría acceder a costosos geófonos, para determinar la fuerza de las ondas sonoras de la Tierra, y hacer pronósticos más precisos.
El secreto de los animales
Sin embargo, no es la primera vez que se afirma que la conducta de algunos animales está vinculada a los terremotos.
Desde hace décadas hay casos documentados en varias zonas del mundo sobre perros, gatos, peces, tortugas, caballos, vacas y ratones que cambian sus comportamientos poco antes de los sismos.
En 1972, científicos chinos, usando varios aparatos, observaron los cambios en la conducta de los peces en un lago cercano a Tien-Tsin, a lo que se sumó la deformación superficial de la Tierra y los cambios electromagnéticos de las rocas. Esa vez fueron evacuadas 350 mil personas en varios poblados de la zona, y pocos días después ocurrió un terremoto.
Lo novedoso de la teoría de González es que sus lombrices dan 'avisos' con cerca de 25 días de anticipación. Para sacar esta conclusión les ha hecho seguimiento a 27 sismos de más de 4 grados en la escala de Richter, en un periodo de 45 meses.
González recuerda con exactitud la primera semana de julio del 2005, cuando vio salir un batallón de anélidos que corría desesperado en los andenes de la urbanización en la que vivía.
La madrugada del domingo 24 de julio ocurrieron tres sismos superiores a 4 grados, en menos de 15 minutos, con epicentro en La Virginia (Risaralda).
De acuerdo con el experto, la cantidad de lombrices que aparezcan muertas es un factor determinante para saber la magnitud, epicentro y profundidad del terremoto. Pero, aún no existe una manera fiel y definitiva de probarlo.
Su observación le ha permitido concluir que cuando el epicentro está más cerca del sitio en que se hallen las lombrices, el tiempo de predicción puede ser de 35 días. Cuando es más lejano sólo se puede predecir dos semanas antes.