Los 'bous al carrer' se han cobrado tres vidas en menos de un mes
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Un muerto en Bétera y otro en La Vall d'Uixó este fin de semana
MIGUEL ÁNGEL CAMPOS - Castellón - 16/06/2008
La fiesta de bous al carrer, pese a la mayor seguridad exigida en la normativa, ha demostrado de nuevo su peligro y en menos de un mes se ha cobrado tres vidas en las calles de dos localidades valencianas. Dos de esas muertes se han producido este fin de semana. Un joven de 23 años y un hombre de 76 fallecieron entre la noche del viernes y la tarde del sábado al ser embestidos por sendos toros en las localidades de Bétera y en La Vall d'Uixó. El primer caso se produjo cuando el joven, vecino de Mislata, citó a un toro embolado. El astado persiguió al aficionado pero éste resbaló y el toro le pasó por encima, pateándole el tórax y la cabeza. En un primer momento el joven se levantó por su propio pie y fue atendido de urgencia por el servicio médico del recinto de la Albereda de Bétera. El médico ordenó su traslado inmediato con una ambulancia al hospital Arnau de Vilanova donde ya ingresó inconsciente. Poco después sufría una parada cardiorrespiratoria y le sobrevino la muerte.
"El toro se enceló, fue a por él y no hubo forma de quitárselo"
Es el segundo incidente mortal que se registra en el recinto taurino de Bétera en menos de un mes. El domingo 25 de mayo un hombre de 43 años fue golpeado por un toro cuando se encontraba junto a una barrera. El hombre salió a llamar al animal pero no le dio tiempo a refugiarse cuando el astado acudió a su encuentro. El herido fue trasladado al hospital, donde ingresó consciente y aparentemente fuera de peligro, pero falleció el pasado lunes 2 de junio.
Por lo que respecta al suceso de La Vall d'Uixó, los hechos sucedieron alrededor de las 19.00 de la tarde del sábado, en el segundo toro de las fiestas de San Antonio de Padua. El hombre, de 76 años y vecino de Alqueríes, era habitual en los distintos festejos taurinos que se celebran en la mayoría de localidades de la provincia de Castellón, donde solía acudir con un grupo de amigos de edad similar. El toro, un manso de una ganadería de Teruel, había despertado poco interés entre los aficionados y no había originado acción de peligro alguna. Cuando el animal, de más de 500 kilos de peso, iba caminando por una de las calles del recinto, según testigos presenciales, el hombre intentó entrar en una casa, cuya puerta estaba protegida por barrotes. Sin embargo, el anciano resbaló y cuando quiso incorporarse el toro se abalanzó sobre él y le corneó en repetidas ocasiones. "El toro se enceló, fue a por él y no hubo forma de quitárselo", añaden distintas fuentes que presenciaron cómo el morlaco empitonó una y otra vez a su víctima "hasta la cepa del cuerno" en el vientre, en el pecho y en otras partes de su cuerpo, lo que le causó la muerte prácticamente en el acto. De nada sirvió que varios jóvenes agarrasen al toro del rabo e intentasen que soltara al hombre por todos los medios. "Es lo que tienen los mansos, era su presa y ya no la iba a soltar", añaden testigos del incidente.
Los efectivos médicos intentaron sin éxito reanimar al hombre en el botiquín instalado a 50 metros del lugar de la cogida. Fue trasladado en coche fúnebre al instituto anatómico forense del Hospital Provincial de Castellón. La comisión de fiestas del barrio de San Antonio de Padua de La Vall d'Uixó suspendió la exhibición de los toros embolados previstos para la noche del sábado en señal de duelo.
La peligrosidad de los festejos de bous al carrer es objeto permanente de debate desde hace años. Una polémica que se agudiza bajo la impresión de muertes como las que se han cobrado los toros este mes. Pese a la fuerte presión de ciertos sectores, que defienden el carácter tradicional de las celebraciones de toros en la calle, algunos ayuntamientos han reforzado la normativa de seguridad que impone la Generalitat e incluso han adoptado iniciativas más drásticas. El Ayuntamiento de Paterna, por ejemplo, acordó por unanimidad de todos los grupos el año pasado una ordenanza que prohíbe los bous al carrer.