Los calamares gigantes españoles llegan a Estados Unidos.
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Artículos
El País, Blogs., 13 agosto 2008.
Llegan los calamares gigantes españoles a U.S.
Los calamares gigantes pueden llegar a medir más de 20 metros, viven en los fondos oceánicos, poseen los ojos más grandes del reino animal, y sus insólitos encuentros con navegantes han inspirado infinidad de mitos y leyendas.
Científicamente sólo se han podido estudiar a partir de ejemplares atrapados en redes pesqueras, individuos que aparecen flotando en las costas, o fragmentos hallados en estómagos de sus únicos depredadores; cachalotes con enormes cicatrices en forma de ventosa que nos hacen imaginar colosales batallas en el fondo de los mares.
Con todo ello los biólogos marinos van extrayendo pistas sobre su anatomía y forma de vida, pero debido a su escasez y la imposibilidad de observarlos vivos en su medio natural (sólo han logrado ser filmados una vez y fuera de su entorno), su comportamiento continúa siendo un intrigante misterio.
Por eso, cuando recibí un mail de la asociación de periodistas científicos de Washington DC anunciando que el Museo de Historia Natural nos iba a conceder una presentación privada en la que nos mostrarían dos ejemplares de calamar gigante embalsamados con los que inaugurarán una exposición sobre los fondos oceánicos el próximo septiembre, no dudé en acercarme.
Llegué tarde. El evento había empezado y me perdí las presentaciones. Pero el acento del conferenciante le delataba… Sorpresa! los calamares habían sido capturados en España! Concretamente en la costa asturiana, a 25 millas de Gijón.
Después de las charlas nos condujeron a la futura exposición, donde ya tenían instalados los calamares gigantes. Allí pude conversar con Ángel Guerra , biólogo marino del CSIC , asesor científico de la Smithsonian Institution , y responsable de traer semejantes criaturas a EEUU.
Tras posar con el ejemplar macho (más pequeño) Ángel me narró las peripecias de la “operación calamari”, bautizada con este nombre por el ejército de Estados Unidos. Las fuerzas armadas fueron quienes finalmente se encargaron de traer los especimenes a bordo de un avión C-17 .
La operación calamari
Desde mediados del siglo XX los pescadores asturianos llevan capturando accidentalmente calamares gigantes cerca del cañón submarino de Avilés. Quedan atrapados en las redes de pesca por arrastre a unos 250-600 metros de profundidad. Como no son comestibles, no les hacen gran caso. Pero a los científicos sí les interesan. En las costas asturianas ya se han conseguido 21 ejemplares y de hecho, en la población de Luarca se encuentra la mejor colección de calamares gigantes del mundo, coordinada por la ONG CEPESMA .
El científico del NMNH Michael Vecchione conocía las investigaciones de Ángel Guerra y le encargó dos ejemplares de calamar gigante para el Smithsonian. El macho que expondrá el museo fue capturado en julio de 2005. Pesaba 47 kg y medía 6 metros (contando los tentáculos). La hembra se capturó en septiembre de 2003, y con sus 140 kg y 9 metros de longitud se ha convertido en el calamar más grande de todo EEUU.
Al iniciar las negociaciones, los responsables del Smithsonian solicitaron expresamente que los calamares fueran conservados en formol en lugar de alcohol, porque iban a probar un intrigante nuevo líquido para conservar tejidos. Tras la última reunión en Luarca a finales del 2007, se acordó un contrato de préstamo de 5 años prorrogables a 30. En julio del 2008 los calamares debía llegar a EEUU.
Aquí empieza la parte más anecdótica de la operación. Las condiciones de un barco convencional no eran las adecuadas para la correcta conservación de los calamares, y por avión todo eran problemas debido a la peligrosidad del formol. Finalmente el ejército de EEUU accedió a trasladar los calamares desde la base de Rota (Cádiz) a Delaware (US) con un avión C-17 de las fuerzas armadas. Los militares denominaron la misión “Operation Calamari” y con cierta guasa anunciaron que su tripulación estaba compuesta por V.I.S (Very Important Squid).
A su llegada a US se sustituyó el formol de los calamares por el líquido especial diseñado por la compañía 3M. Esta es una de las grandes novedades de la “operación calamari”. Tradicionalmente se han utilizado formaldehído y alcohol etílico para preservar muestras biológicas, pero ambos presentan ciertos problemas. El primero es cancerígeno, y el segundo es inflamable (el Museo de Historia Natural en el centro de Washington DC tiene cerca de 200.000 litros de alcohol, una verdadera bomba).
El Novak fluid de 3M aporta ventajas respecto ambos, y podría significar una alternativa a la conservación convencional de tejidos animales o vegetales. Lleva tiempo testándose, y en museos de todo el mundo hay grandes expectativas para ver el resultado a largo plazo con los calamares.
Los calamares gigantes ya están situados en la exposición “Sant Ocean Hall “ del Smithsonian que abrirá sus puertas el próximo septiembre. En ella se pretende desvelar qué han aprendido los científicos sobre esta peculiar especie, pero también poder de manifiesto lo mucho que les falta por descubrir, y la enorme diversidad ecológica de los misteriosos y escasamente explorados fondos oceánicos.
Se sabe que los ojos de los calamares gigantes pueden tener el tamaño de una cabeza humana, que viven a centenares de metros de profundidad, que su sangre es azul porque tiene cobre en lugar de hierro, que sus músculos están llenos de amoníaco, que están emparentados con los caracoles, y que protagonizan aferradas luchas con los cachalotes. Pero todavía esconden grandes dudas. De sus estómagos se han extraído restos de otros calamares, indicando que podrían mostrar cierto canibalismo. En las costas españolas encontraron maños inseminados, por lo que también hay especulaciones sobre su conducta sexual. No se conoce cuánto tiempo pueden vivir, cómo cazan, lo rápido que nadan, ni si muestran algún tipo de comportamiento social.
Pero si queréis saber más sobre estos descomunales moluscos de concha interna tenéis una opción muy fácil: Preguntad. Ángel Guerra se ha comprometido a estar pendiente de vuestras consultas en el blog, e intentar explicaros de primera mano todo lo que ha aprendido acerca de los calamares gigantes.
Mientras, dejemos que lo desconocido continúe nutriendo nuestra imaginación.
Llegan los calamares gigantes españoles a U.S.
Los calamares gigantes pueden llegar a medir más de 20 metros, viven en los fondos oceánicos, poseen los ojos más grandes del reino animal, y sus insólitos encuentros con navegantes han inspirado infinidad de mitos y leyendas.
Científicamente sólo se han podido estudiar a partir de ejemplares atrapados en redes pesqueras, individuos que aparecen flotando en las costas, o fragmentos hallados en estómagos de sus únicos depredadores; cachalotes con enormes cicatrices en forma de ventosa que nos hacen imaginar colosales batallas en el fondo de los mares.
Con todo ello los biólogos marinos van extrayendo pistas sobre su anatomía y forma de vida, pero debido a su escasez y la imposibilidad de observarlos vivos en su medio natural (sólo han logrado ser filmados una vez y fuera de su entorno), su comportamiento continúa siendo un intrigante misterio.
Por eso, cuando recibí un mail de la asociación de periodistas científicos de Washington DC anunciando que el Museo de Historia Natural nos iba a conceder una presentación privada en la que nos mostrarían dos ejemplares de calamar gigante embalsamados con los que inaugurarán una exposición sobre los fondos oceánicos el próximo septiembre, no dudé en acercarme.
Llegué tarde. El evento había empezado y me perdí las presentaciones. Pero el acento del conferenciante le delataba… Sorpresa! los calamares habían sido capturados en España! Concretamente en la costa asturiana, a 25 millas de Gijón.
Después de las charlas nos condujeron a la futura exposición, donde ya tenían instalados los calamares gigantes. Allí pude conversar con Ángel Guerra , biólogo marino del CSIC , asesor científico de la Smithsonian Institution , y responsable de traer semejantes criaturas a EEUU.
Tras posar con el ejemplar macho (más pequeño) Ángel me narró las peripecias de la “operación calamari”, bautizada con este nombre por el ejército de Estados Unidos. Las fuerzas armadas fueron quienes finalmente se encargaron de traer los especimenes a bordo de un avión C-17 .
La operación calamari
Desde mediados del siglo XX los pescadores asturianos llevan capturando accidentalmente calamares gigantes cerca del cañón submarino de Avilés. Quedan atrapados en las redes de pesca por arrastre a unos 250-600 metros de profundidad. Como no son comestibles, no les hacen gran caso. Pero a los científicos sí les interesan. En las costas asturianas ya se han conseguido 21 ejemplares y de hecho, en la población de Luarca se encuentra la mejor colección de calamares gigantes del mundo, coordinada por la ONG CEPESMA .
El científico del NMNH Michael Vecchione conocía las investigaciones de Ángel Guerra y le encargó dos ejemplares de calamar gigante para el Smithsonian. El macho que expondrá el museo fue capturado en julio de 2005. Pesaba 47 kg y medía 6 metros (contando los tentáculos). La hembra se capturó en septiembre de 2003, y con sus 140 kg y 9 metros de longitud se ha convertido en el calamar más grande de todo EEUU.
Al iniciar las negociaciones, los responsables del Smithsonian solicitaron expresamente que los calamares fueran conservados en formol en lugar de alcohol, porque iban a probar un intrigante nuevo líquido para conservar tejidos. Tras la última reunión en Luarca a finales del 2007, se acordó un contrato de préstamo de 5 años prorrogables a 30. En julio del 2008 los calamares debía llegar a EEUU.
Aquí empieza la parte más anecdótica de la operación. Las condiciones de un barco convencional no eran las adecuadas para la correcta conservación de los calamares, y por avión todo eran problemas debido a la peligrosidad del formol. Finalmente el ejército de EEUU accedió a trasladar los calamares desde la base de Rota (Cádiz) a Delaware (US) con un avión C-17 de las fuerzas armadas. Los militares denominaron la misión “Operation Calamari” y con cierta guasa anunciaron que su tripulación estaba compuesta por V.I.S (Very Important Squid).
A su llegada a US se sustituyó el formol de los calamares por el líquido especial diseñado por la compañía 3M. Esta es una de las grandes novedades de la “operación calamari”. Tradicionalmente se han utilizado formaldehído y alcohol etílico para preservar muestras biológicas, pero ambos presentan ciertos problemas. El primero es cancerígeno, y el segundo es inflamable (el Museo de Historia Natural en el centro de Washington DC tiene cerca de 200.000 litros de alcohol, una verdadera bomba).
El Novak fluid de 3M aporta ventajas respecto ambos, y podría significar una alternativa a la conservación convencional de tejidos animales o vegetales. Lleva tiempo testándose, y en museos de todo el mundo hay grandes expectativas para ver el resultado a largo plazo con los calamares.
Los calamares gigantes ya están situados en la exposición “Sant Ocean Hall “ del Smithsonian que abrirá sus puertas el próximo septiembre. En ella se pretende desvelar qué han aprendido los científicos sobre esta peculiar especie, pero también poder de manifiesto lo mucho que les falta por descubrir, y la enorme diversidad ecológica de los misteriosos y escasamente explorados fondos oceánicos.
Se sabe que los ojos de los calamares gigantes pueden tener el tamaño de una cabeza humana, que viven a centenares de metros de profundidad, que su sangre es azul porque tiene cobre en lugar de hierro, que sus músculos están llenos de amoníaco, que están emparentados con los caracoles, y que protagonizan aferradas luchas con los cachalotes. Pero todavía esconden grandes dudas. De sus estómagos se han extraído restos de otros calamares, indicando que podrían mostrar cierto canibalismo. En las costas españolas encontraron maños inseminados, por lo que también hay especulaciones sobre su conducta sexual. No se conoce cuánto tiempo pueden vivir, cómo cazan, lo rápido que nadan, ni si muestran algún tipo de comportamiento social.
Pero si queréis saber más sobre estos descomunales moluscos de concha interna tenéis una opción muy fácil: Preguntad. Ángel Guerra se ha comprometido a estar pendiente de vuestras consultas en el blog, e intentar explicaros de primera mano todo lo que ha aprendido acerca de los calamares gigantes.
Mientras, dejemos que lo desconocido continúe nutriendo nuestra imaginación.