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Los rehaleros federados también maltratan a sus perros
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Aunque en la noticia lo niega, tenemos pruebas de que los perros de los rehaleros federados también son maltratados y, lo que es peor, tratan de que la Administración autorice sus maltratos.
«Los que maltratan a perros no son rehaleros, sino mercenarios»
ROLDÁN SERRANO
Juan de Dios Pliego, en la sede de la asociación
TEXTO: J. P.
FOTO: ROLDÁN SERRANO
CÓRDOBA. Un reciente -y pionero- estudio realizado por la Sociedad Española para los Recursos Genéticos Animales (Serga) sobre la rehala ha puesto de manifiesto las necesidades del sector, imprescindible para la actividad cinegética de Córdoba. No en vano, en la provincia existen 188 núcleos rehalistas.
-Esta cifra da idea del arraigo de la rehala en Córdoba.
-La tradición de la rehala aquí data de muy antiguo porque tiene tradición la montería. Es muy difícil que cambie porque pasa de padres a hijos. Sólo hay que ver la importancia que tiene sobre todo en la capital, donde hay 63 licencias.
-¿Qué características definen las rehalas de Córdoba?
-Según el estudio que ha realizado la Serga, la media de perros de una rehala está en los 42 ejemplares, de los que un 92 por ciento son podencos andaluces de talla grande y pelo largo. También hay mastines y alanos españoles. En este sentido, se quiere solicitar un reconocimiento oficial de Asociación de Criadores de raza Podenco Andaluz con una mejora genética regulada por los profesionales que se determine.
-En la presentación del estudio se quejaba de los numerosos problemas del sector. La Diputación y la Universidad se han comprometido a solucionar uno de ellos poniendo a su disposición zonas para entrenamiento. ¿Cuándo estarán disponibles?
-Es posible que para septiembre. Esto es importantísimo porque podremos hacer el campeo y evitar las congestiones y, por ende, las muertes que hasta ahora sufren los perros por no poder prepararse para la temporada de caza y llegar a las monterías después de ocho meses de inactividad.
-Habían pedido ayuda antes a la Junta, ¿no es así?
-Sí, a la Consejería de Medio Ambiente pero no hemos recibido respuesta.
-Comentaba usted también que no están satisfechos con la legislación sobre esta actividad.
-No nos beneficia en nada en absoluto. Se nos trata como si fuésemos reproductores de animales de consumo, y los perros lo son de compañía. En este sentido, se nos están enviando cartas para que nos inscribamos en un registro nacional de transportistas, que estamos recurriendo, pero en enero de 2008 deberemos estar inscritos, y no estamos dispuestos.
-Al menos han conseguido que les permitan desinfectar ustedes mismos los vehículos.
-Sí, la Administración ha rectificado y ha estado un poco a la altura en este aspecto. Quería que fuésemos a unos centros habilitados para desinfectar, pero nos hacía perder tiempo y podía provocar que llegásemos tarde a las monterías. Por eso nos manifestamos todos los rehaleros de Andalucía y hemos logrado permiso para desinfectar los vehículos después de hacer un curso.
«Sin ánimo de lucro»
-¿Cuál es el perfil del rehalero cordobés?
-La gran masa social de los rehaleros de la provincia tiene los perros para uso y disfrute particular. Es decir, no comercializa con su rehala. Y no admitimos a nadie en la asociación que no lo tenga claro. Lo único que obtiene a cambio de los servicios es un puesto en la montería en la que participa y en ocasiones una gratificación minúscula que algunos tienen a bien darle. Los rehaleros, por lo general, no tenemos fines lucrativos.
-¿Hay algunos que sí?
-Por desgracia hay quien no tiene ese concepto. Es ahí donde se dan, a veces, casos en los que se carece de licencia y del núcleo zoológico que exige la ley para tener los perros, así como de la documentación que se precisa para poder cazar.
-Es lo que ha pasado hace una semana en Villaharta.
-Sí, y nos causa extrañeza. Lo que ocurre es que estas personas no son rehaleros, sino mercenarios. Y me gustaría dejar claro que eso no es una rehala, simplemente un señor que tiene perros como el que tiene cerdos o gallinas, los maltrata y se le mueren. En ese caso que se le castigue según marque la ley, pero que no se le incluya en el sector nuestro, que no tiene nada que ver con eso.
-¿Cree que hechos como éste les perjudican?
-Perjudican notablemente. Nosotros estamos a años luz, queremos a nuestros perros, los cuidamos y les dedicamos muchísimas horas al día.
-Y cumplen unas condiciones higiénicas.
-Todos nuestros animales están controlados por Sanidad con el «microchip». Para salir a cazar necesitamos una licencia que te dan si tienes un núcleo zoológico en que viven en perfectas condiciones. La Oficina Comercal Agraria (OCA) hace dos o tres visitas periódicas. Si no cumples los requisitos sanitarios mínimos, no renuevan la licencia y, si es así, no se debería poder cazar. Nosotros hemos instado al Seprona y a los organizadores de monterías a que exijan a los rehaleros la documentación para evitar que participen personas que no tienen en perfectas condiciones a los animales.
ROLDÁN SERRANO
Juan de Dios Pliego, en la sede de la asociación
TEXTO: J. P.
FOTO: ROLDÁN SERRANO
CÓRDOBA. Un reciente -y pionero- estudio realizado por la Sociedad Española para los Recursos Genéticos Animales (Serga) sobre la rehala ha puesto de manifiesto las necesidades del sector, imprescindible para la actividad cinegética de Córdoba. No en vano, en la provincia existen 188 núcleos rehalistas.
-Esta cifra da idea del arraigo de la rehala en Córdoba.
-La tradición de la rehala aquí data de muy antiguo porque tiene tradición la montería. Es muy difícil que cambie porque pasa de padres a hijos. Sólo hay que ver la importancia que tiene sobre todo en la capital, donde hay 63 licencias.
-¿Qué características definen las rehalas de Córdoba?
-Según el estudio que ha realizado la Serga, la media de perros de una rehala está en los 42 ejemplares, de los que un 92 por ciento son podencos andaluces de talla grande y pelo largo. También hay mastines y alanos españoles. En este sentido, se quiere solicitar un reconocimiento oficial de Asociación de Criadores de raza Podenco Andaluz con una mejora genética regulada por los profesionales que se determine.
-En la presentación del estudio se quejaba de los numerosos problemas del sector. La Diputación y la Universidad se han comprometido a solucionar uno de ellos poniendo a su disposición zonas para entrenamiento. ¿Cuándo estarán disponibles?
-Es posible que para septiembre. Esto es importantísimo porque podremos hacer el campeo y evitar las congestiones y, por ende, las muertes que hasta ahora sufren los perros por no poder prepararse para la temporada de caza y llegar a las monterías después de ocho meses de inactividad.
-Habían pedido ayuda antes a la Junta, ¿no es así?
-Sí, a la Consejería de Medio Ambiente pero no hemos recibido respuesta.
-Comentaba usted también que no están satisfechos con la legislación sobre esta actividad.
-No nos beneficia en nada en absoluto. Se nos trata como si fuésemos reproductores de animales de consumo, y los perros lo son de compañía. En este sentido, se nos están enviando cartas para que nos inscribamos en un registro nacional de transportistas, que estamos recurriendo, pero en enero de 2008 deberemos estar inscritos, y no estamos dispuestos.
-Al menos han conseguido que les permitan desinfectar ustedes mismos los vehículos.
-Sí, la Administración ha rectificado y ha estado un poco a la altura en este aspecto. Quería que fuésemos a unos centros habilitados para desinfectar, pero nos hacía perder tiempo y podía provocar que llegásemos tarde a las monterías. Por eso nos manifestamos todos los rehaleros de Andalucía y hemos logrado permiso para desinfectar los vehículos después de hacer un curso.
«Sin ánimo de lucro»
-¿Cuál es el perfil del rehalero cordobés?
-La gran masa social de los rehaleros de la provincia tiene los perros para uso y disfrute particular. Es decir, no comercializa con su rehala. Y no admitimos a nadie en la asociación que no lo tenga claro. Lo único que obtiene a cambio de los servicios es un puesto en la montería en la que participa y en ocasiones una gratificación minúscula que algunos tienen a bien darle. Los rehaleros, por lo general, no tenemos fines lucrativos.
-¿Hay algunos que sí?
-Por desgracia hay quien no tiene ese concepto. Es ahí donde se dan, a veces, casos en los que se carece de licencia y del núcleo zoológico que exige la ley para tener los perros, así como de la documentación que se precisa para poder cazar.
-Es lo que ha pasado hace una semana en Villaharta.
-Sí, y nos causa extrañeza. Lo que ocurre es que estas personas no son rehaleros, sino mercenarios. Y me gustaría dejar claro que eso no es una rehala, simplemente un señor que tiene perros como el que tiene cerdos o gallinas, los maltrata y se le mueren. En ese caso que se le castigue según marque la ley, pero que no se le incluya en el sector nuestro, que no tiene nada que ver con eso.
-¿Cree que hechos como éste les perjudican?
-Perjudican notablemente. Nosotros estamos a años luz, queremos a nuestros perros, los cuidamos y les dedicamos muchísimas horas al día.
-Y cumplen unas condiciones higiénicas.
-Todos nuestros animales están controlados por Sanidad con el «microchip». Para salir a cazar necesitamos una licencia que te dan si tienes un núcleo zoológico en que viven en perfectas condiciones. La Oficina Comercal Agraria (OCA) hace dos o tres visitas periódicas. Si no cumples los requisitos sanitarios mínimos, no renuevan la licencia y, si es así, no se debería poder cazar. Nosotros hemos instado al Seprona y a los organizadores de monterías a que exijan a los rehaleros la documentación para evitar que participen personas que no tienen en perfectas condiciones a los animales.
