Los toros
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Ceuta al día.com, 15 febrero 2009.
Los toros: ¿Sí o no?
Matando toros con dinero público
Por Javier Sakona
Sólo faltaban las corridas de toros para perfeccionar la Ceuta berlanguiana de vicarios, comandantes y alcaldes bajo palio. La Ciudad, a iniciativa de un arranque por chicuelinas de Mabel Deu, se plantea desandar el camino y recuperar una tradición olvidada en Ceuta. Y con dinero público, claro. Todo sea por verse en el palco de autoridades con mantilla y abanico. Aunque sea a costa de la muerte brutal e innecesaria de un animal convertida en un espectáculo sanguinolento y depravado cuyo único fin es la taquilla, olvídense de la tradición y el arte.
Vayamos por partes. La Tradición. Esa presunta costumbre que se transmite de generación en generación con el único fin de preservarla y que sirve como excusa perfecta para perpetuar un sinfín de fiestas que chocan con nuestra siempre supuesta civilización. Un argumento voraz que no es aplicable al caso de Ceuta donde hace ya mucho tiempo que desapareció cualquier afición por la Fiesta. Hasta la plaza de toros acabó engullida por la maleza y las viviendas ilegales, que es la maleza urbanística que generan el olvido y la pobreza. ¿Dónde están los aficionados? No oigo el clamor popular gritando olés. Apenas unas horas después del anuncio nacía una plataforma antitaurina que en apenas un día recabó mil firmas de ciudadanos contrarios a que se maten toros en una plaza portátil. En cambio no he oído apenas voces a favor.
Resucitar una tradición muerta por inanición, que además supone la muerte gratuita de un animal previo pago de una entrada, es además de cruel innecesario. Una fuerte maquinaria empresarial, anclada en la tradición latifundista andaluza, mantiene vivo un espectáculo despreciado por la gente civilizada de todo el mundo, pero que en Ceuta, además, se piensa pagar con dinero público. Con mi dinero piensan sufragar la muerte lenta de un animal drogado y torturado por un tipo vestido con unas mallas rosas con bordados de oro. Soy consciente de la belleza del espectáculo, de la fuerza de un arte primigenio y salvaje. Pero la muerte de un ser vivo es un precio inconcebible para cualquier tradición y mucho menos para un espectáculo. Y mucho menos aún con dinero público y, como estocada, con presupuestos destinados a la cultura. La muerte no es cultura, Mabel.
No hay que olvidar que la propuesta llega desde la Consejería de Cultura, lo cual resulta obsceno en el erial cultural que es Ceuta. Una ciudad que apenas disfruta de una docena de espectáculos teatrales de medio pelo y un puñado de conciertos concentrados en un par de semanas de verano no puede permitirse la inmoralidad económica y ecológica de sufragar con dinero público una corrida de toros haciéndola pasar por cultura. Y si obsceno resulta el planteamiento, la explicación resulta ridícula. Y es que según explicó Mabel Deu, lo atractivo de la idea es su precio, entre los 20.000 y los 40.000 euros, un precio asequible. Entre 20.000 y 40.000 euros. ¿Asequible? No para los seis toros que van a morir. Un solo céntimo de dinero público destinado a matar un ser vivo ya debería ser, al menos, motivo para una condena de inhabilitación.
Me entrarían ganas de vomitar si una iniciativa privada organiza una corrida de toros en Ceuta por su cuenta y riesgo... pero habría de aguantarme. Lamentablemente no están prohibidas. Pero si es cierto que somos las personas civilizadas que decimos ser, no podemos, no debemos, permitir que vuelvan a matar toros para divertirse. Y menos con nuestro dinero.
http://www.ceutaldia.com/content/view/4584/102/
Los toros: ¿Sí o no?
Matando toros con dinero público
Por Javier Sakona
Sólo faltaban las corridas de toros para perfeccionar la Ceuta berlanguiana de vicarios, comandantes y alcaldes bajo palio. La Ciudad, a iniciativa de un arranque por chicuelinas de Mabel Deu, se plantea desandar el camino y recuperar una tradición olvidada en Ceuta. Y con dinero público, claro. Todo sea por verse en el palco de autoridades con mantilla y abanico. Aunque sea a costa de la muerte brutal e innecesaria de un animal convertida en un espectáculo sanguinolento y depravado cuyo único fin es la taquilla, olvídense de la tradición y el arte.
Vayamos por partes. La Tradición. Esa presunta costumbre que se transmite de generación en generación con el único fin de preservarla y que sirve como excusa perfecta para perpetuar un sinfín de fiestas que chocan con nuestra siempre supuesta civilización. Un argumento voraz que no es aplicable al caso de Ceuta donde hace ya mucho tiempo que desapareció cualquier afición por la Fiesta. Hasta la plaza de toros acabó engullida por la maleza y las viviendas ilegales, que es la maleza urbanística que generan el olvido y la pobreza. ¿Dónde están los aficionados? No oigo el clamor popular gritando olés. Apenas unas horas después del anuncio nacía una plataforma antitaurina que en apenas un día recabó mil firmas de ciudadanos contrarios a que se maten toros en una plaza portátil. En cambio no he oído apenas voces a favor.
Resucitar una tradición muerta por inanición, que además supone la muerte gratuita de un animal previo pago de una entrada, es además de cruel innecesario. Una fuerte maquinaria empresarial, anclada en la tradición latifundista andaluza, mantiene vivo un espectáculo despreciado por la gente civilizada de todo el mundo, pero que en Ceuta, además, se piensa pagar con dinero público. Con mi dinero piensan sufragar la muerte lenta de un animal drogado y torturado por un tipo vestido con unas mallas rosas con bordados de oro. Soy consciente de la belleza del espectáculo, de la fuerza de un arte primigenio y salvaje. Pero la muerte de un ser vivo es un precio inconcebible para cualquier tradición y mucho menos para un espectáculo. Y mucho menos aún con dinero público y, como estocada, con presupuestos destinados a la cultura. La muerte no es cultura, Mabel.
No hay que olvidar que la propuesta llega desde la Consejería de Cultura, lo cual resulta obsceno en el erial cultural que es Ceuta. Una ciudad que apenas disfruta de una docena de espectáculos teatrales de medio pelo y un puñado de conciertos concentrados en un par de semanas de verano no puede permitirse la inmoralidad económica y ecológica de sufragar con dinero público una corrida de toros haciéndola pasar por cultura. Y si obsceno resulta el planteamiento, la explicación resulta ridícula. Y es que según explicó Mabel Deu, lo atractivo de la idea es su precio, entre los 20.000 y los 40.000 euros, un precio asequible. Entre 20.000 y 40.000 euros. ¿Asequible? No para los seis toros que van a morir. Un solo céntimo de dinero público destinado a matar un ser vivo ya debería ser, al menos, motivo para una condena de inhabilitación.
Me entrarían ganas de vomitar si una iniciativa privada organiza una corrida de toros en Ceuta por su cuenta y riesgo... pero habría de aguantarme. Lamentablemente no están prohibidas. Pero si es cierto que somos las personas civilizadas que decimos ser, no podemos, no debemos, permitir que vuelvan a matar toros para divertirse. Y menos con nuestro dinero.
http://www.ceutaldia.com/content/view/4584/102/