Medidas mezquinas de bienestar animal
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Diario Oficial de la Unión Europea ha publicado la nueva directiva que regula el bienestar de los pollos orientados a la producción de carne, siempre y cuando se encuentren en intensivo y en explotaciones de más de 500 animales no reproductores. El aspecto que más polémica generó a lo largo del debate previo fue la densidad de animales que se pueden criar, que finalmente se fijó en 33 kilos por metro cuadrado, aunque en determinadas condiciones de explotación pueden alcanzar los 39 y los 42 kilos por metro cuadrado.
Bienestar del pollo y otros animales
JUAN QUINTANA/
En el caso de España y en particular de Extremadura, esta norma no genera demasiados problemas, ya que las densidades suelen ser menores. Se trata de un sector cuya producción ha aumentado más del treinta por ciento en España en la última década, mientras que en esta región el crecimiento ha superado el trescientos por ciento, con volúmenes que rondan las dieciséis mil toneladas al año.
Otros aspectos menos controvertidos que también se regulan son la formación obligatoria para los trabajadores del sector, la futura armonización del etiquetado, que deberá ser propuesta antes de finales de 2009, u otras más clásicas como las condiciones de temperatura y humedad, la limpieza y profilaxis de las instalaciones. En cualquier caso los asuntos de palacio van despacio y, al tratarse de una directiva, son los Estados miembros los responsables de trasponerla a su derecho nacional. El plazo que ha fijado Bruselas llega hasta mediados de 2010. Mucho lloverá hasta entonces.
La responsabilidad del control de la norma recae en las autoridades competentes nacionales, que en el caso español es la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Esta organización ha sido puesta en entredicho la pasada semana. En diferentes medios especializados del sector agrario se han dado a conocer los resultados de las inspecciones realizadas por la Oficina Alimentaria y Veterinaria de la Unión Europea (OAV) a diferentes explotaciones ganaderas españolas. El primer informe pone sobre la mesa numerosas irregularidades que afectan a la preparación de los trabajadores, a determinadas normas de salubridad en la explotación, a los sistemas de sacrificio en determinados mataderos, transporte, etc. En cualquier caso, donde la OAV pone más énfasis es en las carencias de procedimiento de las propias inspecciones y controles de la AESAN. No obstante, hay que conocer las inspecciones de Bruselas y las de otros organismos de control, también nacionales.
Los resultados siempre se traducen en informes largos, exhaustivos y en muchos casos farragosos, que recogen todo tipo de pequeños y grandes incumplimientos. Supone aplicar medidas correctoras, ya que en muchos casos se trata de incumplimientos subsanables. De ahí que se produzcan sucesivas visitas para su comprobación. Por ello, AESAN ha calificado los resultados de estos informes de trasnochados y obsoletos. Ahora lo son, porque muchas de las deficiencias han sido corregidas, pero no lo fueron tanto en septiembre de 2006, y eso preocupa.
De todos modos, aunque no hay que dramatizar, es necesario que las unidades de control y seguimiento se pongan las pilas para que no nos vuelvan a sacar los colores en un asunto tan delicado como el bienestar animal y, sobre todo, la seguridad alimentaria. Aunque los controles dependen directamente de las comunidades autónomas, AESAN es responsable de la coordinación, y que cada palo aguante su vela.
Precisamente por los efectos que puede tener cualquier noticia relacionada con la seguridad alimentaria, el sector lácteo no ha tardado en reaccionar. La Federación Nacional de Productos Lácteos (FENIL) ha salido al paso aclarando que se trata de una cuestión de procedimiento administrativo, no de sanidad y seguridad de producto. Sin duda la calidad de los sistemas de producción de leche y de sus productos derivados es muy alta.
Sin embargo, un cierto relajamiento en los controles puede desembocar, en determinados casos, en un menor rigor en los procesos productivos. No es el caso, pero conviene no bajar la guardia. Muchos sectores han sufrido de forma radical los efectos de una alarma de consumo, justificada o no, y los daños son cuantiosos y acelerados. Es el caso del sector cárnico, que sin embargo, todavía no ha dicho esta boca es mía. Más información en 'La Trilla', los domingos, de 8 a 9, en Punto Radio Badajoz-Montijo, en el 102.1 de la FM, y en Punto Radio Norte de Extremadura, en el 101.2 de la FM.
JUAN QUINTANA/
En el caso de España y en particular de Extremadura, esta norma no genera demasiados problemas, ya que las densidades suelen ser menores. Se trata de un sector cuya producción ha aumentado más del treinta por ciento en España en la última década, mientras que en esta región el crecimiento ha superado el trescientos por ciento, con volúmenes que rondan las dieciséis mil toneladas al año.
Otros aspectos menos controvertidos que también se regulan son la formación obligatoria para los trabajadores del sector, la futura armonización del etiquetado, que deberá ser propuesta antes de finales de 2009, u otras más clásicas como las condiciones de temperatura y humedad, la limpieza y profilaxis de las instalaciones. En cualquier caso los asuntos de palacio van despacio y, al tratarse de una directiva, son los Estados miembros los responsables de trasponerla a su derecho nacional. El plazo que ha fijado Bruselas llega hasta mediados de 2010. Mucho lloverá hasta entonces.
La responsabilidad del control de la norma recae en las autoridades competentes nacionales, que en el caso español es la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Esta organización ha sido puesta en entredicho la pasada semana. En diferentes medios especializados del sector agrario se han dado a conocer los resultados de las inspecciones realizadas por la Oficina Alimentaria y Veterinaria de la Unión Europea (OAV) a diferentes explotaciones ganaderas españolas. El primer informe pone sobre la mesa numerosas irregularidades que afectan a la preparación de los trabajadores, a determinadas normas de salubridad en la explotación, a los sistemas de sacrificio en determinados mataderos, transporte, etc. En cualquier caso, donde la OAV pone más énfasis es en las carencias de procedimiento de las propias inspecciones y controles de la AESAN. No obstante, hay que conocer las inspecciones de Bruselas y las de otros organismos de control, también nacionales.
Los resultados siempre se traducen en informes largos, exhaustivos y en muchos casos farragosos, que recogen todo tipo de pequeños y grandes incumplimientos. Supone aplicar medidas correctoras, ya que en muchos casos se trata de incumplimientos subsanables. De ahí que se produzcan sucesivas visitas para su comprobación. Por ello, AESAN ha calificado los resultados de estos informes de trasnochados y obsoletos. Ahora lo son, porque muchas de las deficiencias han sido corregidas, pero no lo fueron tanto en septiembre de 2006, y eso preocupa.
De todos modos, aunque no hay que dramatizar, es necesario que las unidades de control y seguimiento se pongan las pilas para que no nos vuelvan a sacar los colores en un asunto tan delicado como el bienestar animal y, sobre todo, la seguridad alimentaria. Aunque los controles dependen directamente de las comunidades autónomas, AESAN es responsable de la coordinación, y que cada palo aguante su vela.
Precisamente por los efectos que puede tener cualquier noticia relacionada con la seguridad alimentaria, el sector lácteo no ha tardado en reaccionar. La Federación Nacional de Productos Lácteos (FENIL) ha salido al paso aclarando que se trata de una cuestión de procedimiento administrativo, no de sanidad y seguridad de producto. Sin duda la calidad de los sistemas de producción de leche y de sus productos derivados es muy alta.
Sin embargo, un cierto relajamiento en los controles puede desembocar, en determinados casos, en un menor rigor en los procesos productivos. No es el caso, pero conviene no bajar la guardia. Muchos sectores han sufrido de forma radical los efectos de una alarma de consumo, justificada o no, y los daños son cuantiosos y acelerados. Es el caso del sector cárnico, que sin embargo, todavía no ha dicho esta boca es mía. Más información en 'La Trilla', los domingos, de 8 a 9, en Punto Radio Badajoz-Montijo, en el 102.1 de la FM, y en Punto Radio Norte de Extremadura, en el 101.2 de la FM.