"Ni los perros atropellados llegan en tan mal estado", dice la veterinaria
Los testigos que prestaron ayer declaración en la vista celebrada en el juzgado número 5 de lo Penal de Cádiz coincidieron en subraya el deplorable estado en el que se encontraba el cruce de labrador cuando fue localizado, cerca de un caserío derruido en la zona de Los Quemados, tras la llamada de un vecino que alertaba de su situación: dos policías locales de Chipiona y la responsable de la protectora SiempreKontigo, que se hizo cargo del can y acabó adoptándolo. "No reaccionaba. Parecía que estaba muerto", dijo uno de los agentes.
Los policías señalaron que, poco después de dar con el animal y bajo indicación de un vecino que identificó a José Antonio A. como su dueño, localizaron al imputado en las proximidades. Estaba sentado en una piedra, fumando, y admitió, algo compungido, que había pegado al perro "porque no le hacía caso", sin aportar más detalles al respecto. José Antonio A. se negó ayer a declarar.
En su informe final, la fiscal del caso subrayó la "bestialidad" y "ensañamiento" con la que el imputado trató al can que estaba a su cuidado y elevó una petición de seis meses de prisión, dos años de inhabilitación en cualquier desempeño relacionado con animales y 530 euros de multa por un delito de maltrato animal. La acusación particular reclamó 18 meses de prisión, cuatro de inhabilitación e idéntica sanción económica. La defensa, por su parte, pidió la absolución de José Antonio A. alegando que no está acreditado que él fuese el propietario del perro y que, cuando se produjeron los hechos, no estaba en óptimas condiciones mentales.
Alejando, el can, se ha recuperado de sus lesiones aunque sufre secuelas. Perdió la visión de un ojo y tiene el cráneo parcialmente hundido. A veces, ante el acercamiento de un hombre, mete el rabo entre las patas y se orina.