"No en mi nombre". Opinión. José Luís Zarazaga.

Portal Sanlucar digital, 9 Diciembre 2008.
No en mi nombre.
"Los toreros y sus cuadrillas suelen provenir de las capas más desfavorecidas de la población donde la incultura es mayoritaria"
José Luis Zarazaga.-Todo ser humano al venir al mundo nace acompañado de una santa mortaja que le acompañará durante toda su vida. En Historia de la Filosofía nos dejaban bien claro el siguiente dilema un tanto acerbo: “un hombre no nace cuando sale del útero de su madre, comienza un lento peregrinar cuyo fin último es la muerte”
La vida de toda persona está cargada de anécdotas, todo el mundo tiene una historia que contar y siempre se ha dicho que dentro de los recuerdos priman los buenos momentos sobre los momentos amargos. Uno de los días más felices que ha tenido una persona, ya sea en la niñez, la juventud o la vejez, ha sido siempre la fiesta de los Reyes Magos. Aunque uno no sea creyente y piense que los Reyes Magos vienen del Corte Inglés, no puede resistir la tentación de ver la sonrisa y el agradecimiento de un niño al recibir su regalo.




Yo también me ilusioné de pequeño, yo también me llevaba la noche del seis de enero sin dormir esperando la llegada de sus Majestades de Oriente; sufrí el golpe de descubrir que todo era una mentira y que los verdaderos Reyes magos eran los padres, que haciendo un soberano esfuerzo intentaban crear un momento de ilusión en la vida humilde de un niño.



No seré yo quien reniegue de la llegada de semejante momento, creo que todo el mundo aunque sea muy en el fondo tenemos algo de Rey Mago.



Me parece extraordinario que nuestro Ayuntamiento fomente y apadrine la campaña “Ningún Niño sin Juguete”, en un principio a mi humilde entender solo tiene el calificativo de actitud loable; digo en un principio, porque lo que no llego a entender es que dicha campaña se fundamente en la barbarie y en una orgía de sangre.



Digo Orgía de sangre, porque tal como podemos apreciar en la denuncia presentada en este medio digital por varios colectivos, a los que este humilde comentarista se adhiere, el Ayuntamiento organiza una corrida de toros en beneficio de la campaña Ningún Niño sin Juguete.

No es nada lógico fundamentar una campaña benéfica en un acto de barbarie, pero siempre se ha dicho que el hombre es un animal político a lo que añadiría: “el político es un animal inculto”.



René Descartes nos aseguró que los animales no podían sentir dolor alguno ya que no poseían alma. Esto es por supuesto, una teoría falsa, totalmente descartada ya que los animales pueden sentir dolor y angustia, incluso peores que las de un ser humano, ya que lo que definimos como humano, puede reprimir sus emociones o puede llegar a analizar el tema y un animal jamás comprenderá, solo sentirá.



El sociólogo Edward B. Taylor dice que cultura es “aquel conjunto complejo que comprende el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualquier otra capacidad y hábito adquirido por el hombre en cuanto miembro de una sociedad...”.

Cultura es todo aquello de lo que adolece el promotor de semejante acto. La cultura es todo aquello que contribuye a volver al ser humano más sensible, ustedes me perdonen he dicho ser humano, el político local en estos momentos queda fuera de dicha categoría; más inteligente y más civilizado. La crueldad que humilla y destruye por el dolor jamás se podrá considerar cultura.



Aún tengo grabada en la retina, la imagen de aquella corrida de toros celebrada a beneficio de Afanas. En dicha imagen se veía a un niño pequeño con síndrome de Down dando la vuelta al ruedo con las orejas del toro en la mano, no se a ustedes pero a mi me dolió en el alma, era la crueldad extrema banalizada en una especie de acto inocente.



Yo pediría, ya que no se va a poder paralizar el acto de barbarie a que nos tienen acostumbrado, que por lo menos el promotor de tamaña brutalidad, tenga a bien dar la vuelta al ruedo con los cojones del toro en la mano, seguro que hasta se le saltan las lágrimas de la emoción.



Hace ya unos años me hacia un antitaurino el siguiente comentario: “Los toreros y sus cuadrillas suelen provenir de las capas más desfavorecidas de la población donde la incultura es mayoritaria”, ahora si que comprendo en que se asemejan nuestros políticos locales a dicho estamento social. ¿Cómo vamos a inculcar en nuestros hijos respeto por los animales, cuando estamos banalizando un acto de tan extrema crueldad?



Espero sepan ustedes perdonarme si he sido un poco duro, aunque sea ateo y republicano seguiré creyendo en los Reyes magos, nuestros hijos se lo merecen, pero en todo caso solo puedo gritar ante tamaño acto de barbarie: “No en mi nombre.”