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Opinión. Hasta el último ladrido. Mar Panizo.
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Ideal de Almería,30-06-08
PUERTA PURCHENA
Hasta el último ladrido MAR PANIZO
NO es cosa de mi imaginación, ni de los tebeos que devoraba cuando era chica. Los súper héroes existen de verdad. He descubierto que no necesitan capa roja, ni temen a la kriptonita. Tampoco son resultado de un sesudo experimento genético, ni se vuelven verdes tras recibir un rayo supersónico.
Tienen superpoderes y de los buenos. Hace días, salvaron a una recién nacida que había sido abandonada en un montículo de barro. Descubren a traficantes de droga y nunca desfallecen ante rescates, terremotos o huracanes.
Son felices al protegernos, leales, cariñosos, no piden nada a cambio y pase lo que pase nunca juzgan, ni se enfadan.
Hace unas semanas me topé con uno de ellos. Le llamaremos 'Peque'. Él no sabe que es un superhéroe, ni tampoco que su nombre estaba en la quiniela de los cien mil perros que fueron abandonados en España en 2007.
'Peque' es chiquitillo, blanco con manchas marrones y tiene 6 meses. Demasiado joven para saber que las estadísticas, le daban perdedor. Andalucía es la comunidad que encabeza la lista de abandonos de mascotas, especialmente en verano. Muchos desaprensivos, me niego a llamarles familia, les abandonan en carreteras, ramblas o en un contenedor hacinados con sólo unos días de vida. Otros, al descubrir que un cachorro no es un juguete con pilas, dejan abierta la puerta de la casa para ver si pasa la perrera o lo pilla un coche. Cuando alguno me dice ¿Qué pena, se escapó, con lo cariñoso que era! No puedo resistir los retortijones y le planto dos adjetivos, también muy cariñosos, para evitar saludos de por vida.
Tuve la suerte de conocer a 'Peque' paseando a 'Red'. De no ser por mi querido perro, que hace años me regaló la que considero mi familia adoptiva en Almería, 'Peque' nunca se hubiera acercado a nosotros a jugar. Tenía heridas, estaba sucio, desnutrido, deshidratado y como había sido maltratado no se fiaba ni de mí, ni de ningún animal con dos patas.
Sobrevivió comiendo de la basura, arañado por los gatos que le disputaban un trozo de pizza, esquivó coches, aguantó los chaparrones de primeros de mayo y escapó en dos ocasiones del coche de la perrera y de la policía local. Primero intentaron atraparlo con chuches y zalamerías; luego a lo bestia, con lazo y ruidosas persecuciones. Pero ni por esas, 'Peque' se escabullía intrépido.
Con el paso de los días y siguiendo los trucos de Pulgarcito, le íbamos dejando montoncitos de pienso por los lugares que frecuentaba. Salía de los sitios más insospechados y nos seguía a distancia. Si avanzábamos dos pasos, él retrocedía cuatro y huía. Cuántos palos y patadas vendrían a su cabeza.
Descubrimos que 'Peque', igual que los héroes de cuento, también contaba con ayuda en situaciones desesperadas. La vecina que acompañada de la perrita Maguie le pone agua en un bote de neskuí, el perrito Cuky que le saca a la calle unas patatas de su propio comedero o Pilar, la dueña de Luna, que le deja un puñado de croquetas para perro.
Personas que saben que cuando un perro te ama, es para siempre, hasta su último ladrido.
Ni el mismo 'Peque', hoy agitando el rabo con brío en mi sofá junto a 'Red', habría imaginado que el destino le reservaba un papel de héroe en el artículo de una servidora que aquel día se topó con él.
PUERTA PURCHENA
Hasta el último ladrido MAR PANIZO
NO es cosa de mi imaginación, ni de los tebeos que devoraba cuando era chica. Los súper héroes existen de verdad. He descubierto que no necesitan capa roja, ni temen a la kriptonita. Tampoco son resultado de un sesudo experimento genético, ni se vuelven verdes tras recibir un rayo supersónico.
Tienen superpoderes y de los buenos. Hace días, salvaron a una recién nacida que había sido abandonada en un montículo de barro. Descubren a traficantes de droga y nunca desfallecen ante rescates, terremotos o huracanes.
Son felices al protegernos, leales, cariñosos, no piden nada a cambio y pase lo que pase nunca juzgan, ni se enfadan.
Hace unas semanas me topé con uno de ellos. Le llamaremos 'Peque'. Él no sabe que es un superhéroe, ni tampoco que su nombre estaba en la quiniela de los cien mil perros que fueron abandonados en España en 2007.
'Peque' es chiquitillo, blanco con manchas marrones y tiene 6 meses. Demasiado joven para saber que las estadísticas, le daban perdedor. Andalucía es la comunidad que encabeza la lista de abandonos de mascotas, especialmente en verano. Muchos desaprensivos, me niego a llamarles familia, les abandonan en carreteras, ramblas o en un contenedor hacinados con sólo unos días de vida. Otros, al descubrir que un cachorro no es un juguete con pilas, dejan abierta la puerta de la casa para ver si pasa la perrera o lo pilla un coche. Cuando alguno me dice ¿Qué pena, se escapó, con lo cariñoso que era! No puedo resistir los retortijones y le planto dos adjetivos, también muy cariñosos, para evitar saludos de por vida.
Tuve la suerte de conocer a 'Peque' paseando a 'Red'. De no ser por mi querido perro, que hace años me regaló la que considero mi familia adoptiva en Almería, 'Peque' nunca se hubiera acercado a nosotros a jugar. Tenía heridas, estaba sucio, desnutrido, deshidratado y como había sido maltratado no se fiaba ni de mí, ni de ningún animal con dos patas.
Sobrevivió comiendo de la basura, arañado por los gatos que le disputaban un trozo de pizza, esquivó coches, aguantó los chaparrones de primeros de mayo y escapó en dos ocasiones del coche de la perrera y de la policía local. Primero intentaron atraparlo con chuches y zalamerías; luego a lo bestia, con lazo y ruidosas persecuciones. Pero ni por esas, 'Peque' se escabullía intrépido.
Con el paso de los días y siguiendo los trucos de Pulgarcito, le íbamos dejando montoncitos de pienso por los lugares que frecuentaba. Salía de los sitios más insospechados y nos seguía a distancia. Si avanzábamos dos pasos, él retrocedía cuatro y huía. Cuántos palos y patadas vendrían a su cabeza.
Descubrimos que 'Peque', igual que los héroes de cuento, también contaba con ayuda en situaciones desesperadas. La vecina que acompañada de la perrita Maguie le pone agua en un bote de neskuí, el perrito Cuky que le saca a la calle unas patatas de su propio comedero o Pilar, la dueña de Luna, que le deja un puñado de croquetas para perro.
Personas que saben que cuando un perro te ama, es para siempre, hasta su último ladrido.
Ni el mismo 'Peque', hoy agitando el rabo con brío en mi sofá junto a 'Red', habría imaginado que el destino le reservaba un papel de héroe en el artículo de una servidora que aquel día se topó con él.
