Perro salvado de la horca
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MADRID, 30 (EUROPA PRESS) - Voluntarios de la asociación El Refugio recogieron el pasado 8 de marzo a Minero, un podenco de año y medio, que llevaba vagando malherido durante semanas por la pequeña localidad ciudadrealeña de Argamasilla de Calatrava tras lograr escapar de una muerte segura después de ser ahorcado. El animal se recupera poco a poco de la operación que le ha salvado la vida mientras espera a que llegue una familia que lo adopte.
Algunos vecinos de la localidad llevaban semanas viendo a este joven podenco vagar por los alrededores de sus casas en pésimas condiciones: tenía el cuello degollado por el intento de ahorcamiento y la cuerda usada para matarle, que aún llevaba incrustada, le había originado una profunda herida que desprendía un fuerte olor a putrefacto.
"En algunas ocasiones, cuando los perros de caza dan problemas o no sirven, se deshacen de ellos de esta forma tan terrible, ahorcándoles", explicó Nacho Paunero, presidente de la ONG protectora de los animales El Refugio. "Ahora, lo más importante es que se reponga de sus lesiones y que alguien quiera adoptarle y le dé una segunda oportunidad", agregó.
Minero, casi recuperado de la cirugía que se le practicó para reconstruir su malherido cuello, se muestra aún un tanto esquivo y desconfiado, y después de pasar varias semanas aterrorizado sin atreverse a tan si quiera levantarse del suelo, va superando poco a poco sus miedos y empieza a recuperar también la confianza en las personas.
"En algunas ocasiones, cuando los perros de caza dan problemas o no sirven, se deshacen de ellos de esta forma tan terrible, ahorcándoles", explicó Nacho Paunero, presidente de la ONG protectora de los animales El Refugio. "Ahora, lo más importante es que se reponga de sus lesiones y que alguien quiera adoptarle y le dé una segunda oportunidad", agregó.
Minero, casi recuperado de la cirugía que se le practicó para reconstruir su malherido cuello, se muestra aún un tanto esquivo y desconfiado, y después de pasar varias semanas aterrorizado sin atreverse a tan si quiera levantarse del suelo, va superando poco a poco sus miedos y empieza a recuperar también la confianza en las personas.