PLOMO EN LAS ALAS

Los cazadores, esos individuos que se divierten agujereando seres vivos, están cabreados. La Ley de Biodiversidad les prohíbe cazar en los humedales protegidos utilizando cartuchos con perdigones de plomo y establece su sustitución por otros materiales no tóxicos. Pero ellos no quieren, dicen que les sale demasiado "caro". No se conforman con dejar como coladores a los patos, sino que pretenden seguir envenenándolos con los perdigones desperdigados por las aguas y que terminan entrando en sus buches cuando se alimentan.
También están cabreados porque, dicen, "nadie valora su labor en la conservación".
Entre conservadores anda el juego.

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/cazadores/rebelan/elpepusoc/20080215elpepisoc_2/Tes