Precintadas 4 granjas clandestinas de conejos destinados a la caza.
La Voz de Galicia, 4 julio 2012
Los propios guardias comprobaron que las cuatro granjas carecían de cualquier tipo de documentación administrativa o sanitaria que avalase el correcto funcionamiento de las explotaciones. El Seprona avisa de que estas prácticas carentes de controles veterinarios generan un grave peligro en el ecosistema «porque estos animales pueden llevar cepas víricas distintas a las de la zona de destino». «Además, incrementan el riesgo de alteración genética de las especies autóctonas viéndose modificada su distribución geográfica, lo que generaría fenómenos de hibridación», añaden fuentes del Seprona, para el que estos animales descubiertos en las granjas ilegales «podrían estar sometidos a importantes alteraciones sociales dada su compleja estructura». Tras realizar los informes pertinentes y precintar los cuatro recintos del interior de la provincia coruñesa, los agentes remitieron los hechos a la Consellería do Medio Rural y a los respectivos ayuntamientos.
No obstante, ninguno de los regidores conocía la noticia cuando fueron consultados por este periódico en la tarde de ayer. Desde Abegondo ubicaron la posible granja ilegal en la parroquia de San Marcos, mientras que el regidor de Sobrado, Jacobo Fernández, restó importancia a los hechos. «Supoño que será un veciño con catro coellos baixo unha uralita para repoboar a súa finca, hoxe chámanlle granxa a calquera cousa», dijo.
Por su parte, la Federación Galega de Caza mostró su indignación por la noticia y se mostró receptiva a conocer «cuanto antes» los datos de las granjas y posibles zonas afectadas. «Afortunadamente isto non é algo habitual», señaló el vicepresidente de la entidad, José Luis Valcárcel, quien no ocultó su preocupación por las posibles consecuencias de esta práctica. «O noso coello ten características propias e este tipo de prácticas ilegais poderían alteralo xeneticamente», señaló.
«¿Cuántas quedan?»
Desde la Sociedade Galega de Historia Natural se congratularon de la noticia, pero su presidente, Serafín González, se pregunta: «¿Cuántas granjas de este tipo quedan aún en nuestro territorio?». «Este descubrimiento demuestra que no han funcionado los mecanismos de control en las repoblaciones de tecores, algo falla y debería vigilarse más», explicó. Serafín González recalcó que «la alteración genética puede tener consecuencias más graves que las sanitarias».
González destaca que, si bien estos episodios son «lamentables», hay un mayor control en el campo cinegético que en el mundo de la pesca. «Esa práctica de repoblación descontrolada ha incorporado a nuestros ríos especies como lucios o carpas, peces que están ahí porque alguien los ha soltado», aseguró González.
Los alcaldes de Abegondo, Curtis y Sobrado desconocían ayer la investigación
«Por sorte isto non é algo habitual», dicen en la Federación Galega de Caza