Remesa incineró 395 cadáveres de animales el año pasado
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Por : Sara Sanz. Melilla
El horno crematorio de animales incineró el año pasado 395 cadáveres de animales, de los cuales 268 eran perros y 112 gatos, además de bovinos y toros, entre otros. La cifra se ha reducido con respecto al año 2005, en el que se incineraron 506 cadáveres. La Consejería de Medio Ambiente puso en marcha esta infraestructura para evitar los enterramientos de animales muertos en los altos del Real por el foco de infección que suponía. El servicio de incineración está operativo las 24 horas del día.
Desde que se inauguró a primeros de diciembre de 2004, el horno incinerador de animales ha gestionado los cadáveres de aquellos que, en caso de ser enterrados en algún lugar no controlado o abandonados a la intemperie, podían constituir un foco de infección y un peligro sanitario para los melillenses. Según el informe facilitado por Residuos Melilla S.A. (REMESA), empresa que gestiona la planta incineradora, el año pasado se incineraron en este horno crematorio un total de 395 cadáveres de animales, 111 menos que en el año 2005. De ellos, 268 eran perros, 112 gatos, cuatro bovinos, un toro y cuatro caballos, entre otros.
La nave de este horno se encuentra en las instalaciones de la planta incineradora y constituye un avance medioambiental importante. La capacidad de incineración es de 350 kilos y el proyecto supuso una inversión de 635 mil euros, de los cuales el 80 por ciento lo sufragó la UE y el resto la Ciudad Autónoma.
Este servicio está destinado a los ganaderos o a particulares que quieran incinerar a sus animales domésticos fallecidos.
La utilización de este horno crematorio cuesta 0,93 euros por kilo que pese el animal y está operativo las 24 horas del día, incluyendo fines de semana y festivos. Los interesados en utilizarlo pueden llevar el cadáver del animal a la planta incineradora o bien contactar con la Consejería de Medio Ambiente para que dé instrucciones a la empresa del servicio de limpieza de recoger el cadáver en el domicilio y trasladarlo directamente al horno crematorio.
El horno crematorio de animales incineró el año pasado 395 cadáveres de animales, de los cuales 268 eran perros y 112 gatos, además de bovinos y toros, entre otros. La cifra se ha reducido con respecto al año 2005, en el que se incineraron 506 cadáveres. La Consejería de Medio Ambiente puso en marcha esta infraestructura para evitar los enterramientos de animales muertos en los altos del Real por el foco de infección que suponía. El servicio de incineración está operativo las 24 horas del día.
Desde que se inauguró a primeros de diciembre de 2004, el horno incinerador de animales ha gestionado los cadáveres de aquellos que, en caso de ser enterrados en algún lugar no controlado o abandonados a la intemperie, podían constituir un foco de infección y un peligro sanitario para los melillenses. Según el informe facilitado por Residuos Melilla S.A. (REMESA), empresa que gestiona la planta incineradora, el año pasado se incineraron en este horno crematorio un total de 395 cadáveres de animales, 111 menos que en el año 2005. De ellos, 268 eran perros, 112 gatos, cuatro bovinos, un toro y cuatro caballos, entre otros.
La nave de este horno se encuentra en las instalaciones de la planta incineradora y constituye un avance medioambiental importante. La capacidad de incineración es de 350 kilos y el proyecto supuso una inversión de 635 mil euros, de los cuales el 80 por ciento lo sufragó la UE y el resto la Ciudad Autónoma.
Este servicio está destinado a los ganaderos o a particulares que quieran incinerar a sus animales domésticos fallecidos.
La utilización de este horno crematorio cuesta 0,93 euros por kilo que pese el animal y está operativo las 24 horas del día, incluyendo fines de semana y festivos. Los interesados en utilizarlo pueden llevar el cadáver del animal a la planta incineradora o bien contactar con la Consejería de Medio Ambiente para que dé instrucciones a la empresa del servicio de limpieza de recoger el cadáver en el domicilio y trasladarlo directamente al horno crematorio.